La cuestión migratoria pone a prueba el acercamiento entre EE UU y Cuba
El primer cara a cara muestra las dificultades del proceso de negociación
Cuba y Estados Unidos iniciaron este miércoles las conversaciones en La Habana para definir los términos del restablecimiento de relaciones diplomáticas anunciado el pasado 17 de diciembre por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, tras más de medio siglo de mutuas hostilidades. El ciclo de reuniones ha comenzado con una nueva ronda del diálogo migratorio y continuará este jueves con varios encuentros para abordar temas políticos y diplomáticos, entre ellos, la reapertura de embajadas en ambos países.
La delegación de EE UU está encabezada por la secretaria de Estado para Latinoamérica, Roberta Jacobson, después de 35 años sin que un funcionario estadounidense de tan alto nivel visitara la isla. En tanto, la representación cubana será liderada por Josefina Vidal Ferreiro, directora para EE UU del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Antes de que aterrizara Jacobson, las delegaciones de EE UU y Cuba sostuvieron este miércoles una nueva ronda del diálogo migratorio, a puerta cerrada, en el Palacio de Convenciones de La Habana. Este era, hasta ahora, el único escenario de encuentro entre ambos países. Estas reuniones fueron retomadas en 2009, bajo la presidencia de Barack Obama, e interrumpidas en 2011 tras la condena en La Habana del contratista estadounidense Alan Gross; luego fueron reanudadas en julio de 2013, y desde entonces se repiten cada seis meses.
Como en los últimos encuentros, el debate migratorio ha estado dirigido por Vidal Ferreiro y el secretario asistente adjunto para Latinoamérica del Departamento de Estado, Alex Lee. Según lo previsto, Cuba ofreció información detallada sobre el desarrollo de las reformas migratorias vigentes en la isla desde enero de 2013 y su impacto en el flujo de personas entre ambos países.
La Habana también expresó nuevamente su preocupación por la vigencia en EE UU de normas que en su opinión son “el principal estímulo para la emigración ilegal a Estados Unidos”. Entre ellas, la Ley de Ajuste Cubano, promulgada en EE UU en 1966, que permite a los cubanos que logran llegar por cualquier medio a territorio estadounidense obtener la residencia permanente después de quedarse un año y un día; y la política establecida en 2006 por el presidente George W. Bush de otorgar residencia estadounidense a los profesionales y técnicos cubanos de la salud que abandonen las misiones internacionales en terceros países.
“Se ha hablado con fluidez, apertura y en espíritu constructivo, a pesar de las diferencias”, ha reconocido el subdirector para EE UU del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Gustavo Machín. Según informó Vidal Ferreiro al finalizar la reunión, durante la discusión Cuba reconoció el cumplimiento de los compromisos asumidos por Estados Unidos respecto al otorgamiento de al menos 20 mil visas anuales a emigrantes cubanos y al incremento de las visas para ciudadanos cubanos que realizan visitas temporales, y dijo que ha habido avances en la cooperación y comunicación entre las instituciones de ambos países para enfrentar la emigración ilegal, el contrabando de personas y el fraude migratorio, subrayó. “Coincidimos en los resultados favorables que han tenido los intercambios técnicos profesionales realizados recientemente entre el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos y las Tropas Guarda”, ha afirmado Vidal Ferreiro, quien propuso, además, a la delegación estadounidense realizar en los próximos meses un encuentro técnico entre expertos sobre el tema de fraude de documentos migratorios.
Por su parte, el subsecretario asistente adjunto para Latinoamérica, Edward Alex Lee, ha informado de que el Gobierno Estados Unidos mantendrá vigentes la Ley de Ajuste Cubano y la política de “pies secos-pies mojados”, a pesar de las demandas de La Habana. Pero destacó que se produjeron avances en otros temas, como el programa de reunificación familiar y la repatriación de ciudadanos cubanos. “El hecho de que las conversaciones hayan sido productivas y en espíritu de colaboración prueba que a pesar de las diferencias, EE UU y Cuba pueden encontrar oportunidades para seguir trabajando en temas de interés mutuo, así como seguir un diálogo respetuoso y profundo”, ha dicho Lee.
El tema central de las reuniones que se desarrollarán este jueves será la reapertura de las embajadas en ambos países, que han permanecido cerradas desde la ruptura de relaciones en 1961.
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