Finlandia elige en las urnas una salida a su profunda crisis económica
Un sondeo da la victoria de las legislativas a la oposición centrista y augura el tercer puesto para los populistas y eurófobos Verdaderos Finlandeses
La economía ha monopolizado la campaña de las elecciones legislativas que este domingo se celebran en Finlandia. No podía ser de otra manera: el país registra ya tres años consecutivos de crecimiento negativo y su PIB es inferior al de 2007. La deuda pública se ha duplicado en la última década y ya sobrepasa el 60% del PIB. El Gobierno de coalición saliente se ha visto absolutamente sobrepasado por los hechos y ha concluido su mandato con una guerra abierta entre conservadores y socialdemócratas, los dos principales partidos de la coalición. Los sondeos auguran un cambio de gobierno, con la victoria del opositor Partido de Centro.
La encuesta más reciente, difundida este jueves por la televisión nacional YLE, revela que los centristas del millonario ingeniero Juha Sipilä han afianzado su ventaja y cosecharían el 24% de los votos, frente al 16,9% de su principal rival, el partido conservador Kokoomus del actual primer ministro, Alexander Stubb.
Según la misma encuesta, el partido populista de ultraderecha Verdaderos Finlandeses, la otra gran fuerza de la oposición, lograría el tercer puesto con el 16,7% de los sufragios, en detrimento de los socialdemócratas, que caerían a la cuarta plaza con el 15,1% de las papeletas.
Dado que la victoria centrista parece asegurada, lo que realmente despierta el interés en los comicios de este domingo es el resultado que obtendrán los otros tres grandes partidos, ya que podría ser decisivo cuando Sipilä escoja a sus socios para formar un Gobierno de coalición. El escaso margen entre conservadores, populistas y socialdemócratas, con menos de dos puntos de diferencia entre ellos, y el alto número de indecisos —casi el 40% de los encuestados— deja muy abierto el resultado final.
Sipilä ha admitido en varias ocasiones que no descarta formar una coalición con ninguno de los otros tres grandes partidos, incluidos los Verdaderos Finlandeses. Hace cuatro años, sólo el firme rechazo de la formación de Soini a participar en los rescates financieros de Portugal y Grecia apartó del Gobierno a Verdaderos Finlandeses, que habían arrasado en aquellas elecciones y multiplicado por ocho su número de diputados.
Todas las formaciones, a excepción de la Unión de Izquierda, han prometido serios ajustes para la próxima legislatura, pero por otro lado también prometen mantener el Estado de bienestar. El reclamo a los votantes es prometer la vuelta a los niveles de competitividad que Finlandia tenía hace unos años (su tasa de competitividad actual está un 10% y un 15% por debajo de Suecia o Alemania). El desempleo también ha sobrepasado una nueva barrera para situarse en el 10,2%. En los últimos indicadores, Finlandia está a la cola de Europa junto a Grecia y Chipre.
En la última semana de la campaña electoral se coló el tema de las relaciones con Rusia, su vecino del este, con el cual comparte 1 300 kilómetros de frontera. El detonante fue una carta conjunta de los ministros de Defensa de Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca, además del ministro de Exteriores de Islandia, que enfatiza en la necesidad de profundizar la cooperación militar y de defensa de los países firmantes ante la creciente actividad militar rusa. Moscú interpreta el documento como un paso de Suecia y Finlandia a unirse a la OTAN.
“La situación de seguridad en las áreas próximas a los países nórdicos ha empeorado sensiblemente durante los últimos años” y las actividades rusas “representan una amenaza a la región”. Tanto Suecia como Finlandia no pertenecen a la OTAN y solo mantienen un acuerdo de asociación con la Alianza Atlántica.
Tradicionalmente la opinión pública finlandesa ha sido contraria a la integración a la Alianza. Pero durante la campaña el jefe de Gobierno Stubb ha hecho campaña abierto por la OTAN. “Yo creo que llegará el día en que Finlandia sea miembro de la OTAN, y que esto traerá seguridad y nos llevará a nuestro entorno natural que forman las democracias occidentales”, dijo recientemente Stubb. Por su parte el probable primer ministro Sipilä piensa que el acuerdo de partenariado es suficiente.
Las últimas encuestas dan un 57% al rechazo a la OTAN frente a un 28% de respaldo. Estos porcentajes permanecen inmutables a pesar incertidumbre geopolítica en el este de Europa.
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