El Constitucional de Tailandia fuerza la destitución de la primera ministra
La expulsión de Yingluck Shinawatra profundiza la crisis política que vive el país asiático desde 2006
La saga de los Shinawatra ha dado un giro este miércoles que encona aún más la crisis política que vive Tailandia desde hace años. El Tribunal Constitucional ha ordenado a la primera ministra, Yingluck Shinawatra, que abandone el cargo por abuso de poder.
Yingluck, que es hermana del expresidente Thaksin Shinawatra, ha sido encontrada culpable de abusar de su posición al haber transferido en 2011 al responsable del Consejo de Seguridad Nacional, Thawil Pliensri, a otro puesto para que un familiar, Priewpan Damapong, se beneficiara de los subsiguientes movimientos. Yingluck lo ha negado. Nueve ministros que respaldaron el cambio de Thawil también han sido apartados de sus puestos.
El tribunal afirma que Yingluck transfirió a Thawil para favorecer a su poderosa familia y que, por tanto, violó la Constitución. “En consecuencia, el estatus de primera ministra ha finalizado (…) Yingluck no puede continuar en su posición”, ha afirmado el juez presidente del Constitucional, Charoon Intachan, en una intervención televisada, informa France Presse.
Los restantes miembros del Ejecutivo han designado al viceprimer ministro y ministro de Comercio, Niwatthamrong Boonsongphaisan, nuevo jefe de Gobierno. Tailandia ha tenido un Gobierno en funciones desde que Yingluck disolvió la Cámara Baja del Parlamento en diciembre pasado, en un intento fallido de poner fin a las protestas contra su gabinete. Las elecciones celebradas en febrero fueron anuladas por el Constitucional por haber sido interrumpidas en numerosas circunscripciones. Unas nuevas elecciones están previstas para el 20 de julio.
El caso hunde a Tailandia aún más en la prolongada crisis política que vive desde 2006, cuando un golpe del Ejército depuso al jefe de Gobierno, Thaksin Shinawatra, un antiguo magnate de las telecomunicaciones.
Yingluck, de 46 años, se enfrenta desde hace seis meses a las protestas de la oposición –principalmente integrada por las élites urbanas-, que buscan derribar a su Ejecutivo. Al no haberlo conseguido en las calles, se han vuelto hacia los tribunales.
La decisión del Constitucional plantea dudas sobre si las elecciones de julio llegarán a celebrarse, lo que enojaría a los partidarios de Yingluck, los denominados camisas rojas. La mayoría de estos procede de las zonas rurales, y han convocado una gran manifestación el próximo sábado en Bangkok. La destitución de Yingluck podría caldear los ánimos y conducir a nuevos brotes de violencia, como los registrados desde noviembre, con más de 20 personas muertas y cientos heridas en enfrentamientos a tiros y ataques con armas de fuego y granadas.
Yingluck, la primera mujer que ocupa la jefatura de Gobierno en Tailandia, y su partido Pheu Thai barrieron en las elecciones de 2011, y son muy populares entre la población más pobre, en particular en el norte y el noreste del país. Pero, como miembro de la familia Shinawatra, es menospreciada por las clases media y alta y el círculo cercano a la monarquía. Sus críticos aseguran que es una herramienta en manos de su hermano, que, según dicen, es quien dirigía realmente Tailandia. Thaksin vive en el extranjero para evitar ir a la cárcel por una condena de corrupción.
La campaña contra Yingluck ha sido la última etapa de una revuelta política que comenzó cuando Thaksin fue expulsado del Gobierno en 2006, tras intensas protestas en las que fue acusado de corrupción, abuso de poder y falta de respeto al rey Bhumibol Adulyadej. Tailandia es una monarquía constitucional.
Desde entonces, los partidarios y los detractores de Thaksin están enzarzados en una lucha de poder. Sus seguidores afirman que las clases altas se oponen a él porque han visto su posición de privilegio amenazada por sus políticas populistas. Los tribunales tailandeses, al igual que el Ejército, son percibidos como bastiones del conservadurismo anti Thaksin. En 2007, el Constitucional disolvió el entonces partido de Thaksin Thai Rak Thai por fraude en las elecciones de 2006, y vetó a sus líderes de la actividad política durante cinco años. Thaksin, que hizo su fortuna en las telecomunicaciones, se autoexilió en 2008 para escapar a una sentencia de dos años de cárcel por conflicto de intereses mientras fue primer ministro (2001-2006). El partido Pheu Thai ha acusado al Constitucional de partidismo y sesgo contra los Shinawatra.
Los aliados de Thaksin ganaron con facilidad a finales de 2007 las elecciones, pero el tribunal expulsó en 2008 a dos primeros ministros favorables a Thaksin. En 2010, una coalición formada por el opositor Partido Demócrata recurrió al ejército para acabar con unas manifestaciones de los camisas rojas en Bangkok que dejaron más de 90 muertos. Yingluck y el Pheu Thai ganaron por mayoría en las elecciones de 2011.
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