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Cinco años de cárcel para el líder de la oposición en Malasia por sodomía

Las organizaciones proderechos humanos hablan de "resolución opresora" y "farsa de justicia"

Macarena Vidal Liy
Anwar Ibrahim (izquierda), a su llegada al Palacio de la Justicia en Putrajaya (Malasia).
Anwar Ibrahim (izquierda), a su llegada al Palacio de la Justicia en Putrajaya (Malasia).EFE

La oposición malasia perdió este martes a su líder. Después de siete años de batalla legal, el Tribunal Federal, el Supremo malasio, declaró al carismático Anwar Ibrahim, de 67 años, culpable de sodomía contra su antiguo ayudante Mohd Saiful Bukhari Azlan, de 30 años, y ratificó la condena de cinco años de cárcel que ya le habían impuesto tribunales inferiores. La sodomía, sea entre parejas hetero u homosexuales, y con independencia del consentimiento que se preste, es delito en Malasia, punible con penas que pueden llegar a los 20 años de prisión.

Con esta sentencia, Anwar queda fuera del juego político para los comicios de 2018. La legislación malasia le prohíbe presentarse a unas elecciones u ocupar un cargo público durante los cinco años siguientes al fin de su sentencia. La decisión del tribunal también supone un duro golpe para la coalición que encabezaba, Pakatan Rakyat, formada por tres partidos muy diferentes. De la mano de Anwar superó décadas de división para romper en las elecciones de 2013 la mayoría de más de dos tercios de que gozaba el partido en el gobierno, Barisan Nasional, desde la independencia del país en 1957. Por primera vez, la oposición se perfilaba como una alternativa de poder creíble.

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Anwar, que en la década de los 90 fue uno de los políticos más prometedores de Barisan Nasional hasta su ruptura con el entonces jefe de Gobierno Mahatir Mohamad, asegura que el caso es una conspiración organizada por el Ejecutivo del primer ministro Nayib Razak para deshacerse de él. “¡No me callarán, seguiré luchando por la justicia! ¡No me rendiré jamás!”, prometió en el cierre del juicio, mientras los magistrados abandonaban la sala.

El Ejecutivo malasio niega categóricamente las acusaciones del líder de la oposición. En un comunicado, asegura que el veredicto se ha alcanzado “tras considerar todas las pruebas de manera objetiva y equilibrada. Malasia tiene unos tribunales independientes y ha habido muchas sentencias contra importantes figuras políticas”. El caso contra Anwar, puntualiza, no fue presentado por la Policía, sino por Saiful a título individual. “Como víctima de un ataque sexual grave tiene todo el derecho de que su caso se vea en los tribunales”, subraya.

La decisión del Tribunal Federal ha suscitado numerosas críticas en el exterior entre los opositores al Gobierno en Malasia. EE UU se ha declarado “profundamente decepcionado y preocupado” por la sentencia y un juicio que “ha planteado graves preocupaciones en torno al Estado de Derecho y la independencia judicial”, en un comunicado en la página de su Embajada en Kuala Lumpur.

 Para Anwar se trataba de su segunda acusación por sodomía, un delito que las organizaciones pro derechos humanos consideran que debería estar abolido. El político ya cumplió seis años por una denuncia previa tras ser absuelto en una apelación en 2004.

“El Gobierno del primer ministro Najib Razak ha persistido en el enjuiciamiento políticamente motivado del líder de la oposición Anwar Ibrahim a costa de las libdertades democráticas y los derechos de todos los malasios a la no discriminación y a la intimidad”, declaró el subdirector para Asia de la organización Human Rights Watch, Phil Robertson.

Un largo proceso

El Tribunal de Apelaciones condenó a Anwar en febrero de 2014 a cinco años tras revocar un fallo anterior del Tribunal Superior, que en 2012 absolvió al acusado de los cargos, lo que le permitió concurrir a las elecciones celebradas en 2013. En los comicios, la alianza opositora obtuvo el 52% de los votos emitidos pero solo 89 de los 222 escaños del Parlamento nacional, frente a los 133 de la coalición gobernante Frente Nacional, que obtuvo sus peores resultados desde su fundación.

La sodomía en Malasia se castiga con penas de hasta 20 años de cárcel —y latigazos, pero están exentos los mayores de 50 años—, aunque son raros los juicios en este país en el que el 60% de sus 29 millones de habitantes profesa la religión musulmana. No obstante, Anwar ha sido juzgado en dos ocasiones por este delito. La primera ocurrió después de que en 1998 fuese destituido de su cargo de viceprimer ministro y titular de Finanzas y expulsado de la coalición gobernante, cuando los analistas le presentaban como el sucesor de Mahathir Mohamad a la jefatura del Gobierno.

Tras su caída, fue acusado de sodomía y abuso de poder, cargos por los que fue condenado a seis y nueve años de cárcel, respectivamente. Salió en libertad en 2004, después de que el Tribunal Federal anulase la condena por sodomía, aunque tuvo que cumplir cuatro años más de inhabilitación para la función pública. La generales de 2008 se celebraron un mes antes de que venciese la inhabilitación de Anwar y el Frente Nacional sufrió un duro revés en la urnas, aunque no perdió el poder. En junio de 2008, Saiful denunció a Anwar por el delito de sodomía.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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