Tecnología y pedagogía, el círculo virtuoso de la educación
La Fundación Santillana reune en un seminario en Colombia a expertos en el sistema educativo latinoamericano
En América Latina, una región de economías emergentes pero en las que persiste la desigualdad, ya no basta con modernizar las escuelas con dispositivos digitales. Ese es tan solo el comienzo. Esa es la conclusión a la que llegaron varios expertos reunidos ayer en Bogotá en el seminario internacional sobre tecnologías para la transformación y el mejora de la educación, organizado por la Fundación Santillana y EL PAÍS. A la pregunta sobre cómo los niños y jóvenes pueden utilizar de manera efectiva la tecnología para optimizar su aprendizaje, los participantes coincidieron en que la respuesta no está en la tecnología sino en la pedagogía.
“Si ustedes van a adquirir productos y servicios digitales para continuar haciendo lo mismo, no esperen grandes cambios. Pero hay una segunda posibilidad, que es cuando utilizamos la tecnología no para un cambio sencillamente cosmético, sino para uno profundo, que tiene mucho que ver con los procesos pedagógicos”, dijo Francesc Pedró, jefe de la División de Políticas Sectoriales TIC y Educación de la UNESCO, a un auditorio compuesto en su mayoría de educadores. Patricia Ames, directora de investigaciones del Instituto de Asuntos Peruanos, lo resumió así: “No podemos usar el ordenador como un cuaderno de lujo”.
Para Pedró, la región tiene un camino largo por recorrer en el desarrollo de competencias digitales, por lo que debe realizar una “transformación pedagógica en la que la tecnología representa una ventana de oportunidad”, dijo a este diario. Y propuso empezar por estudiar las necesidades de los docentes y ver hasta qué punto se pueden solucionar con la tecnología. “Puede ser que lo más esencial no sea disponer de tecnología sino de apoyo para crecer profesionalmente”, agregó.
Esa ha sido una de las preocupaciones en México y Perú, países en los que se han entregado tabletas a todos los alumnos. Según Claudia Limón, consultora del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “queremos que el alumno construya y no consuma”. No se trata, en palabras de Martha Patricia Castellanos, directora en Colombia del programa Computadores para Educar, de fomentar el amor a la tecnología, “sino de alimentar el gusto por el conocimiento”, dijo y resaltó que en su país ya se han capacitado en el uso de las TIC al 55% de los docentes que trabajan en el sector oficial.
Hoy, según Pedró, si la tecnología se aplica en un contexto en el que no se cambian los procesos de aprendizaje, el máximo rendimiento que se puede tener es de un 5%, pero si ocurre lo contrario, la ganancia puede llegar a ser superior al 19%. Esto podría atacar uno de los problemas en educación más graves de América Latina y es que el 40% de los jóvenes termina abandonando la escuela secundaria. “Quizás si les diéramos una oferta educativa que apele a lo que necesitan, conseguiríamos retenerlos”, añadió el experto.
En una medición que hizo la Organización Iberoamericana de la Juventud en 2012, la percepción predominante en los jóvenes sobre la calidad de la educación que reciben es regular. A lo que se suma, según la OCDE, que el uso de ayudas informáticas en el aula sigue siendo muy baja en países como Costa Rica, Chile, México y Uruguay.
En lo que se refiere a Colombia, una de las apuestas del presidente Juan Manuel Santos en su segundo mandato es que el país se convierta en diez años en el más educado de América Latina, por lo que una de sus políticas es masificar la tecnología. Diego Molano, ministro de las TIC, aseguró que el país no ha sido ganador en otras revoluciones en el pasado, pero que puede ganar la de la información si aprovecha la tecnología, porque entre otras cosas ayuda a eliminar la inequidad.
Molano destacó la apuesta por ofrecer fibra óptica a todos los municipios del país -hoy con 96% de cobertura- y dotar las escuelas de ordenadores y tabletas. Sin embargo, reconoció que el gran reto es cambiar la mentalidad del maestro, en especial el de las zonas rurales cuyos alumnos pueden convertirse más fácilmente en víctimas del conflicto armado. “Necesitamos que se convierta en aliado de la tecnología y eleve la calidad de la educación que le da a sus estudiantes”, señaló.
La capacitación a los docentes es uno de los problemas a los que se también se enfrenta Chile. “No es todo lo efectiva que se quisiera. Esperamos que el maestro haga el viaje hasta el salón de clase, pero ese viaje suele ser muy largo”, dijo Ignacio Lara, del Centro de Investigación en Educación de la Universidad Católica de Chile.
Para la UNESCO, avanzar en la transformación de la educación a partir de la tecnología requiere que los alumnos participen activamente y de una manera colaborativa, interactiva y siempre conectados con el mundo real. Pero esto no se logrará sin la ayuda a los profesores en su papel de ser verdaderos “directores de orquesta”.
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