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OBITUARIO

Avraham Shalom, archiespía israelí

Su papel en el asesinato de dos terroristas palestinos causó su caída y una conmoción política

Avraham Shalom, antiguo jefe del Shin Beth.
Avraham Shalom, antiguo jefe del Shin Beth.SONY PICTURES

El 12 de abril de 1984, cuatro terroristas árabes secuestraron un autobús lleno de civiles para desviarlo de su ruta, que unía Tel Aviv con la ciudad mediterránea de Ascalón, hasta la frontera con Egipto. Avraham Shalom era entonces jefe del servicio secreto israelí conocido como Shin Bet. Acudió al lugar de la Franja de Gaza donde las fuerzas de seguridad consiguieron parar el vehículo. Los terroristas se atrincheraron con decenas de rehenes y amenazaron con volarse por los aires con ellos si Israel no liberaba a 500 presos palestinos. Las negociaciones se prolongaron hasta la noche, cuando un comando de élite asaltó el autobús. Anunciaron la muerte de los cuatro palestinos y la de una joven de 19 años, víctima colateral. Pero un reportero había fotografiado cómo los soldados sacaban del autobús a dos de los terroristas. Vivos. Al día siguiente lo publicó un diario israelí. Los dos supervivientes, según se supo más tarde, murieron apaleados en el campo cuando estaban bajo la custodia del temido Shin Bet.

 El secretísimo servicio secreto casi salió airoso del tremendo escándalo internacional consiguiente, porque su jefe Shalom hizo cuanto pudo por desviar las acusaciones hacia un general del Ejército. El Shin Bet solo responde ante el Primer Ministro, así que el caso provocó un terremoto político. Los esfuerzos de Shalom en tapar lo sucedido y sacudirse cualquier responsabilidad terminaron al fin con su carrera de archiespía: dimitió en 1986 a cambio del perdón presidencial para él y para un grupo de agentes sospechosos de haber participado en la ejecución sumaria. El presidente Chaim Herzog firmó un indulto cuestionable, también, en el aspecto procesal, porque concedía la inmunidad a Shalom y a los suyos antes incluso de que se presentaran cargos contra ellos. Un indulto preventivo, ratificado más tarde por el Tribunal Supremo israelí.

Avraham Shalom nació en Viena en 1928. Su padre era empresario y su madre, pianista. En 1939 escaparon de Austria, que acababa de entregarse a la Alemania de Hitler con fervor pangermánico. Se asentaron en el Mandato británico de Palestina. Shalom, conocido en su juventud por el apellido familiar Bendor, militó desde muy joven en las organizaciones sionistas que combatieron a los británicos y a los árabes antes de la fundación de Israel en 1948. En 1950 ingresó en el flamante servicio secreto Shin Bet, tras varios años de servicio como soldado.

 Una década más tarde participó en la operación de busca y captura del gerifalte nazi Adolf Eichmann, organizador destacado del asesinato sistemático de seis millones de judíos en Europa. El Mosad, servicio secreto exterior de Israel, localizó a Eichmann en su exilio argentino, lo detuvo y se lo llevó en secreto hasta Jerusalén. Allí lo sometieron a juicio por su papel en el Holocausto. Lo colgaron en 1962.

 Shalom se metió a activista tras dejar el espionaje en 1986. Fundó la Iniciativa de Ginebra para promover un acuerdo de paz definitiva entre Israel y los palestinos. Habló del episodio del autobús secuestrado en un documental israelí sobre el Shin Bet llamado The Gatekeepers (2012). Cuenta que los dos palestinos salieron ilesos del asalto, pero llegaron a manos de sus agentes ya agonizantes por las palizas de los soldados, que “los habían linchado”. Él dio la orden de “terminar con ello”. Remacha: “En la guerra contra el terrorismo, olvídate de la moral”.

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