Comienza el proceso de elección del nuevo líder del laborismo británico
Jeremy Corbyn parte como favorito en la consulta, en la que hay 610.000 registrados
El proceso de elección del líder del Partido Laborista británico arrancó este viernes con el envío de las papeletas de voto a los 610.000 registrados, de los que un tercio se sumó tan sólo en la última semana, previsiblemente con el objetivo de decantarse por el izquierdista Jeremy Corbyn. Al menos ese es el temor del establishment del partido, movilizado para intentar evitar la victoria en la liza —cuyos resultados se conocerán el 12 de septiembre— de un socialista de la vieja escuela a quien retratan como un impedimento para regresar al poder.
Pero Corbyn, veterano parlamentario de 66 años, sigue incrementando su ventaja. La última encuesta de YouGov para The Times le da el 57% de apoyo, frente al 20% de Andy Burnham, el 16% de Yvette Cooper y el 7% de Liz Kendall, los tres centristas aunque con matices. El diario vaticina que el margen que separa a Corbyn de sus rivales va a incrementarse después del alud de demandas de registro que ha recibido el laborismo. El desenlace está a partir de este viernes en manos de los afiliados, los sindicatos afines al partido y los simpatizantes que han pagado cinco euros para poder votar hasta el 10 de septiembre. El partido busca al sucesor de Ed Miliband, que dimitió tras las elecciones generales del pasado 7 de mayo, que ganaron los conservadores con mayoría absoluta.
Cooper, a quien el diario The Guardian ha brindado este viernes su apoyo por considerar que es la única candidata capaz de mantener unidas a las facciones del partido, retrocede en los sondeos quizá por sus recientes y duras críticas a Corbyn. El tabloide Daily Mirror, identificado con el voto laborista, avala por su parte la candidatura de Durnham, el más socialdemócrata, aunque al tiempo aboga por que ésta incluya de algún modo al viejo izquierdista.
El político del que todo el mundo habla en Reino Unido, para bien o para mal, acaba de presentar un programa político de 10 puntos cuyas copias ya han sido remitidas a los votantes. Bajo el lema “crecimiento, no austeridad”, aboga por la renacionalización de los sectores energético y ferroviario, que el país se desprenda de los submarinos Trident como parte de un programa de desarme nuclear, acciones decisivas contra el cambio climático o protección de la legislación laboral, eliminando los contratos basura (llamados aquí de “cero horas”).
El futuro, sentencia Corbyn, debería pasar por un potenciamiento de la innovación, y por “trabajos, vivienda y servicios públicos decentes para todos”. Las políticas para conseguirlo han sido tildadas por sus rivales de idealistas y de “ancladas en el izquierdismo de los años ochenta”, pero el candidato que partía inicialmente como caballo perdedor ha conseguido seducir a muchos jóvenes que precisamente no quieren renegar del idealismo.
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