¿Y si no hay vencedor el martes?
La posibilidad de tener que hacer segundas vueltas en Luisiana y Georgia podría retrasar a diciembre y enero el color del Senado
Un electorado ya exhausto podría tener que enfrentar uno o dos meses más de periodo electoral si en las ajustadas contiendas para el Senado de Georgia y Luisiana hay que celebrar una segunda votación si ningún candidato suma más del 50% de los votos en los comicios de mañana martes. No está en duda que los republicanos conservarán la mayoría en la Cámara de Representantes, que renueva sus 435 asientos, pero para alzarse con la victoria del Senado, donde solo renueva un tercio de sus 100 legisladores, necesitan seis escaños para así controlar la totalidad del Congreso.
Georgia y Luisiana son dos de los Estados decisivos que pueden inclinar la balanza del control del Senado de lado demócrata o republicano. Según los tres principales modelos de predicción, la probabilidad de que los republicanos recuperen la Cámara Alta es del 70%.
En Luisiana, la senadora demócrata Mary Landrieu se juega el puesto frente al republicano Bill Cassidy
En Luisiana, la senadora demócrata Mary Landrieu se juega el puesto frente al republicano Bill Cassidy. Existe un tercer contrincante, Rob Maness, apoyado por movimientos de base, pero está muy atrás en las encuestas. Sin embargo, Landrieu y Cassidy están muy ajustados, con los últimos sondeos dándole una ligera ventaja al republicano, congresista por Baton Rouge (capital de Luisiana).
La fecha establecida en Luisiana para proceder a una segunda vuelta es el próximo 6 de diciembre. Esto significaría que si la composición del Senado depende de este Estado del Sur habría tiempo de formarlo antes de que se abra oficialmente el 114 Congreso en enero del año que viene.
El caso de Georgia, sin embargo, podría comprometer la formación del nuevo Senado, ya que si fuera necesario proceder a una nueva ronda de votación, la fecha fijada es el 6 de enero, exactamente tres días después de que en el Capitolio se retomen las sesiones. Esto supondría que los legisladores volverían a sus escaños tras el impasse navideño sin saber de qué color es el Senado.
La batalla en Georgia se escenifica entre la demócrata Michelle Nunn y el republicano David Perdue. Sin embargo, la entrada en escena de la candidata libertaria Amanda Swafford, con un bajo porcentaje de probabilidad de voto, ha provocado el robo de sufragios de los otros dos políticos, forzando así una segunda vuelta.
Una eventual segunda vuelta en Georgia supondría la votación el día 6 de enero, tres días después de que se abra el nuevo Congreso
Si el resultado final queda postergado hasta diciembre o enero (o ambas fechas) habrá que considerar entonces factores como una mayor abstención, ya que la apatía y el agotamiento serán elementos que entrarán sin duda en juego.
Como nada se deja al azar, ambas campañas en ambos escenarios tienen preparados ya planes de contingencia en caso de que sea necesario extender la operación de cautivar a los votantes. Según el campo demócrata, ya existen piernas frescas (gente nueva, fresh legs) que saltarán a los hoteles ya reservados en Nueva Orleans para continuar la campaña de captación del voto.
El dinero ya ha comenzado a llegar también a ambos Estados para financiar una nueva movilización del voto. American For Prosperity, el grupo que ha estado emitiendo anuncios contrarios a Landrieu, ha establecido un nuevo banco de teléfonos para motivar la participación republicana a través de llamadas telefónicas. Freedom Partner, la organización ligada a los multimillonarios hermanos Koch, ha reservado espacio televisivo para anuncios por valor de seis millones de dólares.
Cinco millones es la cifra total que los comités de campaña demócrata y republicano tienen ya pagada para colocar anuncios en las cadenas de televisión locales de Luisiana.
Además de posibles segundas vueltas y resultados postergados, existe otro escenario que podría darse a la hora de constituir el Senado: que exista un empate, esto es, 50 escaños para cada partido. En ese caso es el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, quien tiene la llave del desempate.
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