Hollande y Merkel buscan limar sus diferencias sobre la crisis de Grecia
Los dos mandatarios se reúnen este lunes en El Elíseo para pactar posiciones ante la cumbre del Eurogrupo
Las relaciones entre las dos grandes potencias de la eurozona se han resentido ante la crisis griega, pero el triunfo del no en el referéndum obliga a París y Berlín a buscar un consenso como paso previo para lograr un acuerdo con Atenas. Por eso, el presidente francés, François Hollande, y la canciller, Angela Merkel, anunciaron el domingo al cierre de urnas en Grecia que se entrevistarán hoy en el Elíseo para limar discrepancias.
“El encuentro se inscribe en el marco de la cooperación permanente entre Francia y Alemania para contribuir a una solución duradera en Grecia”, dijo Hollande, que en la noche del domingo habló con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, tras la victoria del no. Francia insiste en que no debe plantearse que Grecia deje el euro.
Los dos máximos dirigentes de la Unión Europea mantendrán una reunión de trabajo con sus más directos colaboradores y cenarán en el palacio presidencial. La tensión entre Berlín y París quedó de manifiesto especialmente a comienzos de la semana pasada. Mientras Merkel declaraba interrumpido todo diálogo con Atenas hasta después de la consulta, Hollande afirmaba que había que seguir negociando para lograr un acuerdo previo in extremis.
El presidente francés llegó a decir, en clara referencia a Berlín: "Francia no está en el veto, en la brutalidad. Debemos seguir buscando el acuerdo, la negociación…la razón". "No estoy en las afirmaciones perentorias, en las rupturas brutales". Ahora, Francia insiste en que hay que evitar a toda costa la salida de Grecia del euro, una hipótesis que sí manejan diversos dirigentes alemanes y que es apoyada por su opinión pública.
El economista francés Thomas Piketty, autor del libro El Capital del siglo XXI ha aconsejado a Hollande que “imponga su veto” para evitar que Grecia abandone la moneda única. En declaraciones al diario Le Monde, Piketty argumenta que, si Francia mantiene posiciones blandas, existe el riesgo de que “los conservadores” destruyan la Unión Europea.
Hollande, pese a todo, ha insistido estos días en que ha trabajado estrechamente con Merkel para encontrar salidas a la crisis. Las fuentes oficiales consultadas aseguran que toda salida al problema con Grecia tiene que pasar “por un acuerdo franco-alemán”. En su búsqueda, es obvio que París será el interlocutor con puentes más abiertos.
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