Juncker descarta la ampliación de la UE en el próximo lustro
El candidato del Partido Popular Europeo promete un acuerdo justo a Londres
El mito fundacional de la Europa moderna consiste en que la Unión, lejos de limitarse a proteger los intereses de sus miembros, siga siendo la semilla de una idea más amplia: según esa tesis, los intereses de los socios estarían mejor salvaguardados extendiendo a otros sus normas y beneficios. Pero los mitos caen: el candidato del Partido Popular Europeo a las próximas elecciones, Jean-Claude Juncker, descartó este miércoles, en el arranque de su campaña, la entrada de nuevos países en la UE a lo largo de al menos cinco años. “No habrá nuevas entradas durante la próxima legislatura”, avanzó Juncker.
Algo parecido piensa el líder socialdemócrata, Martin Schulz: “La UE no puede expandirse indefinidamente; primero hay que reformarla”, explicaba hace unos días el jefe de la Eurocámara.
El hechizo de la Unión se desvanece, incluso para sí misma: Europa ya no puede ofrecer el milagro de un ciclo económico interminablemente expansivo, ni mucho menos el casi pleno empleo cuando hay varios países con tasas de paro por encima del 20%. Consciente de que hay que gestionar la salida de la crisis, Juncker se presentó ante los medios a apenas un mes de las elecciones con varias prioridades: seguir con las reformas económicas, volver a crecer y a crear empleo, negociar un tratado de libre comercio ambicioso con EE UU, buscar con los británicos un acuerdo justo para evitar que se vayan y, finalmente, apuntalar el entramado institucional de la Unión.
En ese último objetivo tiene cabida el frenazo a las nuevas incorporaciones. “La crisis ha dividido a los Veintiocho, Norte contra Sur, Este contra Oeste; hay que tender puentes para cerrar esa fractura”, dijo Juncker. Hay que arreglar los cimientos de la casa, esa es la tesis del candidato conservador, y eso impide nuevas adhesiones: “El reto es reunificar la UE, y eso implica congelar los nuevos ingresos hasta comprobar que los candidatos cumplen al 100% los criterios de acceso”.
Croacia fue el último miembro en incorporarse a la UE, y ese ingreso —el 1 de julio de 2013— parecía un mensaje telegrafiado al resto de candidatos: la entrada seguía siendo posible a pesar de los estragos de la crisis económica, a pesar de la denominada “fatiga de la ampliación”. Islandia, Turquía, Macedonia, Montenegro y Serbia han solicitado su admisión, y la UE les ha otorgado estatus de candidatura, una especie de noviazgo hasta que cumplan todas las condiciones. Ahora esos potenciales ingresos quedan paralizados tras las palabras de Juncker, a las que hay que sumar el tono algo más ambiguo pero igualmente negativo de Schulz. Aunque en realidad la denominada fatiga de la ampliación empezó antes: si durante los noventa Europa se había convertido en una tierra de asilo, en apenas unos días se cumplirán 10 años del último gran arreón de incorporaciones, con la entrada del bloque del Este. El impacto de esa entrada fue sensacional: abrió la espita de los temores de la derecha europea acerca de la inmigración, y a la vez de la izquierda, con el miedo a la deslocalización empresarial y el dumping social. La subida en las encuestas de los partidos populistas y la actitud defensiva de los dos grandes partidos europeos han hecho el resto.
Juncker dice que sin la ayuda europea España tendría más paro
Jean-Claude Juncker, el candidato del Partido Popular Europeo a presidir la próxima Comisión, afirmó este miércoles que el desempleo en España sería aún más alto de no haberse concedido la asistencia financiera europea.
"Si Europa no hubiera estado presente para aportar una respuesta a los graves problemas bancarios que existían en España, la situación sería peor", dijo al término de una rueda de prensa en la que presentó las que serán sus prioridades, si es elegido presidente del Ejecutivo comunitario tras las elecciones europeas del 25 de mayo.
Juncker dmitió que "no se puede consolar a alguien que no tiene empleo diciéndole que, si Europa no hubiera hecho lo que hizo, un mayor número de españoles estarían en la situación de la que ellos quieren salir".
Sin embargo, añadió, la "solidaridad" europea hacia España y el "saber hacer" del Gobierno español para salir de la crisis bancaria demuestran que los programas puestos en marcha están empezando a producir efectos beneficiosos.
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