Japón se propone como alternativa frente al poderío militar de China
Tokio apoya con sus barcos la seguridad en el sureste asiático
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, propuso este viernes a su país como alternativa al poderío militar chino. En un discurso en la cumbre Shangri-La, un foro que reúne a responsables de Defensa y de Seguridad de Asia, el jefe de Gobierno nipón aseguró que su país desempeñará a partir de ahora un papel más activo en la protección de la paz en el continente y expresó su apoyo a los países del sureste asiático, muchos de ellos alarmados ante la creciente contundencia de China en las disputas territoriales que mantiene con sus vecinos.
La enviada de Pekín al foro regional dice que la amenaza son los japoneses
Japón planea desempeñar un papel aún mayor y más activo que el que ha desempeñado hasta ahora para hacer que la paz en Asia y el mundo esté más garantizada", aseguró Abe en la primera intervención de un primer ministro japonés en este foro de seguridad, que se celebra en Singapur durante tres días y en el que también participan el secretario de Defensa de EE UU, Chuck Hagel, y una delegación china. Tokio, recalcó, está dispuesto a ofrecer "el mayor apoyo posible" para aumentar la cooperación en materia de seguridad con la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) y "garantizar la seguridad de los mares y los cielos, y mantener la libertad de navegación y la de vuelo".
Abe detalló que Japón aportará diez nuevos barcos patrulla al Servicio de Guardacostas filipino, y recordó que ya ha enviado otros tres a Indonesia y se plantea hacerlo a Vietnam. Japón también ha formado a cerca de 250 agentes guardacostas procedentes de Indonesia, Filipinas y Malasia.
Aunque el papel de Japón como invasor durante la II Guerra Mundial aún suscita amargos recuerdos entre muchos de los países de la región, la oferta de Tokio puede ser muy bienvenida. El discurso de Abe se produce cuando se ha elevado el tono en las disputas territoriales que Pekín mantiene con sus vecinos en el mar del sur de China y con Japón en el mar de China oriental. Esta semana Vietnam y la República Popular China intercambiaron agrios reproches después de que un barco pesquero vietnamita se hundiera tras chocar con otro chino en las cercanías de una zona en disputa en las islas Paracel. Mientras, Filipinas reclama contra la construcción de una pista de aterrizaje china en una isla en disputa.
El primer ministro japonés insistió a lo largo de su discurso en el “imperio de la ley” en la zona y la necesidad de respetar el derecho internacional para resolver las disputas. Aunque sin mencionarla directamente, la frase implica una referencia a China, cuyo tono cada vez más tajante en los conflictos territoriales y el refuerzo cada vez mayor de sus Fuerzas Armadas es contemplado con preocupación entre sus vecinos.
"Japón defiende el imperio de la ley. Asia defiende el imperio de la ley. El imperio de la ley para todos nosotros", insistió el primer ministro nipón, quien antes de su intervención se había reunido con el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel.
Pekín, mientras tanto, ha enviado una delegación de diplomáticos y del Ejército Popular de Liberación al foro para contrarrestar los argumentos japoneses. China argumenta que la principal amenaza para la paz en la región no es ella, sino Tokio.
La presidenta de la Comisión de Exteriores de la Asamblea Nacional del Pueblo (Parlamento) chino, Fu Ying, advirtió en este sentido en un debate previo al discurso de Abe de que el primer ministro japonés ha “inflado” la idea de que China representa una amenaza para Japón "y con esa excusa intenta cambiar la política de seguridad de Japón. Eso sí que es preocupante".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.