Strauss-Kahn niega ser un proxeneta ante el tribunal que le juzga
El exdirector del FMI se enfrenta a 10 años por sus bacanales con prostitutas
La declaración de Dominique Strauss-Kahn ante el Tribunal de Gran Instancia de Lille era la más esperada del llamado caso Carlton de Lille. El exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) y político con más opciones de convertirse en presidente de la República Francesa en 2012, ha declarado este martes aparentemente tranquilo, “feliz” de poder explicarse, ante el tribunal que le juzga por presunto proxenetismo agravado, penado con diez años de cárcel y 1,5 millones de euros de multa. Su objetivo: demostrar que no mantuvo relaciones con prostitutas, sino con mujeres que él creía “libertinas” atraídas por su poder.
Corbata gris, elegante traje azul marino, el conocido por sus iniciales, DSK, se enfrenta a lo que puede ser su final definitivo como hombre público. Tres activistas de Femen con el torso desnudo, que reivindicaban la penalización de los clientes de la prostitución —en Francia no se castiga pagar por sexo, pero si el proxenetismo— se han lanzado sobre su coche cuando el expolítico llegó al tribunal. En la sala, Strauss-Kahn se ha mostrado tranquilo y locuaz al hablar de la importancia de su trabajo al frente del FMI — “había estallado la crisis de 2009 y estábamos intentando salvar al planeta de la catástrofe”, ha dicho— y de la imagen que este proceso está dando al mundo de él: “Da la sensación de que mantenía una actividad frenética, desbocada de orgías”, dijo. “Fueron cuatro al año durante tres años. No más”. DSK ha mantenido durante su declaración, por supuesto, su línea de defensa: desconocía que las jóvenes que iban a las orgías junto a sus amigos eran prostitutas.
DSK comparecía junto al núcleo duro de esa presunta red de proxenetismo que organizaba las orgías al gusto del expolítico y también en función de su agenda. A su lado estaban el empresario de una firma antes asociada a Eiffage, David Roquet, el también empresario e “íntimo amigo” de Strauss-Kahn, Fabrice Paszkowski, y el excomisario de policía Jean-Christophe Lagarde. Una vez admitido que contrataban prostitutas, todos aseguraron que DSK desconocía que las veladas sexuales eran pagadas.
El relato conocido hasta ahora en este proceso, cuya vista oral se inició el 2 de febrero y terminará previsiblemente al final de la próxima semana, muestra una sórdida historia de un grupo de amigos que se ocupaban de buscar, pagar y llevar a prostitutas a hoteles o apartamentos de Lille, París, Bruselas, Nueva York y Washington. El objetivo: complacer los insaciables apetitos sexuales de un político poderoso y en ascenso. La mujer M., belga de origen marroquí, ha contado este martes al tribunal que eran los amigos de DSK los que le pagaban y viajaban con ella, y ha llorado de nuevo al recordar la brutalidad de la que fue objeto por parte del exdirector del FMI. Un relato que el expolítico después ha negado rotundamente.
Solo fueron cuatro [orgías] al año. Entonces intentaba salvar el planeta”, dijo DSK
El presidente del tribunal, Bernard Lemaire, le ha recordado a Strauss-Kahn que el fiscal ha pedido archivar el caso, pero que el juez instructor considera que el imputado no podía ignorar la condición de las mujeres que participaban en sus orgías, que los SMS con los otros acusados hablando del “material”, de los “dossieres” y las “amiguitas” le delatan y que el hecho de disponer de un apartamento en la avenida Iena de París para sus encuentros sexuales es una prueba evidente de su proxenetismo.
Las preguntas del tribunal, de la fiscalía y de los abogados de la acusación han puesto en ciertos aprietos a Strauss-Kahn en su primer día de declaración. Si su “amigo íntimo” Paszkowski no le había alertado de la condición de las amigas que llevaba a las orgías era por complacerle, ha sostenido el expolítico. “Siento horror por las relaciones pagadas”, ha dicho para defender después su gusto por el libertinaje —“el sexo por el sexo”— aun con mujeres desconocidas y solas y sin preguntar si eran remuneradas. “Asumía ese riesgo”, ha afirmado.
La sentencia podría conocerse este mes. Si el tribunal decide que Strauss-Kahn es culpable de proxenetismo agravado (ayudar, asistir o proteger la prostitución en compañía de otros como autor o cómplice), la pena es importante. También la multa, una cantidad equivalente a la que tuvo que pagar a la limpiadora del hotel de Sofitel de Nueva York, Nafissatou Diallo, que le acusó en 2011 de agresión sexual, momento en el que comenzó la caída estrepitosa de este político francés.
Según su propia declaración de ayer, DSK es ahora un hombre menos rico de lo que fue. "Divorciado" de la acaudalada periodista Anne Sinclair, con la que en la época de los hechos juzgados (2007-2011) mantenía una "relación conyugal complicada", la quiebra de la firma LSK en la que se implicó le ha hecho perder, dijo ayer, "tiempo, dinero y reputación". El expolítico, que ahora aconseja a empresas y gobiernos, además de ofrecer conferencias en medio mundo, dice tener unos ingresos mensuales de 10.000 euros al mes (como indemnización de sus puestos anteriores) y que como todo patrimonio solo posee una casa en Marruecos.
Francia es un país abolicionista respecto a la prostitución. En este momento, sus antiguos correligionarios socialistas, que ahora en el poder le han vuelto a acoger en sus encuentros sociales, proyectan penalizar a los clientes, un plan varado en el parlamento galo. Lille, a pocos kilómetros de la frontera belga, es un lugar más apropiado para el mercado del sexo, dado que Bélgica es más tolerante. El proxeneta que proveía a la trama de prostitutas es el también imputado Dominique Alderweireld, apodado Dodo La Saumure, un belga propietario de varios burdeles.
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