El Gobierno de Portugal prohíbe las comisiones por la cuenta corriente
El Ejecutivo de izquierdas recupera dos fiestas religiosas y dos laicas, anuladas por la troika
Promesa hecha, promesa cumplida. Día a día, el Gobierno socialista portugués va cumpliendo sus compromisos electorales y los compromisos con sus aliados en el Parlamento; unos simbólicos y gratuitos; otros, de más trascendencia económica.
Entre los primeros, la recuperación de cuatro fiestas, suspendidas en 2013 por los recortes exigidos por la troika. Este mismo año y mediante una decisión adoptada por el Consejo de Ministros el jueves pasado, ya volverán a ser festivos el día de la Independencia (de España), el 1 de diciembre, y el día de la República, el 5 de octubre, pero también el Corpus Christi y Todos los Santos. De momento, no ha sido atendida la petición de diversas asociaciones empresariales para que las fiestas se trasladen a los sábados o a los lunes, con el fin de evitar los puentes.
Tampoco le va a costar dinero al Estado la implantación de las 35 horas semanales en el funcionariado público. La medida será aprobado esta semana en la Asamblea de la República, pues la única divergencia entre los socios de la izquierda es si se implanta ya, como quieren el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda, o comienza en julio, como pretenden los socialistas. Si se sigue la pauta de anteriores desencuentros, el acuerdo quedará a medio camino. La Federación de Sindicatos de la Función Pública ha convocado una huelga el día 29 para pedir la inmediata aplicación de las 35 horas.
Las iniciativas económicas de más calado afectan, sin embargo, al sector bancario. Por iniciativa del Bloco de Esquerda, el Gobierno va a prohibir que los bancos cobren comisiones por el mantenimiento de la primera cuenta corriente. Así lo aprobó el Parlamento el viernes pasado. En un sector que no vive sus mejores momentos, con el dinero por los suelos y algunos con ayudas públicas, el cobro de comisiones supone en muchos casos la mitad de sus beneficios.
El Gobierno también ejecutará el mandato del Parlamento para prohibir la pignoración de la vivienda familiar por deudas fiscales o con la Seguridad Social. Era una promesa electoral de todos los partidos de izquierda, que ahora se va a materializar.
Aún sin cumplirse los dos meses del Gobierno de António Costa, ya se ha ejecutado buena parte de sus compromisos con el PC y del Bloco, que consisten fundamentalmente en más gasto público para aumentar pensiones y subvenciones. Falta conocerse el presupuesto del Estado para 2016 y ahí deberán concretarse las medidas para recaudar más. Una de ellas ya consta en el programa socialista: el impuesto de sucesiones para "herencias significativas", probablemente por encima del millón de euros. Hasta ahora en Portugal no se pagaba por la herencia de familiares directos. La inminencia de este nuevo gravamen, con el que el Estado espera recaudar 100 millones de euros, está acelerando el trabajo de las notarías.
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