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Marine Le Pen se queda sin grupo propio en el Parlamento Europeo

La sospecha de antisemitismo frustra su alianza con el holandés Wilders

Lucía Abellán
Los líderes de ultraderecha de Francia y Holanda, Marine Le Pen y Geert Wilders, en su rueda de prensa del 28 de mayo en Bruselas
Los líderes de ultraderecha de Francia y Holanda, Marine Le Pen y Geert Wilders, en su rueda de prensa del 28 de mayo en Bruselas

Una de las grandes vencedoras de las elecciones europeas, la extremista francesa Marine Le Pen, ha fracasado en su principal objetivo desde la noche electoral: conseguir un grupo parlamentario propio. La líder del Frente Nacional, ganadora de los comicios en Francia con el 25% de los votos, no ha logrado aglutinar a los eurodiputados necesarios en torno a su proyecto. Le Pen pierde así la batalla frente a otro gran triunfador del 25-M, el británico populista Nigel Farage, que sí ha conseguido formar un grupo, con las ventajas de financiación, visibilidad e influencia que eso comporta.

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“Fieles a nuestros valores y compromisos políticos, y de acuerdo con nuestros aliados, hemos decidido privilegiar la coherencia antes que la precipitación”, ha indicado el Frente Nacional en un comunicado. Esa derrota evidencia la falta de cohesión y de intereses comunes entre los partidos considerados populistas y eurófobos, una amplia denominación que esconde diferencias irreconciliables. En el caso del proyecto de Le Pen, las objeciones proceden de su principal socio en esa pretendida coalición, el holandés Geert Wilders. El líder del Partido de la Libertad vetó a un aliado que la francesa llevaba días procurándose: un grupo polaco misógino, KNP, que duda de la responsabilidad de Adolf Hitler en el Holocausto. Tampoco han ayudado a Le Pen los últimos comentarios antisemitas de su padre. “El Partido de la Libertad quiere formar un grupo parlamentario, pero no a cualquier precio”, ha argumentado Wilders a la agencia Reuters.

La principal dificultad de estos grupos reside en la escasa coincidencia entre los colectivos a los que denuestan. El holandés Wilders puede pronunciarse contra los musulmanes, pero no aceptar comentarios antisemitas porque su electorado no lo respaldaría. “Estos partidos están muy fragmentados. No tienen programa común y el antieuropeísmo que los une no es suficiente. Lo que es aceptable en un país no lo es en otro. Incluso si Le Pen hubiera logrado grupo propio, tendríamos que ver hasta qué punto habría sido influyente”, analiza Marco Incerti, del think tank europeo Centre for European Policy Studies.

El británico Farage supera a la dirigente francesa y forma un frente populista

El plazo para constituir grupo parlamentario venció la noche del martes. Aunque Le Pen ha asegurado que seguirá intentándolo, el reparto de cargos, turnos de intervención y trabajo en comisiones se realiza ahora. Para crear un grupo, hacen falta 25 eurodiputados de siete Estados. Farage se adelantó hace una semana y congregó a voces populistas para crear su grupo Europa de las Libertades y la Democracia. Con el 26,8% del voto en Reino Unido, el líder de UKIP acoge a formaciones muy dispares, como el Movimiento 5 Estrellas del italiano Beppe Grillo, los ultraderechistas suecos y una disidente del Frente Nacional de Le Pen. Esa amalgama lo coloca al borde de la disolución ante la mínima discrepancia.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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