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Una falsa alarma de secuestro en Gante agita Bélgica

Un joven se inventa el rapto de una persona a manos de tres hombres armados

Ignacio Fariza

La invención de un joven de 18 años, que llamó a la policía para denunciar el presunto secuestro de un amigo en Gante (norte de Bélgica), ha puesto este lunes en jaque a los cuerpos de seguridad y a la Fiscalía del país. Según su testimonio, que motivó un espectacular despliegue policial de hasta 30 agentes y un helicóptero, una persona había sido raptada por tres hombres armados en un edificio de viviendas de Dampoort, en el este de la ciudad. "Parece que nada era cierto: según las informaciones que manejamos ahora ni había secuestrado ni había secuestradores armados", resume una portavoz de la Fiscalía, que a lo largo de la jornada había ofrecido detalles sobre este presunto secuestro dando veracidad a la versión del chico. El joven, que según el diario flamenco De Morgen había sido condenado recientemente por delitos relacionados con el tráfico de drogas, ha pasado a disposición policial después de que los tres supuestos secuestradores —que resultaron ser simples vecinos de la zona— y la presunta víctima desmontaran la rocambolesca historia.

Efectivos de la policía belga en el lugar del suceso.
Efectivos de la policía belga en el lugar del suceso.Geert Vanden Wijngaert (AP)

La Fiscalía belga se esforzó durante todo el día por desvincular el caso de lo sucedido este lunes en Sídney (Australia), pero no ha desmentido la versión del joven hasta bien entrada la tarde. "Todos los implicados en el supuesto secuestro han sido interrogados y la persona que llamó a la policía está arrestada", añaden estas mismas fuentes, que destacan el "daño" que la falsa alarma ha causado "a la policía y al conjunto de la sociedad". "El operativo desplegado ha sido muy importante", afirma la portavoz de la Fiscalía, que recuerda que los vecinos de la zona han estado inmovilizados en sus domicilios durante buena parte del día. "Todo sin que, en realidad, haya sucedido nada", concluye.

La alarma saltó poco después de las nueve de la mañana, cuando una llamada alertó a la policía del suceso. Ante la similitud inicial con el secuestro en una cafetería en Sídney (Australia), que ha dejado varios muertos, la policía se desplegó en los aledaños del edificio. Se da la circunstancia de que Bélgica es uno de los países europeos más sensibilizados con el fenómeno de los combatientes extranjeros (ciudadanos comunitarios que regresan a sus países de origen después de luchar en Oriente Próximo). El suceso, del que se ha hecho eco buena parte de la prensa internacional, ha coincidido con la primera jornada de huelga general que vive Bélgica desde 2005, en protesta por las medidas de austeridad que quiere aplicar el nuevo Gobierno federal.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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