Los estudiantes dan un ultimátum al jefe del Gobierno de Hong Kong
Los manifestantes amenazan con ocupar edificios públicos si Leung no dimite ya
El pulso que mantienen los manifestantes de Hong Kong y el Gobierno local que encabeza Leung Chun-Ying -y por ende Pekín- no da visos de resolverse. Los líderes estudiantiles han aumentado la presión: si Leung no dimite para este jueves, día, 2 irán un paso más allá en la campaña de desobediencia civil, ocupando edificios gubernamentales y ampliando el número de sentadas -actualmente cuatro, en el centro de Hong Kong y los barrios de Causeway, Mong Kok y Tsim Sha Tsui.
La República Popular de China celebraba este miércoles su 65º aniversario. Un día nacional conmemorado con gran solemnidad en todo su territorio. Menos en Hong Kong, donde los actos organizados quedaron empequeñecidos por la masiva manifestación en las calles principales que exige más democracia y que este miércoles entró en su cuarta noche. Es una protesta que no agrada en absoluto a Pekín, que ha advertido a los Gobiernos extranjeros que no interfieran. "El Gobierno chino ha declarado su posición de manera formal y muy clara. Los asuntos de Hong Kong son asuntos internos chinos y todos los países deberían respetar la soberanía china", ha advertido el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, antes de reunirse en Washington con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.
Pero los manifestantes continúan en sus trece. “Incrementaremos nuestras acciones si Leung no dimite esta noche [el miércoles] o para la noche de mañana [jueves]. Ocuparemos más oficinas e instalaciones gubernamentales”, afirmó el dirigente estudiantil Lester Shum, en una comparecencia ante la prensa. Los manifestantes exigen la renuncia del jefe del Gobierno local como primer paso, además de una reforma electoral que permita la celebración de comicios libres.
Leung no ha dado señales de querer ceder. Este miércoles compareció en una ceremonia con representantes del Gobierno central chino para festejar el día nacional. “Esperamos que todos los sectores de la comunidad colaboren con el Gobierno de un modo pacífico, legítimo, racional y pragmático”, declaró en su discurso.
La ceremonia de izada de la bandera china se celebró pacíficamente, pero ante la presencia de decenas de estudiantes, encabezados por Joshua Wong, líder de Scholarism - una organización de alumnos de enseñanza secundaria - que protagonizaron una protesta simbólica en la que dieron la espalda a la enseña de la República Popular y abuchearon el himno nacional.
Pekín ha optado por el momento por la táctica de esperar y ver, después de que una carga policial con gases lacrimógenos y spray pimienta para intentar disolver la manifestación el domingo sólo sirviera para multiplicar la protesta en número de personas y área ocupada. Pero en una señal preocupante, ha detenido a varios residentes de la China continental que habían expresado su solidaridad con los concentrados en Hong Kong. Según el grupo China Human Rights Defenders (CHRD), una veintena de residentes de la ciudad de Cantón, próxima al territorio autónomo, quedaron detenidos tras participar en un encuentro en solidaridad con los manifestantes hongkoneses.
Pero en la escena de las manifestaciones en Hong Kong, el que fuera festivo contribuyó a que la atmósfera de festejo que ha reinado en los últimos tres días fuera aún más patente. En una de las zonas, los jóvenes concentrados han fabricado la estatua del “árbol de la democracia”, utilizando paraguas. En la zona de Mong Kok, en la península de Kowloon, un área comercial de clase media/baja y trabajadora, cada participante tiene derecho a hablar dos minutos. Todos reciben aplausos, digan lo que digan. Dos autobuses de la empresa municipal de transportes, que quedaron atrapados durante las protestas del domingo, se utilizan para colgar mensajes contra Leung y en favor de las reformas, convertidos en “autobuses de la democracia”.
Familias enteras - abuelos, padres, nietos - acudían frente a la sede del Gobierno local, donde se concentra el grueso de las protestas, ataviados con paraguas - el símbolo de la concentración tras la represión del domingo -, camisetas negras y lazos amarillos, la identificación de los participantes. Todos ellos declaraban estar allí para reclamar contra lo que consideran una mala gestión del Gobierno local y en favor de una verdadera democracia que les permita celebrar elecciones mediante sufragio universal y con libre designación de candidatos. El señor Lo, de 69 años, asegura que seguirá acudiendo a las movilizaciones "cada vez que pueda hasta que el jefe del gobierno Leung esté dispuesto a escuchar la opinión de los ciudadanos y marcharse”.
Las muestras de solidaridad con Hong Kong se han extendido ya al segundo territorio autónomo chino, Macao, donde por este miércoles por la noche se celebraba una concentración, autorizada por la policía, de unas 500 personas en la plaza de la Amistad. En Taiwán, desde donde los acontecimientos en la antigua colonia británica se siguen cuidadosamente, los líderes de la isla han instado a Pekín a escuchar las demandas democráticas de Hong Kong.
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