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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Quo vadis UK?

El triunfo de Cameron no resuelve el papel de la encogida Gran Bretaña

Francisco G. Basterra

¿Quién dijo que la política era aburrida? Los pronósticos, basados en unos sondeos previos errados, auguraban un Parlamento fragmentado, el fin del tradicional bipartidismo británico, la vuelta a un modelo europeo continental de consensos desconocidos en la isla excéntrica. Lo que importa es la foto final. Al revelarla tras una madrugada apasionante, con los líderes laborista, liberal demócrata y populista antieuropeo del UKIP, fusilados al amanecer, no hay mudanza en el modesto 10 de Downing Street. El bipartidismo aguanta sin necesidad de un partido bisagra. Interesante ejemplo para España donde quizás lo estemos enterrando prematuramente.

David Cameron, 48 años, producto del privilegio británico, le ha dado la vuelta a los pronósticos, machacando un mensaje simple: los conservadores somos el partido fiable, de la estabilidad, de la recuperación económica, frente a los ineptos laboristas condenados a llevar al país a la ruina. ¿Les recuerda a algo y a alguien este discurso? La recuperación económica en Reino Unido con un paro del 5,6%, sí, con salarios mínimos, con aumento del precariado y de la desigualdad, con un millón de británicos acudiendo a los bancos de alimentos, con 2,3 millones de niños en riesgo de pobreza extrema, han cotizado al alza en las elecciones del jueves. La recuperación estadística ha bastado.

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El poder ejercido en tiempos de crisis máxima desgasta al que lo ejerce, pero más se deteriora la oposición, sobre todo, si se muestra ambigua, es dirigida por un líder sin suficiente empuje, no se atreve a defender sus principios y acaba camuflándose con la política de austeridad de los conservadores. La mayoría se agarra, sin entusiasmo, a lo existente por miedo a perderlo.

Desde los años gloriosos de Blair, que inventó una tercera vía para ocupar el poder tres lustros seguidos, el laborismo es un navío a la deriva, que lucha contra la quiebra del contrato social, inventado por los británicos tras la II Guerra Mundial, que garantizaba la protección del Estado al ciudadano desde la cuna a la tumba. La reelección por mayoría absoluta de Cameron confirma in extremis la estabilidad del sistema británico, pero el terremoto nacionalista en Escocia, que ha enterrado a los laboristas, advierte de la necesidad de cambiar el sistema electoral. Los antieuropeos del UKIP, con el 12% de los votos logran un escaño, mientras que los nacionalistas escoceses, con menos del 5% obtienen 56. ¿El final de Reino Unido?¿Imaginan las consecuencias en España del nacionalismo catalán o vasco copando todos los escaños en sus territorios en unas generales?

El brillante triunfo de Cameron no resuelve el problema más importante de la encogida Gran Bretaña: su papel en el mundo. ¿Quo vadis UK? Ha sido una campaña de campanario en la que la política exterior no ha existido. Habrá un referéndum de permanencia o salida de Europa. Lo segundo sería un desastre para británicos y europeos. Mi apuesta: Reino Unido continuará en la UE tras unas largas y difíciles negociaciones con Bruselas.

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