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Cuba, el destino más deseado de famosos y políticos de EE UU

Desde que Obama anunció la normalización de relaciones, el flujo de visitas estadounidenses a la isla no ha parado

Silvia Ayuso
Coches clásicos en La Habana a la espera de turistas
Coches clásicos en La Habana a la espera de turistasJoe Raedle (Getty Images)

Antes de salir de La Guarida, uno de los paladares (restaurantes particulares) más famosos de La Habana, el comediante estadounidense Conan O’Brien se detuvo ante las numerosas fotos de famosos que cuelgan en sus paredes.

Beyoncé y Jay Z, Kevin Spacey, Naomi Campbell, Jack Nicholson… La lista de estrellas norteamericanas que han posado en el restaurante es larga. Y eso que data, en buena parte, de mucho antes de que el presidente estadounidense, Barack Obama, anunciara la normalización de las relaciones con Cuba el 17 de diciembre y flexibilizara un mes más tarde los viajes a la isla. Aunque el turismo, oficialmente, sigue prohibido.

O’Brien, que hace pocos días emitió el primer late night estadounidense grabado en la isla en más de medio siglo, sacó un retrato suyo y lo colgó en medio de la colección de fotos del restaurante que 20 años atrás sirvió de escenario para la laureada cinta cubana “Fresa y Chocolate”. Al dueño del paladar le pidió que no lo retire porque quiere verlo a su regreso. Porque, asegura, no hay nada que le apetezca más que volver.

“No veo la hora de regresar a La Habana”, dijo O’Brien. No es el único. Varias compañías han comenzado ya -o están en plenos preparativos para ello- a aumentar los vuelos chárter hacia la isla desde diversos puntos de EE UU, incluido Nueva York. Se espera también que en breve las aerolíneas comiencen a ofrecer vuelos regulares a Cuba, aunque todavía haya que camuflar el viaje bajo una de las 12 categorías por las que EE UU permite ir a la isla, como un intercambio cultural o religioso.

Fragmento del 'late night' de Conan O'Brien en Cuba. | TEAM COCO

Quienes no necesitan justificación son los políticos, algo que no dudan en aprovechar. Desde el 17 de diciembre, el peregrinaje a La Habana de senadores, congresistas o gobernadores ha sido constante.

Sus intenciones son bastante más serias que las de O’Brien, pero las conclusiones de su estancia resultan muy similares: los cubanos, afirman, están entusiasmados por el cambio de política tras más de medio siglo de tensiones y esperan que esto mejore sus condiciones.

“Me impresionó la reacción abrumadoramente positiva entre los cubanos que vimos, incluidos algunos abiertos críticos con el Gobierno cubano, a la decisión del presidente Obama de restablecer relaciones diplomáticas con Cuba”, dijo a este periódico en un correo electrónico Patrick Leahy. El senador demócrata fue clave en las negociaciones entre Washington y La Habana y el responsable de traer de vuelta al contratista estadounidense Alan Gross, liberado el 17 de diciembre tras cinco años de cárcel como parte del acuerdo bilateral.

Dos meses después, Nydia Velázquez también viajaba a La Habana junto con otra media docena de legisladores demócratas, entre ellos la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi. Fueron recibidos por el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, y el vicepresidente primero, Miguel Díaz-Canel, posible sucesor de Raúl Castro. Pero a Velázquez, entre las cosas que más le impresionaron, al igual que a Leahy, fue la bienvenida popular que recibió.

“Ver la cara de alegría en los cubanos, ese rostro, ese sentido de recibirnos con los brazos abiertos fue una cosa increíble, espectacular”, relató Velázquez, quien hace 21 años presentó la primera propuesta de ley para acabar con el embargo a Cuba.

Tanto Leahy como Velázquez son conscientes de que, hasta que no se levante el embargo, la mayor parte de los estadounidenses no podrán ver con sus propios ojos esa alegría. Ninguno se atreve a pronosticar el fin de una medida considerada un “fracaso” por Obama pero a la que se aferran no pocos congresistas, en cuyas manos está levantarlo.

Mientras, programas como el de O’Brien van abriendo el apetito por un viaje imaginado y deseado por muchos estadounidenses. El comediante se definió como parte de una “primera oleada” de viajeros estadounidenses. Pocos dudan de que tarde o temprano llegarán más.

Politics and prose, una de las librerías más icónicas de Washington, ya está lista para ello. “¡Cuba! Lee esto antes de ir”, reza el cartel sobre la mesa dedicada exclusivamente a libros sobre la isla, desde Hemingway a Padura pasando por análisis sobre las relaciones bilaterales. Y, por supuesto, varias guías turísticas.

EE UU-Cuba, un viaje cada vez más fácil

S. Ayuso

Desde que el presidente Barack Obama flexibilizó a mediados de enero las condiciones para permitir los viajes a Cuba, era cuestión de tiempo que las agencias de viajes en línea -que hasta hace poco ni siquiera permitían introducir como destino un aeropuerto cubano si el de salida era uno estadounidense- se amoldaran a los nuevos tiempos.

La primera empresa en hacerlo, Cheapair, no ha tardado ni un mes: desde finales de febrero, permite reservar todos los pasajes -desde el lugar de destino en EE UU hasta La Habana- en una sola transacción, aunque se sigue teniendo que hacer una escala en un tercer país, generalmente Canadá, México o Panamá.

Según la compañía, este nuevo servicio -el resto de webs como mucho muestran las posibles conexiones, pero no le permiten al viajero comprar los pasajes a través de su sistema- responde al “incremento de solicitudes para viajar” a la isla registrado desde la flexibilización de los viajes.

“¡No vemos la hora de atenderles!”, afirma también la compañía de cruceros canadiense Cuba Cruise, que también acaba de abrir sus servicios a viajeros estadounidenses. Pese a todo, reservar un pasaje desde EE UU a Cuba sigue siendo más complicado que otros destinos, como demuestran todas las alertas e instrucciones extra que saltan automáticamente a la pantalla al buscar un pasaje para la isla.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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