Israel lanza su más sofisticado satélite espía con Irán como principal objetivo
Tiene la capacidad de tomar fotografías de muy alta calidad de objetos no menores de medio metro Lo puede hacer, además, en cualquier momento. Sea de día o de noche
Israel ha puesto en órbita su nuevo satélite espía, el Ofek 10 (Horizonte 10), desde la noche del miércoles la herramienta más sofisticada con la que cuenta para vigilar las potenciales amenazas de la región y, sobre todo, las que procedan de Irán. A las 22.15 horas del miércoles (hora local, una hora más que en la España peninsular) fue lanzado el que es ya el sexto satélite espía de Israel, que destaca por dos particularidades: la capacidad de tomar fotografías de muy alta calidad de objetos no menores de medio metro y de hacerlo en cualquier momento, sea de día o de noche, e incluso con condiciones meteorológicas adversas. “La nitidez que ofrece es increíble, es el más alto nivel de inteligencia que hoy se puede conseguir”, resume Ofer Doron, portavoz de Israel Aerospace Industries, la empresa de capital estatal que ha llevado a cabo el proyecto, junto al Ministerio de Defensa.
El lanzamiento tuvo lugar en la base de Palmajim, en la localidad costera de Rishon Letzion. Hora y media más tarde, el satélite pasó por encima de la estación terrestre desde la que será controlado y contactó por primera vez. La comunicación fue limpia. A partir de ahora, se mantendrá a una altitud media de entre 400 y 600 kilómetros por encima de la superficie terrestre y describirá órbitas elípticas alrededor del planeta de unos 99 minutos de duración. Defensa desea que en pocos meses esté trabajando a pleno rendimiento, difundiendo las primeras valiosas imágenes. “El Ofek 10 mejorará nuestra capacidad de inteligencia y permitirá que establezcamos una mejor defensa para afrontar de la manera más segura las amenazas de lejos y de cerca”, ha remarcado el ministro, Moshe Yaalon.
El nuevo satélite, de apenas 170 kilos, se basa en dos sistemas esenciales: uno que capta imágenes ópticas con cámaras de muy alta sensibilidad y un radar de apertura sintética (SAR, por sus siglas en inglés), que complementa la nitidez de las tomas en situaciones de mala visibilidad. El “paso significativo” que se logra como efecto y que tanto destacan sus creadores se puede resumir con un ejemplo: ahora se podrá tardar la mitad de tiempo en detectar movimientos peligrosos como una hipotética colocación de misiles en lanzaderas, dada la fiabilidad de las imágenes desde su captación inicial. Otra de sus bondades es que, además, podrá dar saltos, yendo de objetivo preciso a objetivo preciso, sin necesidad de hacer barridos, más largos.
El proyecto ha tenido un coste base superior a los 42 millones de euros y dice Yaalon que su intención es la de profundizar en estas inversiones, para lograr una “ventaja cualitativa y tecnológica” en la región. Reconoce que todo su programa de satélites, iniciado en 1988, busca hoy impulsar las capacidades de recolección de inteligencia de cara a los avances del programa nuclear iraní, en el que Israel ve una amenaza existencial. Además, Defensa confía en que no sólo le ayude a vigilar lo que ocurre en los dominios de Irán sino también las supuestas redes de apoyo que Teherán teje con milicias de países vecinos, como Líbano. El Ofek 11, la versión mejorada del satélite lanzado la pasada noche, ya está en fase de estudio, según indican fuentes de su departamento.
Israel hace esta demostración de poderío militar justo en mitad de una nueva ronda de negociaciones entre las grandes potencias mundiales e Irán, a propósito de los avances de sus investigaciones atómicas. El G5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) y los representantes del presidente Hassan Rohani se han citado nuevamente para el 13 de mayo, aún con enormes diferencias por resolver. En noviembre se llegó a un acuerdo por el que Irán se comprometió a congelar durante seis meses parte de sus actividades nucleares a cambio de una rebaja de las sanciones internacionales impuestas en su contra. El plan es el de lograr un acuerdo definitivo antes de julio.
El martes, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, reconocía que Teherán tiene capacidad para producir en sólo dos meses material fusionable suficiente como para confeccionar una bomba atómica, por lo que reclamó más “esfuerzos” que evidencien su interés exclusivamente civil en el uso de esta fuente. Aferrándose a estas declaraciones, Yaalon ha insistido en que, por si no llegase un acuerdo final, “Israel sigue preparándose por si tiene que actuar solo”. “Actuar” quiere decir atacar, una solución que Estados Unidos dice que tiene “sobre la mesa” pero relegada, a la espera de ver cómo avanzan los acercamientos diplomáticos.
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