La protesta palestina se extiende
La muerte de un árabe israelí a manos de la policía provoca manifestaciones
Los choques entre jóvenes palestinos y policías israelíes son un clásico en Jerusalén Este y Cisjordania, zonas ocupadas. Sin embargo, desde el pasado sábado también han saltado a Israel, al norte en el que reside la mayoría de ese 20% de la población que es árabe (1,7 millones), que tiene pasaporte israelí, que quedó dentro del país tras la guerra de 1948. Esa noche, Jair al Din al Hamdan, de 22 años, murió a manos de una patrulla policial. Los agentes habían ido a su pueblo, Kfar Kama, en la Baja Galilea, a mediar en una disputa familiar cuando este joven se abalanzó contra el coche patrulla blandiendo un cuchillo. No hizo daño en el blindado. Uno de los policías decidió salir del vehículo y disparó al muchacho, ya de espaldas, pese a que estaba escapando. El joven murió a las pocas horas.
La policía está investigando el caso porque, según un vídeo logrado por una cámara de seguridad cercana, no se aprecia que hubiera disparos al aire, la advertencia básica que se ha de aplicar en estos casos. El manual de la policía recomienda luego, si esos tiros no surten efecto, que se dispare a las piernas, es decir, a zonas no vitales. Sin embargo, el joven fue alcanzado en la parte superior de su torso.
Además, la grabación muestra que los policías tomaron al palestino, aún con vida, y lo arrastraron hasta su coche, sin llamar a una ambulancia para que lo asistiera. Aún no hay conclusiones claras, aunque tanto el Ministerio de Seguridad Interna como el propio primer ministro, Benjamín Netanyahu, han defendido el trabajo de sus agentes.
El caso ha provocado masivas manifestaciones en la región de Nazaret, donde ha habido dos días de huelga en comercios y escuelas en solidaridad con la víctima de lo que la asociación Adalah, de árabes israelíes, denomina una “ejecución”. También se han repetido las movilizaciones en otras zonas con amplia población árabe, como Haifa o el barrio de Jaffa, en Tel Aviv, cada una de las cuales ha reunido a más de 5.000 personas. En total ha habido una veintena larga de arrestos.
La ministra de Justicia, Tzipi Livni (Hatnua), ha dicho que “no es suficiente decir que la ley garantiza la igualdad entre los ciudadanos de Israel, sino que tiene que ser una igualdad real, en la práctica”.
Frente a ella, Benjamín Netanyahu ha replicado que todos los que protestan con piedras y cócteles molotov “pueden mudarse a la Autoridad Palestina [en alusión a Cisjordania] o a Gaza”. “Os prometo que Israel no os lo pondrá difícil, pero sí a los que se queden, si son alborotadores o terroristas”, señaló el primer ministro y líder del partido Likud. El domingo llegó a amenazar con retirarle la ciudadanía a estos israelíes.
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