Los brotes violentos entre propalestinos y proisraelíes crecen en Francia
La localidad de Sarcelles, a 30 kilometros de París, registra nuevos enfrentamientos
Los brotes violentos entre grupos de propalestinos y proisraelíes han aumentado en los últimos días en Francia pese a las continuas alertas lanzadas por la cúpula del Estado. La localidad de Sarcelles, a unos 30 kilómetros al norte de París, fue escenario el domingo por la tarde de graves incidentes callejeros a raíz de que grupos propalestinos y la Liga de Defensa Judía hubieran convocado manifestaciones en el mismo lugar y a la misma hora. Ambas estaban prohibidas después de que el sábado día 12 se registraran en París forcejeos entre propalestinos y proisraelíes en dos sinagogas de la capital.
Decenas de jóvenes propalestinos con palos y banderas recorrían las calles de Sarcelles gritando “Israel asesino”, mientras la principal sinagoga de la localidad era protegida a su vez por otros jóvenes proisraelíes armados con barras de hierro, según Le Monde. El centro judío estaba especialmente vigilado por la policía. No obstante, el diario Le Figaro informó de que un propalestino llegó a lanzar un cóctel molotov que impactó en la pared de la sinagoga, pero el fuego no prendió en el edificio.
A lo largo de la tarde, los jóvenes propalestinos se enfrentaron con los agentes y quemaron dos coches y mobiliario urbano. Por su parte, algunos proisraelíes también lanzaron gritos insultantes contra los palestinos. La policía había preparado un gran despliegue para evitar choques entre ambos bandos.
Este nuevo brote de tensión entre comunidades en Francia —con una población de unos seis millones de musulmanes y 600.000 judíos— se produce pese a que el Gobierno insiste en que “no tolerará jamás que se intente importar a su territorio el conflicto israelo-palestino”, como ha señalado el primer ministro Manuel Valls.
Valls: “Francia no permitirá que los provocadores alimenten quién sabe qué conflictos entre comunidades"
El jefe del Gobierno había calificado el mismo domingo por la mañana de “inaceptables” los graves incidentes ocurridos este sábado pasado en el barrio parisino de Barbès, donde más de 1.500 propalestinos acudieron a una manifestación previamente prohibida. 17 policías resultaron heridos y 19 manifestantes han sido puestos a disposición judicial. “Francia no permitirá que los provocadores alimenten quién sabe qué conflictos entre las comunidades”, añadió, tras denunciar “un antisemitismo de nuevo cuño que se expande por Internet entre una juventud a menudo sin referencias”.
Valls hizo esos comentarios durante la conmemoración de la “redada del Velódromo de Invierno”, el centro de deportes parisino donde entre el 16 y 17 de julio de 1942 fueron encerrados más de 12.000 judíos para ser trasladados luego al campo de exterminio de Auschwitz. Con motivo de esa ceremonia, Hollande también condecoró a los cazanazis Serge y Beate Klarsfeld, quienes lograron, entre otras cosas, que el criminal de guerra Klaus Barbie fuera extraditado y juzgado en 1987 en Lyon tras pasar décadas oculto en Bolivia. “No toleraremos ningún acto que pueda hacer resurgir el antisemitismo y el racismo”, advirtió el jefe del Estado.
En Francia se han celebrado este fin de semana manifestaciones propalestinas permitidas en una decena de ciudades. Los incidentes, sin embargo, se han producido ahora en dos protestas no permitidas. Para la izquierda radical, como para las organizaciones convocantes y algún diputado conservador, esas prohibiciones son una provocación. El ultraderechista Frente Nacional, el partido más votado en Francia en las pasadas elecciones europeas, lamentó el sábado la incapacidad del Gobierno de hacer respetar su decisión de frenar las protestas. La tensión puede reproducirse en los próximos días, porque en París han sido convocadas otras dos protestas propalestinas para el miércoles y sábado próximos.
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