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Tres bombas explotan en Estambul sin causar víctimas

Un grupo vinculado a la guerrilla kurda se atribuye una de las bombas

Andrés Mourenza

Tres bombas explotaron este domingo en Estambul –dos de ellas detonadas por artificieros de la policía- sin causar muertos ni heridos, aunque sí alarma en las fuerzas de seguridad. Se sospecha que los atentados están ligados a la creciente tensión en el sudeste kurdo, inflamada por el conflicto en la vecina Siria.

El primero de los artefactos –todos ellos de fabricación casera- explotó en la avenida Millet, una vía muy concurrida del céntrico barrio de Fatih, a primeras horas de la mañana. Otro explosivo fue depositado junto a un busto de Mustafa Kemal Atatürk, el fundador de la República de Turquía, frente a una comisaría de policía local en el distrito de Maltepe, situado en la orilla asiática de Estambul. Se encontraba en un paquete y fue detonado por los artificieros, aunque según se aprecia en un vídeo tomado por la agencia de noticias IHA, la bomba era de escasa potencia. El tercer artefacto fue descubierto en el barrio de Sultangazi, donde actúan varios grupos armados de extrema izquierda, después de que los transeúntes alertasen a las fuerzas de seguridad de que unos enmascarados habían depositado un paquete sospechoso en una parada de autobús. En este caso, el artefacto, fabricado con un camping gas, fue detonado con ayuda de un robot.

De acuerdo a las informaciones de los medios locales, en el paquete bomba de Sultangazi estaban escritas las letras YDG-H, siglas que corresponden a Movimiento de la Juventud Patriota Revolucionaria, una guerrilla urbana juvenil presuntamente vinculada al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), grupo armado que durante los últimos 40 años ha combatido contra el Estado turco en una guerra que ha dejado más de 40.000 muertos, pero que desde finales 2012 negocia con Ankara cómo poner fin al conflicto. Una cuenta de Twitter supuestamente vinculada al YDG-H reivindicó el atentado de Maltepe, justificándolo en las “matanzas” de la ciudad de Cizre.

Los medios turcos informaron de que, precisamente en el paquete de Maltepe, se había encontrado una nota que decía: “Cizre será vengado”.

Desde hace varias semanas los enfrentamientos entre nacionalistas kurdos, islamistas y fuerzas de seguridad se suceden en esta localidad del sudeste de Turquía y situada en la frontera con Siria, lo que ha provocado la muerte de 7 personas, varias de ellas menores de edad. El último muerto se produjo este sábado cuando “atacantes no identificados” abrieron fuego contra un hombre de 43 años, según informó la agencia pro-kurda Firat, aunque la Delegación del Gobierno provincial aseguró que este asesinato “no tiene motivos políticos”.

La muerte más polémica tuvo lugar esta semana, cuando un chaval de 12 años fue abatido por varios disparos. Los nacionalistas kurdos acusan del asesinato a la policía, pero el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, negó que hubiese agentes en el lugar en que sucedió la muerte. Durante la pasada noche, además de en Cizre, hubo disturbios en la localidad kurda de Silopi, mientras que en la ciudad de Van, dos trabajadores del Ayuntamiento –gobernado por los nacionalistas kurdos- fueron detenidos tras hallarse 16 explosivos caseros en el vehículo en que viajaban.

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La tensión en Cizre y en otros puntos de la región kurda de Turquía ha aumentado en los últimos meses inflamada por el conflicto que se vive al otro lado de la frontera. Los nacionalistas kurdos acusan al Gobierno islamista moderado y a las fuerzas de seguridad turcas de permitir el paso a Siria e Irak de los yihadistas que se enfrentan a los kurdos de esos países, mientras no permite a los kurdos de Turquía enviar ayuda.

En Turquía, además de grupos armados kurdos e izquierdistas, actúan diversas organizaciones armadas islamistas. El último atentado de este tipo se produjo el pasado 6 de enero cuando una mujer se inmoló en la comisaría del turístico barrio estambulí de Sultanahmet, matando a una policía.  Aunque en un primer momento el grupo de extrema izquierda DHKP-C se atribuyó el atentado, posteriormente hubo de desdecirse tras ser descubierto que la atacante suicida era una ciudadana rusa originaria de la república caucásica de Daguestán, cuyos supuestos lazos con Al Qaeda y el Estado Islámico están siendo investigados por la policía turca.

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