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Retratos de las víctimas

Las 129 personas asesinadas el viernes en París ya han sido identificadas

Una mujer deja flores en La Belle Equipe, uno de los restaurantes atacados.
Una mujer deja flores en La Belle Equipe, uno de los restaurantes atacados.Christopher Furlong (Getty)

Se llamaban Valentin, Asta, Guillaume, Aurélie, Mathieu… El viernes pasado, 129 personas que disfrutaban de una velada en un café de un barrio bohemio y popular de París o asistían a un concierto que llevaban meses esperando, celebraban un cumpleaños o un aniversario, fueron asesinadas en una matanza indiscriminada perpetrada por yihadistas. Todos ellos han sido ya identificados. La larga lista de víctimas mortales de la locura terrorista que golpeó brutalmente el corazón festivo y bullicioso de la capital francesa forman un mosaico cosmopolita, reflejo del París abierto al mundo y al futuro. Algunos vivían aquí, otros estaban de visita. Eran estudiantes, profesores, camareros, ingenieros, profesionales del mundo de la comunicación, en su mayoría veinteañeros o treintañeros. Venían de todas partes del mundo, de casi una veintena de países. Esta es la historia de algunas de las víctimas mortales.

Fanny Minot, de 29 años, avisó el viernes de que saldría antes del trabajo para llegar a tiempo al concierto de los Eagles of Death Metal en el Bataclan. Iba con su amiga Chloé, editora como ella de los programas televisivos Supplément y el satírico Le Petit Journal. Fanny no sobrevivió a la carnicería causada por los terroristas, que mataron allí a más de 80 personas. “Es una redacción en luto la que ha elaborado hoy este programa”, anunció este lunes el popular presentador —especialmente entre esa juventud devastada por los ataques—, Yann Barthes. Siguió un emotivo programa en el que el equipo superó su pena para no dejar en blanco su espacio de “media hora de libertad”. Chloé resultó gravemente herida. Desde el domingo, su vida ya no corre peligro.

En la misma sala se encontraban Marie Lausch, que había cumplido los 23 años en septiembre, y Mathias Dymarski, que debía hacerlos en diciembre. La pareja era originaria de la región de Metz, en el norte de Francia, y se había conocido en el instituto. Llevaban cinco años juntos y se acababan de mudar a París hacía dos meses. Ella, para prolongar sus estudios en comunicación de empresas; él, ingeniero recién diplomado y apasionado de monopatín y de bicicleta BMX, para trabajar como jefe de proyecto en una empresa parisina. El viernes acudieron al Bataclan con unos amigos a los que les habían regalado las entradas por su aniversario. Estos lograron escapar, pero Marie y Mathias no dieron más señales de vida. Su fotografía de joven pareja feliz, llena de vida, sonriente, se difundió rápidamente como tantas otras en Twitter bajo la etiqueta #RechercheParis (búsqueda París). “La búsqueda se acabó, me he quedado sin palabras, solo tengo lágrimas. Marie y Mathias nos han dejado”, anunciaba al día siguiente su amiga Clara Regrigny en la misma red social.

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Compartía con ellos su afición por la música Nicolas Classeau, informático de 43 años, director del Instituto Universitario de Tecnología de Marne-la-Vallée, en las afueras de París. Ya en secundaria tocaba la guitarra en un grupo de amigos, en los noventa creó una sala alternativa de conciertos y el viernes pasado se encontraba en el Bataclan con su compañera, que resultó herida. Recordado como un profesor que escuchaba a sus alumnos y como un amigo honesto, íntegro y bon vivant por sus allegados, no logró salir con vida de la noche dantesca en la sala de espectáculos. Era padre de tres hijos, de 15, 11 y seis años. Sus familiares y amigos quieren rendirle un último homenaje con una ceremonia alegre, reflejo de su carácter. “Tiene que ser algo rock’n’roll”, indica su amigo de la infancia Jérôme al diario Le Parisien. “Algo que no sea triste. Aunque nosotros estemos muy tristes”, añade.

Mohamed Amine Ibnolmobarak, marroquí de 28 años, se encontraba a escasos dos kilómetros de allí, en el bar Carrillon, una de las terrazas tiroteadas por los terroristas. Pasaba la velada con su esposa Maya Nemeta, con la que se acababa de casar este verano. Había estudiado en el liceo francés de Casablanca y su padre le mandó a Burdeos para que estudiara medicina, pero él prefirió París y la arquitectura, según relata uno de sus profesores al diario Libération. Se diplomó de la Escuela Nacional Superior de Arquitectura de París-Malaquais, donde pasó a supervisar proyectos. Era un apasionado de la natación, una persona comprometida y un intelectual, según lo recuerdan sus amigos. Tanto él como Maya recibieron las ráfagas indiscriminadas de balas de los asaltantes. Solo ella sobrevivió, aunque resultó gravemente herida. Tras ser sometida a tres operaciones, está ya fuera de peligro.

En otro restaurante con terraza en la rue Charonne, se encontraba otra joven pareja. Era una noche especial para Thierry Hardouin, de 36 años, policía en Bobigny, localidad al norte de la región parisina. Había reservado en el restaurante La Belle Équipe para celebrar el cumpleaños de su esposa. Ambos figuran entre las víctimas abatidas en esta calle aquel fatídico viernes.

Asta Diakite falleció en uno de los tiroteos. Su primo, el futbolista Lassana Diarra, se encontraba en la cancha del Estadio de Francia el viernes, era titular en el amistoso de Francia con Alemania. El exmadridista, ahora en el Olympique de Marsella, escribió en su perfil de Twitter: "Tras los dramáticos eventos ocurridos en París y en Saint-Denis, hoy tomo la palabra con el corazón encogido". Asta "era una referencia para mí, un apoyo y una hermana mayor", añadió.

Lola Salines, francesa de 28 años, estaba el viernes en la sala Bataclan cuando fue sorprendida por el ataque de los terroristas. Su muerte ha sido anunciada por su padre, George Salines, en Twitter. Lola Salines era editora de Gründ, y había contribuido a hacer de La enciclopedia de las adolescentes un libro de éxito. Apasionada de los patines en línea y los deportes, trabajaba en La Boucherie de París.

Guillaume B. Decherf, de 43 años, era periodista musical freelance y colaborador habitual de la respetada revista cultural LesInrocks. Su última crítica publicada en el magazine era sobre el último disco de los Eagles of Death Metal, en la que anunciaba su concierto el 13 de noviembre en la sala Bataclan. Allí se encontraba el viernes por la noche y perdió la vida en el brutal ataque de cuatro kamikazes. El domingo tenía previsto narrar la crónica del concierto de Motörhead en el Zénith de París, que el grupo de heavy metal británico anuló finalmente tras los atentados. Había estudiado en la conocida Escuela de Periodismo de Lille y colaboraba, además de con LesInrocks, con varios diarios conocidos. También escribió para Liberation y Rolling Stones. Era padre de dos niñas.

Veronique Geoffroy, presidenta de la asociación Zazakely Sambatra, que ella misma creó en 2004 y cuya misión era fomentar la educación de los niños de Madagascar, es otra de las víctimas de los ataques terroristas de París. Concretamente, del ocurrido en la calle Charonne, como han informado en la web de su organización. "Si queremos ser más fuertes que ellos, tenemos que continuar el trabajo de Veronique", dicen sus compañeros en un artículo breve.

En el Bataclan se encontraba también Aurélie de Peretti, de 33 años. Llevaba meses esperando el concierto de los Eagles of Death Metal. Debía ser el primero de una serie de tres espectáculos a los que planeaba asistir en la capital francesa. Natural de Saint-Tropez, en la Costa Azul, se había tomado unos días de vacaciones, tras trabajar duro durante seis meses en el sector de la hostelería en su ciudad de origen. “Era su recompensa y le costó la vida”, relató muy afectado su padre, Jean-Marie de Peretti, al diario Le Parisien. “Me han amputado una parte de mí misma”, añadió su hermana mayor, Delphyne. Con Aurélie viajaba su amiga Elodie, herida en el ataque del viernes.

Mathieu Hoche, técnico del canal France24, tenía 38 años. El viernes también estaba en la sala Bataclan. Uno de sus mejores amigos recordó en Twitter su gran pasión por el rock.

También en la sala Bataclan perdió la vida Pierre Innocenti, de 40 años. Llevaba la parte comercial del restaurante familiar italiano Chez Livio, conocido en Neuilly-Sur-Seine. Por su local, fundado por su abuelo y que gestionaba ahora con su hermano Charles, han pasado celebridades como Nicolas Sarkozy, antiguo alcalde de este barrio elegante de las afueras de París, la icónica Brigitte Bardot o el futbolista Zlatan Ibrahimovic. El restaurante permanece cerrado desde el ataque en señal de duelo.

Précilia Correia, una portuguesa de 35 años con la nacionalidad francesa, que vivía en París, es otra de las víctimas de la sala Bataclan, donde acudió con su novio, un francés también asesinado cuya identidad no ha trascendido.

El viernes era una noche especial para Thierry Hardouin, de 36 años, policía en la prisión de Bobigny, localidad del norte de la región parisina. Había reservado una mesa en el restaurante La Belle Équipe, en la rue de Charonne, para celebrar el cumpleaños de su esposa. Ambos figuran entre las 18 víctimas mortales abatidas en esta calle aquel fatídico viernes.

El británico Nick Alexander, de 36 años, formaba parte del equipo que acompañaba a los Eagles of Death Metal. Se encargaba de vender camisetas y objetos de merchandising de la banda. Su rostro fue uno de los que invadió la red social Twitter en las horas que siguieron a los ataques. Su novia, residente en Nueva York, había colgado su fotografía al no lograr localizarlo. Los peores augurios se confirmaron al poco tiempo. El joven se encontraba entre los fallecidos en el Bataclan. “Nick no era solo nuestro hermano, hijo y tío, era el mejor amigo de todos, generoso, divertido y ferozmente leal”, señaló su familia en un comunicado en el que confirmaba su muerte, según recalca el diario The Guardian. “Murió haciendo el trabajo que más le gustaba”, añadió.

El joven abogado francés Valentin Ribet, de 26 años, también asistía al concierto en la sala Bataclan en el momento del atentado. Su nombre ha trascendido por las condolencias hechas públicas por la escuela universitaria británica London School of Economics, donde se había graduado en Derecho comercial internacional en 2014. Ahora trabajaba con el reputado abogado Antonin Lévy, hijo del filósofo Bernard Henri Lévy, en el gabinete Hogans Lovells de París.

Juan Alberto González, un granadino de 29 años, llevaba dos viviendo en la capital francesa, donde trabajaba como ingeniero. El viernes había acudido a la sala Bataclan para disfrutar del concierto. Lo hizo junto a su mujer, Ángela Reina, que salió ilesa del atentado. La pareja se había casado este verano. "Aún no nos lo creemos, hace cuatro meses estábamos en su boda", ha manifestado un primo del joven este lunes.

Michelli Gil Jáimez, de 27 años, tenía la doble nacionalidad española y mexicana. La joven, nacida en Tuxpan (Veracruz), vivía en París. Se encontraba en el restaurante La Belle Equipe en el momento del atentado.

Valeria Solesi nació hace 28 años en Venecia. Vivía desde hace cuatro en París, donde realizaba un doctorado en Demografía en la Universidad de la Sorbona. En La Repubblica, sus allegados la retratan como una persona tenaz con un estupendo cerebro, fruto del cual había terminado su carrera en un tiempo récord. Era licenciada en Sociología por la Universidad de Trento. El viernes, Valeria fue a la sala Bataclan, de la que no salió con vida.

Nohemí González, estudiante de EE UU de 23 años, también murió el viernes. La Universidad Estatal de California en Long Beach confirmó el sábado que González, una de sus estudiantes de intercambio, murió víctima de los ataques terroristas. La joven, de 23 años, era de origen mexicano pero nació en El Monte, un municipio al este de Los Ángeles. Estudiaba Diseño en la universidad pública y había ido a París por seis meses.

Elsa Veronique Delplace y Patricia San Martín eran una madre y su hija, de nacionalidad chilena pero con residencia en Francia. Presenciaban el espectáculo en la sala Bataclan. Según la presidenta del Partido Socialista chileno, la senadora Isabel Allende, San Martín es sobrina del embajador chileno en México, Ricardo Núñez.

San Martín, nacida en Chile en 1954, se había casado hace años con el francés Michel Laplace, con quien tuvo a su hija Elsa en 1980. La mujer había llegado a Francia junto a sus padres, militantes comunistas exiliados por la dictadura de Augusto Pinochet que habían sufrido detención política y tortura en la ciudad chilena de Valdivia. Según fuentes cercanas a la familia, San Martín fue al concierto de Eagles of Death Metal en el Bataclan con su hija Elsa, su nieto de cinco años y una amiga, que resultó herida. Cuando empezó la matanza, el pequeño se escondió. Posteriormente fue rescatado y ahora está junto a sus abuelos paternos.

El chileno Luis Felipe Zschoche Valle, un músico de 32 años que residía en la capital francesa desde hace ocho, es otra de las víctimas de los ataques terroristas. Había asistido junto a su esposa a la sala de conciertos Bataclan, de la que no salió con vida.

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