Condenado a seis años de cárcel el ex primer ministro israelí Olmert
El sucesor de Arieal Sharon, que negoció con los palestinos, fue juzgado por cohecho Aceptó sobornos para facilitar la construcción de un lujoso complejo residencial Otros seis implicados, empresarios y cargos públicos, también irán a la cárcel
Las palabras del juez, que lo trató de “traidor”, fueron tan duras como la sentencia que dictó contra el ex primer ministro israelí Ehud Olmert, condenado este martes por cohecho a seis años de cárcel, siete de inhabilitación para ejercer cargos públicos y una multa de un millón de shékels (210.000 euros). El sucesor de Ariel Sharon al frente del partido Kadima y del Gobierno de Israel en 2006 queda, a sus 68 años, definitivamente fuera del juego político por el mismo escándalo de corrupción urbanística que le costó la jefatura del Gobierno en 2009. Según fuentes diversas citadas por la prensa israelí, Olmert barajaba desafiar al actual primer ministro, el derechista Benjamín Netanyahu, en las próximas elecciones.
Los años de Olmert al frente del Ejecutivo quedaron marcados por la ofensiva israelí en el sur de Líbano, donde ordenó una dura incursión de castigo que neutralizara a las milicias chiíes de Hezbolá por las regiones próximas a la frontera israelí. Pese a las críticas internas y externas que levantó está contienda, Olmert puso después considerable empeño en avanzar en las negociaciones con la Autoridad Nacional Palestina. Se ha repetido que, como él mismo sostiene en sus memorias, Olmert estuvo muy cerca de firmar acuerdos relevantes sobre una retirada israelí de Cisjordania con el presidente palestino, Mahmud Abbas. La posibilidad se disipó con la dimisión de Olmert por corrupción y entre los bombazos de la incursión militar en Gaza en 2009.
El giro a la derecha que supuso su sustitución por el actual primer ministro, Benjamín Netanyahu, fue un revés para un proceso de paz entre palestinos e israelíes cuyo enésimo episodio fracasó en abril. Pese al empeño estadounidense, Netanyahu ha llevado a un punto gélido sus relaciones con los palestinos. La anulación política de Olmert debilita aún más cualquier esperanza de un próximo acercamiento.
El caída del exalcalde debilita la esperanza de paz con los palestinos
El juez de Tel Aviv considera probado que Olmert, a quien tachó de “inmoral” por dejarse corromper, cobró 660.000 shékels (algo menos de 140.000 euros) a cambio de allanar el camino a una promoción urbanística conocida como Holyland (Tierra Santa, en inglés), cuando era alcalde de Jerusalén hace 20 años. El rotundo conjunto, caro y pretencioso como su nombre, remata una colina de oeste de Jerusalén con seis bloques y una gran torre de viviendas visible desde buena parte de la ciudad. El columnista del diario Haaretz Anshel Pfeffer compara su perfil con el de un dedo levantado “en un gesto obsceno hacia todos los jerosolimitanos que no se pueden permitir” sus precios astronómicos.
Según la ONG anticorrupción Transparencia International, el 79% de los israelíes cree que sus partidos políticos son “corruptos o muy corruptos”. Para Pfeffer, la sentencia del martes responde al “aumento de la alarma social” por la corrupción en un país en el que la élite política vive “muy por encima de las posibilidades que ofrecen los sueldos públicos”.
Alcanzó lo más alto, el puesto más importante del Estado, para acabar como un criminal convicto David Rozen, el juez que lo sentenció
Olmert anunció que recurrirá el fallo ante el Tribunal Supremo, pero es improbable que este anule una sentencia tan drástica. Es la primera vez que un ex primer ministro israelí enfrenta una condena de prisión desde que se fundó el Estado de Israel hace 66 años. El juez que lo sentenció este martes, David Rozen, destacó la inteligencia y las contribuciones de Olmert al bien público de Israel, pero argumentó que, precisamente debido a su antigua posición en la República y a sus probadas capacidades, Olmert se merece una sentencia dura y ejemplar: “Alcanzó lo más alto, el puesto más importante del Estado”, para acabar “como un criminal convicto”.
Ya había pasado por el banquillo de los acusados en dos juicios anteriores. En 1998 fue absuelto en un caso de financiación ilegal de su partido de entonces, el derechista Likud. Hace dos años resultó condenado a un año de libertad condicional y una multa de unos 15.000 euros en otro juicio por corrupción.
Además fueron condenados el martes otros seis implicados en la trama corrupta que levantó Holyland. Dos son cargos públicos que, como Olmert, encajaron sentencias de más de seis años. Los otros cuatro son empresarios, igualmente culpables de cohecho. El dueño de la urbanización, Hillel Cherney, cumplirá tres años y pagará unos 400.000 euros de multa. Otro empresario, Avigdor Kellner, fue sentenciado a tres años de cárcel.
Olmert insiste en su inocencia desde que empezó el juicio. Poco antes de que se leyera su condena habló de “un día triste”. Después de ser alcalde de Jerusalén durante 10 años a partir de 1993, Olmert fue ministro de Industria y de Hacienda con Sharon. Había pasado de posiciones derechistas dentro del Likud a su sector más a la izquierda, así que acompañó a Sharon a su nueva formación de centroderecha, Kadima, en 2005.
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