Polonia antepone las desigualdades sociales a la amenaza rusa
La victoria de los conservadores en la primera vuelta de las presidenciales sorprende al gobernante partido liberal
Los polacos han privilegiado la discusión sobre asuntos sociales a los temas de seguridad. Los sondeos a pie de urna aseguran que Andrzej Duda, conservador del partido Ley y Justicia (PiS, en sus siglas en polaco), se impuso ayer por sorpresa en la primera ronda de las elecciones presidenciales al candidato liberal y claro favorito, Bronislaw Koromowski. El conservador tendría el 34,5% de los votos, y el liberal el 33,1%. Komorowski, que se presenta a la reelección en nombre de la Plataforma Cívica (el partido en el Gobierno), basó su campaña en temas de seguridad y las malas relaciones con Rusia, mientras que Duda apostó por reivindicaciones sociales, el euroescepticismo y la defensa de los valores cristianos. Los dos pasarán a una segunda vuelta el 24 de mayo.
El discurso de Duda, un abogado desconocido al que las encuestas unas semanas atrás no concedían ninguna posibilidad, tiene una columna vertebral clara: el notable crecimiento económico de Polonia (3,4% este año) está dejando atrás a partes importantes de la población. Su principal reivindicación ha sido adelantar la edad de jubilación (que los liberales postergaron hasta los 67 años), bloquear la implantación del euro para evitar la subida de precios, y fomentar la natalidad, cuyo descenso asocia a la precariedad laboral y la pérdida de principios católicos. Komorowski, antiguo ministro de Defensa, ha respondido con un discurso muy centrado en las turbulencias en la región tras la crisis de Ucrania y las consiguientes malas relaciones con Rusia.
Las atribuciones del jefe de Estado en Polonia son muy limitadas, pero entre ellas están el comando de las fuerzas armadas y el diseño de la política exterior en colaboración con el ministro de Exteriores. Por eso, el discurso de Komorowski resulta más realista respecto al verdadero papel que le tocaría representar, mientras que el de Duda se refiere a elementos sobre los que no tiene control real. Sin embargo, los resultados tienen una lectura clara como voto de castigo a Plataforma Cívica. Los liberales, al fin de su segunda legislatura en el Gobierno, llevan dando señales de agotamiento desde que el año pasado Donald Tusk dejó el puesto de primer ministro para dirigir el Consejo de Europa. Sus resultados en las elecciones municipales del pasado noviembre quedaron por debajo de lo previsto, y esta derrota en las presidenciales puede marcar un punto crítico.
La primera ministra, Ewa Kopacz, se ha implicado mucho en la campaña de Komorowski, y los resultados son una derrota también para su discutida gestión. A finales de año Polonia volverá a las urnas para las elecciones parlamentarias, y los ultranacionalistas de Ley y Justicia, encabezados por el ex primer ministro Jaroslaw Kaczynski, cada vez parecen una opción con más opciones de discutirle el papel a Kopacz.
No se esperan resultados oficiales hasta muy avanzada la jornada. Incluso puede que se retrasen varios días. Aunque el sistema de recuento informatizado se llevará a cabo de manera paralela, los resultados finales serán decididos por el recuento manual para evitar una crisis similar a la vivida durante las elecciones locales de noviembre, en las que un fallo informático impidió conocer los resultados definitivos hasta una semana después, alentando toda clase de acusaciones de manipulación.
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