Encontrado en los Andes un avión desaparecido hace 53 años

En su tercera expedición a Los Andes, los montañistas Leonardo Albornoz y Lower López lograron su objetivo: encontraron los restos del avión modelo Douglas DC-3 de doble hélice de la compañía LAN desaparecido hace casi 54 años, el 3 de abril de 1961. Los andinistas crecieron en la zona donde se produjo el accidente, cerca de la ciudad de Linares, a unos 300 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Conocían, como muchos chilenos, la historia detrás de la catástrofe: ocho futbolistas y el entrenador de un equipo de primera, el extinto Green Cross, habían perdido su vida en la montaña y sus restos, en su mayoría, nunca habían sido encontrados.

Los dos exploradores tenían la certeza de que podrían ubicar vestigios del avión, que transportaba en total a 24 personas, entre ellas a dos árbitros. Los funerales de los pasajeros se hicieron con apenas algunas partes de los cuerpos. Pero cuando Albornoz y López el pasado 4 de febrero hicieron el hallazgo, se sorprendieron: “Yo pensé que el avión iba a estar completamente desintegrado, pero encontramos gran parte del fuselaje. Fue conmovedor y emotivo”, señaló Albornoz al periódico La Tercera.

El Green Cross era un equipo de fútbol importante en Chile y llegó a jugar en primera división. Apodados los Pijes por su relación con los empresarios, ganó el campeonato local de 1945. Hace casi medio siglo, sin embargo, dejó de existir cuando se fusionó con otro club, Deportes Temuco. Pese a su extinción, la leyenda del Green Cross es conocida y recordada, sobre todo por la desgracia que marcó sus últimos años. Cuando se produjo el accidente, el equipo regresaba del un partido en la ciudad de Osorno, en el sur del país. Fue una tragedia nacional y las condolencias a Chile llegaron de todas partes del mundo, sobre todo desde Argentina y del club Boca Junior, de donde provenía el jugador Eliseo Mouriño, también muerto en Los Andes.

Poco después del accidente en 1961, los equipos de rescate encontraron el extremo de la cola del avión y algunos restos humanos, pero el trabajo fue suspendido debido a la peligrosidad y a la ubicación del lugar del accidente, informa Reuters. Para llegar hasta a ese lugar, a 3.000 metros de altura, el equipo de exploradores de nueve miembros ha viajado dos días a caballo, atravesando arroyos y barrancos, además de otros dos días de escalada en las montañas.

La noticia ha sido recibida con emoción por los familiares de las víctimas, que organizan un viaje a la zona para realizar un homenaje y estudian la posibilidad de exhumar los restos sepultados hace casi 54 años, para determinar con precisión la identidad de los fallecidos. El hallazgo también ha hecho revivir el dolor. Uno de los miembros de aquel equipo, Alfredo Gutiérrez, miraba la televisión cuando se enteró de la noticia, según relató el diario La Tercera. Si no hubiese cambiado de avión con Héctor Toledo, uno de sus compañeros del Green Cross, debería haber muerto en la tragedia de abril de 1961.

“Para mí fue una sorpresa el hallazgo, porque creía que eso lo habían encontrado hace 54 años. Imagínate, yo debí haber ido en ese avión, debí haber muerto en esa nave y, sin embargo, estoy acá, enterándome de todo esto”, confesó el hombre, que se desempeñó como delantero del Green Cross.