La izquierda portuguesa pacta el fin de los recortes cuando gobierne
Tras 40 años de desencuentros, la mayoría de izquierdas se une para acabar con las privatizaciones, reponer festivos y subir el salario mínimo
El Partido Socialista de Portugal y el Partido Comunista pusieron el domingo a la noche fin a 40 años de distanciamiento, cuando no de oposición, al refrendar el acuerdo que llevará al Gobierno al líder socialista, António Costa, en las próximas semanas con el principal apoyo parlamentario del PC y el Bloco de Esquerda.
Un mes después de las elecciones, donde la coalición de centroderecha PSD-CDS ganó pero sin mayoría absoluta, los partidos de izquierda han firmado sendos y largos documentos donde se detalla un pacto con "perspectiva de legislatura". Tal eufemismo es la fórmula semántica para contentar a todos: a PC y Bloco, para que puedan romper el acuerdo cuando consideren que el Gobierno socialista toma medidas contra trabajadores o pensionistas, y, por otro lado, cumplir el mandato del presidente de la nación, Aníbal Cavaco Silva, de que solo encargará formar gobierno a quien presente un pacto de legislatura y se comprometa a cumplir con los compromisos internacionales.
Pero aparte del eufemismo de "perspectiva de legislatura", los tres acuerdos que el PS ha firmado, separadamente, con el PC, el Bloco y Los Verdes (que iban en coalición electoral con el PC) son una retahíla de decenas y decenas de puntos políticos y económicos. Por el lado político, los cuatro se comprometen a votar contra el Gobierno de Passos Coelho mañana martes -lo que provocará su automática dimisión-. Habrá sido, con sus 11 días, el Gobierno más breve de la historia del país. Seguidamente, el presidente abrirá consultas con los líderes políticos y encargará el ejecutivo al PS (86 diputados), que tendrá el apoyo del Bloco (19) y PC más Verdes (17). En ese acuerdo, nunca los partidos de izquierda podrán votar una moción contra Costa.
El acuerdo es con "perspectiva de legislatura", un eufemismo para que PC y Bloco rompan cuando lo estimen oportuno sin descartar los cuatro años que exige el presidente del país
Por el lado económico, los acuerdos llegan hasta su máxima concreción, como es el caso de los plazos en que debe subirse el salario mínimo o reponerse pensiones y sueldos de funcionarios. En la noche del domingo, el Comité Central del PC aprobó por unanimidad apoyar al Gobierno socialista, y el Comité Político del PS hizo lo mismo con la iniciativa de su líder Costa, aunque contó con cinco votos en contra, de los críticos de Francisco Assís.
Las medidas acordadas suponen, en general, el fin de los recortes de la troika y la vuelta al escenario económico de 2011, con reducción de los recortes en pensiones y salarios. Estos son algunos de los acuerdos del cuatripartito:
Pensiones: Actualización desde el 1 de enero. Eso supone 1,8 euros más al mes de las pensiones más bajas. La actualización estaba suspendida desde 2010.
Complementos sociales: Repuestos al nivel de 2011. Estos complementos son para las rentas mínimas de jubilados y familias.
40 años después del PREC
La colaboración de socialistas y comunistas en un Gobierno de Portugal no se veía desde 1975. Desde la revolución de los Claveles (abril de 1974) hasta el 25 de noviembre de 1975, Portugal vivió en el alambre. Mes a mes se sucedían gobiernos provisionales en donde estaban representados toda clase de partidos de izquierda, limitados a la derecha por el Partido Socialista y a la extrema izquierda por maoistas. Se nacionalizó todo lo que se consideraba basico para el país, sin olvidarse de la cerveza o el papel higiénico, además de la banca, los seguros, el transporte, la siderurgia, el cemento o las industrias químicas. El 25 de noviembre del mismo año, hubo un golpe de estado de extrema izquierda que fracasó, el PS de Mario Soares rompió con el PC de Álvaro Cunhal y hasta ahora. Durante esos 40 años, los gobiernos de Portugal se han formado con diferentes combinaciones del PS, el centristas PSD y el derechista CDS sin excluir ninguna posibilidad.
Funcionarios públicos. Desde hace varios años, a los funcionarios que ganaban más de 1.500 euros les fue recortado el sueldo un 10%. Cada trimestre de 2016 se les repondrá un 25%, por lo que pasarán a ganar 150 euros más a partir de octubre.
Salario Mínimo a 600 euros. La subida del 20% será gradual. El próximo año subirá de los actuales 505 euros a 530; y en 2017 a 557 euros, para acabar la legislatura en los 600 euros.
Cuatro festivos más. En 2013 se suprimieron cuatro fiestas, dos laicas (Día de la Independencia y Día de la República) y dos religiosas (Corpus Christi y Todos los Santos).
Horario de 35 horas semanales. Los funcionarios trabajarán 35 horas semanales. De hecho, ya muchos ayuntamientos lo ejercían; el Gobierno anuló esa medida, pero el Constitucional dio la razón a los funcionarios.
Legislación laboral. Profundos cambios en la legislación para castigar los contratos temporales, las prácticas abusivas, la recalificación o la movilidad, dando más poder a los sindicatos en los convenios colectivos con el sector.
Declaración de la renta. Mayor progresividad del impuesto y deducción por cada hijo. El Gobierno del PSD-CDS había reducido los tramos impositivos de 8 a 5.
Sobretasa sobre el IRPF: Se pagaba un 3,5 de sobretasa en la declaración del impuesto sobre la renta. Reducción del 50% en 2016 y desaparición en 2017.
Bajada del IVA de la restauración: del 23% al 13% desde el 1 de enero.
Impuesto sobre herencias: Se crea un impuesto sobre las herencias por encima del millón de euros.
Tasa social única para la Seguridad Social. Se suprime en el caso de los trabajadores con salario inferior a 600 euros. Ganarán 7,8 euros más al mes.
Tasas por servicios de salud. Eliminadas las tasas para ir a urgencias siempre que el paciente vaya enviado por un médico o enfermero. También se elimina la última ley aprobada por el Gobierno del PSD-CDS que implantó una tasa para la mujer que fuera a abortar.
Tarifa social eléctrica. El Bloco no ha podido imponer la rebaja del IVA de la factura de la luz del 23% al 6%, pero sí que se aplique la tarifa social a 500.000 familias con bajos recursos.
Fin de las privatizaciones. No habrá más privatizaciones y se da marcha atrás a las que ya estaban en curso, como es el caso de las líneas aéreas nacionales TAP. También se anula la reciente privatización de la gestión del metro y los autobuses de Lisboa y Oporto, una de las cuales había sido adjudicada a la española Alda.
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