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Farage se adelanta a Le Pen y reedita grupo propio en la Eurocámara

Las opciones de Le Pen pasan por convencer a la ultraderecha polaca y búlgara

Ignacio Fariza
Marine Le Pen y su padre durante un mitin del FN el pasado marzo.
Marine Le Pen y su padre durante un mitin del FN el pasado marzo. Claude Paris (AP)

Farage se adelanta a Le Pen en su lucha por formar grupo propio en el nuevo Parlamento Europeo. El partido antieuropeo británico UKIP, capitaneado por el populista Nigel Farage, repetirá al frente del grupo Europa de la Libertad y de la Democracia (EFD, por sus siglas en inglés) en la Eurocámara tras haber logrado el apoyo de un ramillete de partidos eurófobos que van desde el populista Movimiento 5 Estrellas del cómico italiano Beppe Grillo hasta el ultraderechista Demócratas de Suecia. La principal rival de Farage en el cortejo de partidos minoritarios, la líder del Frente Nacional francés Marine Le Pen, tendrá que aguardar hasta el último instante —el plazo para la composición de grupos termina el próximo martes— para ver si finalmente logra su objetivo de recabar el apoyo de eurodiputados de al menos siete nacionalidades diferentes, tal como dicta el reglamento de la Eurocámara. UKIP rechazó cualquier alianza con el Frente Nacional por considerarlo antisemita.

El grupo de Europa de la Libertad y la Democracia tendrá incluso mayor fuerza que en la legislatura recién terminada. En esta ocasión contará con 48 eurodiputados de siete partidos diferentes, frente a los 32 asientos de la pasada legislatura. Además de a UKIP (24 escaños), al Movimiento 5 Estrellas (17) y a los Demócratas de Suecia (dos), se unen a EFD el partido eurófobo lituano Orden y Justicia (dos), la formación libertaria checa Svobodní (uno), la Unión de Verdes y Agricultores letona (uno) y a Joëlle Bergeron, eurodiputada díscola del Frente Nacional francés que se ha convertido en inesperada llave para que los Farage logren su meta.

La anexión de los 17 eurodiputados del Movimiento 5 Estrellas —la segunda fuerza política italiana en el europarlamento—, decidida la semana pasada en un referéndum online realizado entre sus simpatizantes, es la clave que explica que los nacionalistas británicos hayan logrado finalmente su propósito. Poco antes de que sus seguidores tomasen la decisión y consciente de su peso específico en el nuevo grupo, en el que compartirá el mando con Farage, Grillo quiso espantar cualquier fantasma sobre su nuevo compañero de coalición al insistir en que el líder de UKIP “no es racista”.

La reedición del grupo propio en torno a UKIP, en riesgo hasta ayer por la feroz competencia con el Frente Nacional por atraer a las fuerzas eurófobo a lo largo y ancho de la Unión Europea, pone la guinda el gran resultado de UKIP en las elecciones europeas en Reino Unido, en las que consiguió una holgada victoria sobre los laboristas (20 eurodiputados) y los tories (19) del primer ministro David Cameron.

El Frente Nacional, por su parte, tendrá que trabajar a contrarreloj para formar grupo propio. Hasta ahora, Le Pen ha logrado recabar el apoyo de 38 eurodiputados de cinco países —el Partido de la Libertad del holandés Geert Wilders, los xenófobos belgas del Vlaams Belang, los austriacos del FPÖ y los italianos de Liga Norte—, por lo que aún necesitaría el sí de eurodiputados de al menos dos nacionalidades más para cumplir los requisitos que fija el reglamento de la Eurocámara.

Fuentes parlamentarias explican que, una vez formalizada la alianza en torno a UKIP y el Movimiento 5 Estrellas, el Frente Nacional está abocado a pactar con los ultraconservadores polacos del Congreso de la Nueva Derecha (cuatro escaños) o del partido Bulgaria sin Censura (uno). Si no lo lograsen, su única alternativa sería echar mano de los neonazis helenos de Aurora Dorada (tres) o de la extrema derecha alemana del NPD, toda vez que los ultraconservadores nórdicos le han dado la espalda. En cualquiera de estos escenarios, su gobernabilidad y cohesión interna estaría en tela de juicio. En 2007, un encontronazo entre Wilders y sus socios del este a cuenta de la inmigración hizo que la coalición saltase por los aires antes de tiempo.

Lograr grupo propio en Estrasburgo y Bruselas tiene premio: da acceso a la conferencia de presidentes del Parlamento Europeo, concede facilidades de orden procedimental (los grupos parlamentarios pueden, por ejemplo, solicitar una votación secreta o pedir la posposición de un pleno), otorga mayor tiempo de palabra en el pleno y en las comisiones y amplía sus posibilidades de financiación.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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