Napolitano declara como testigo por un caso relacionado con la mafia
El juicio determinará si el Estado negoció con la Cosa Nostra para acabar con la violencia
El presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, ha sido interrogado este martes en su propia residencia, el palacio del Quirinale. Acudió como testigo en el juicio para determinar si el Estado emprendió una negociación con la mafia siciliana (la Cosa Nostra) en la década de los noventa para suavizar las penas contra los criminales a cambio de que la organización pusiera fin a su campaña criminal. El presidente italiano no rehusó a contestar a ninguna pregunta, según declararon varios abogados que atendieron a la declaración citados por EFE.
En el Salón del Bronzino, cerca de 40 personas, entre ellas el juez Alfredo Motalto, los ochos miembros del jurado popular y varios abogados, incluido el del exjefe mafioso Salvatore 'Totó' Riina, podrán interrogar a partir de las 10.00 horas a Napolitano a puerta cerrada y bajo un gran dispositivo de seguridad en un proceso conocido por la prensa local como la trattativa (la negociación).
El Tribunal de Palermo (Sicilia) admitió la petición de la fiscalía de llamar a declarar a Napolitano como testigo después de que salieran a la luz algunas conversaciones que mantuvo con uno de los imputados, el exministro de Interior entre 1992 y 1994, Nicola Mancino, y con Loris D'Ambrosio, el fallecido asesor jurídico del Quirinal.
La magistratura intervino los teléfonos y grabó las conversaciones de Mancino con Napolitano y Loris D'Ambrosio, aunque estas después fueron destruidas al considerarlas ilegales pues el presidente de la República está amparado por la inmunidad.
La Fiscalía aprobó la declaración de Napolitano después de que salieran a la luz unas conversaciones del presidente con uno de los imputados
Pero aún quedan como prueba en este proceso una carta, sobre la que será preguntado hoy Napolitano, que D'Ambrosio le escribió poco antes de morir de un infarto en julio de 2012 en la que, entre otras cosas, decía estar bastante preocupado "por haber sido considerado solo un ingenuo y útil escribano para servir de escudo para pactos de los que no se podía hablar".
En el proceso que se está celebrando en Palermo se sientan en el banquillo miembros del gobierno y de las fuerzas del orden junto con los jefes mafiosos de aquellos años.
Los imputados en 'La trattativa'
Los diez imputados son el entonces ministro del Interior y expresidente del Senado Nicola Mancino, el exsenador Marcelo dell'Utri, brazo derecho de Silvio Berlusconi, y los antiguos responsables del cuerpo especial de los Carabineros del ROS, los generales Mario Mori y Antonio Subranni, además del exgeneral Giuseppe De Nonno.
A ellos se unen también los jefes mafiosos que aterrorizaron a Italia: Salvatore 'Totó' Riina, su estrecho colaborador Giovanni Brusca, el que fuera su médico personal Antonino Cinà y el mafioso Leoluca Bagarella.
El décimo imputado es Massimo Ciancimino, hijo de Vito, alcalde de Palermo, que con sus revelaciones y documentos heredados de su padre ha hecho que los jueces contasen con pruebas para reabrir el caso.
Excepto Mancino, acusado de falso testimonio, y Ciancimino, de asociación mafiosa, los otros imputados tienen que responder a los cargos de violencia o amenaza al Estado y de favorecer a la Cosa Nostra.
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