Holanda liderará a los forenses
Dos ministros comparecerán ante el Parlamento para dar explicaciones Tres expertos holandeses llegan a Donetsk para incorporarse a la investigación
El creciente horror ciudadano en Holanda ante los 193 compatriotas muertos en el vuelo MH17 de las líneas aéreas malasias, ha influido en la prudencia inicial del Gobierno de La Haya, empeñado en tener “todos los datos sobre la mesa”, antes de opinar sobre los presuntos autores de la matanza. El asunto ha llegado al Parlamento. La Cámara baja está molesta por no haber sido bien informada por el Ejecutivo, y exige saber qué se está haciendo para evitar que los cadáveres de sus nacionales pasen de mano en mano en Ucrania.
El primer ministro, el liberal Mark Rutte, contestó a esa pregunta este domingo. “Nuestra prioridad es repatriar los cuerpos, y esperamos que el lunes todos los expertos forenses accedan al lugar del siniestro”, dijo en una rueda de prensa donde apenas permitió preguntas.
Frans Timmermans, titular de Exteriores holandés, buscará en el Consejo de Seguridad de la ONU “la forma de evitar que haya más retrasos en la devolución de los 298 viajeros muertos”.
Los ministros de Justicia e Interior informarán a la Comisión de Exteriores sobre la búsqueda de los responsables de la caída del avión. La convocatoria de un pleno extraordinario se decidirá ahí mismo, y podría celebrarse el miércoles. Las familias también recibirán la visita, a puerta cerrada, de los reyes, Guillermo Alejandro y Máxima.
Mientras la clase política holandesa busca una voz común, el Gobierno ucranio anunció que el diplomático holandés Gert Wibbelink liderará al equipo internacional de expertos que identificará a los fallecidos. Coordinar su trabajo no será fácil, porque los cuerpos han sido llevados a distintos lugares y tratados con poco cuidado. Dos de los errores esenciales que no deben cometerse a la hora de levantar un cadáver.
Ante la evidencia de que los familiares tardarán en recuperar lo que quede de sus seres queridos, Rutte “se ha quitado los guantes”, la metáfora usada por parte de la prensa holandesa para criticar su supuesta tibieza para no apuntar enseguida a Moscú en busca de respuestas. El primer ministro ha pasado a la acción, una reacción que debió llegar antes, según Dick Berlijn, antiguo jefe del Estado Mayor del Ejército. “A Putin, y a esos irregulares del este de Ucrania, solo les impresionan el poder y la fuerza. Y Holanda no ha dado esa señal”, declaró al diario De Telegraaf, el de mayor tirada del país. Otros rotativos, como De Volkskrant, sitúan los primeros gestos de Rutte en un marco más amplio: “Holanda se ha dado cuenta de una verdad añeja: Europa ya no puede estar dividida en asuntos de paz y ningún conflicto es ya lejano”, dicen. Eso sí, en su editorial recuerda que, si bien descubrir los hechos antes de actuar “puede ser eficaz en círculos diplomáticos, es hora de mostrar los puños”.
Con los libros de pésame llenándose, especialmente, en el aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol, el futbolista John van ‘t Schip, exmiembro de la selección nacional, ha pedido a la FIFA y a la Federación holandesa que impongan un boicot al Mundial de 2018, en Moscú. Él entrena ahora en Australia, de donde procedían 27 pasajeros.
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