El rey Salman redistribuye el poder en Arabia Saudí
El nuevo monarca da una paga extra a funcionarios, militares, pensionistas y estudiantes
Una semana después de su ascenso al trono, el rey Salman ha efectuado este viernes importantes cambios en el Gobierno y, sobre todo, en el aparato de seguridad. Se trata de una redistribución del poder, que pasa a concentrarse en la rama de la familia conocida como los Sudairi (descendientes del fundador del reino con una de sus esposas favoritas) y en especial, en el segundo en la línea de sucesión, el príncipe Mohamed Bin Nayef. En un gesto a la población, el monarca también ha anunciado una paga extra para funcionarios, militares, pensionistas y estudiantes.
“El guardián de las dos mezquitas sagradas, el rey Salman Bin Abdelaziz al Saud, ha emitido hoy un decreto real por el que releva de su puesto al jefe de los servicios secretos, el príncipe Jaled Bin Bandar Bin Abdelaziz al Saud”, anunció anoche la agencia estatal, SPA, citada hoy por el resto de los medios saudíes. En su lugar ha sido nombrado el general Jaled Bin Ali al Humaidan.
Otro edicto informaba del cese como secretario general del Consejo de Seguridad Nacional del príncipe Bandar Bin Sultán, quien durante dos décadas fuera embajador saudí en Washington. Ese organismo desaparece como tal.
“El rey ha formado un nuevo comité político y de seguridad al frente del cual ha situado al vicepríncipe heredero Mohamed Bin Nayef, y en el que el ministro de Exteriores es sólo un miembro más”, destaca Lina Khatib, la directora del Centro Carnegie en Oriente Próximo. En su opinión, eso “consolida la influencia de Bin Nayef ya que a partir de ahora todas las decisiones de política exterior y seguridad tendrán que contar con su aprobación” y le convierte en el “gobernante de facto del reino”.
En el nuevo Gobierno, que cuenta con 31 ministros, Salman mantiene a los veteranos titulares de tres carteras clave: Petróleo, Asuntos Exteriores y Finanzas. Nada más remplazar a Abdalá la semana pasada, Salman nombró heredero a su medio hermano Muqrin y segundo en la línea de sucesión al citado Bin Nayef, así como ministro de Defensa a su hijo Mohamed.
Los últimos decretos completan la redistribución del poder dentro de la familia real, ahora que un Sudairi ha vuelto al trono. Salman, como antes Fahd, es uno de los siete hijos que Abdelaziz tuvo con Hasa al Sudairi, una de sus esposas favoritas; pero el recién fallecido Abdalá tuvo una madre diferente. El nuevo monarca ha destituido a dos hijos de aquel que ejercían como gobernadores de Riad y La Meca, los príncipes Turki y Mishaal.
“Estos cambios refuerzan la idea de que el mayor fallo de Abdalá fue no haber sobrevivido a Salman. Éste continua el proceso de deshacerse de los hombres de Abdalá y remplazarlos con los suyos”, explica en un email Andrew Hammond, analista del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Sin embargo, en el juego de equilibrios que exige la armonía familiar, el soberano ha mantenido a un hijo de Abdalá, el príncipe Miteb, al frente de la Guardia Nacional, un Ejército paralelo que en gran medida configuró el recién fallecido y que hoy cuenta con cerca de 200.000 hombres. También conserva como consejeros reales con rango de ministro a varios de los príncipes depuestos.
Por otro lado, Salman ha remplazado a los clérigos que dirigían el Ministerio de Justicia y la Policía Religiosa y que estaban considerados relativamente liberales dentro del ultraconservador Reino del Desierto.
“Esa medida también suscita interrogantes sobre las reformas que promovió Abdalá. El régimen continúa el repliegue iniciado tras la primavera árabe, volviendo a las instituciones religiosas y de seguridad como bases de poder. La mayor parte del proceso de reforma de Abdalá se quedó en papel mojado”, concluye Hammond.
En esa línea, Salman ha recurrido una vez más a engrasar con generosidad la lealtad de los saudíes con una paga extra equivalente a dos meses de salario para todos los empleados públicos y personal militar. Con anterioridad, había concedido una prebenda equivalente a pensionistas y estudiantes.
“Querido pueblo: Os merecéis más y haga lo que haga no seré capaz de daros lo que os merecéis. Pedid a Dios que me ayude”, ha escrito el monarca en su Twitter.
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