Una catástrofe aérea sin cuándo, dónde, cómo, ni por qué
La desaparición del B-777 se ha convertido en un misterio sin precedentes en la historia de la aviación civil
La desaparición del avión de Malaysia Airlines el pasado 8 de marzo menos de una hora después de despegar de Kuala Lumpur rumbo a Pekín con 239 personas a bordo se ha convertido en un misterio sin precedentes en la historia de la aviación civil. Tiene a los expertos totalmente desconcertados, al mundo fascinado por el suceso y a las familias de los 227 pasajeros y 12 tripulantes del vuelo MH370 sumidas en una dolorosa incertidumbre al no saber qué les ocurrió a sus seres queridos.
El primer ministro de Malasia, Najib Razak, aseguró el lunes pasado que el aparato se estrelló en una zona remota del océano Índico sur, y dio a entender que no hubo supervivientes, algo que dijo de forma más clara la aerolínea.
Cuando han pasado 23 días desde que se volatilizó el Boeing 777-200ER, hay pocas certezas y muchas incógnitas sobre la tragedia. Y el tiempo para localizar el aparato se acaba. Las baterías de la caja negra, que conserva los registros de las conversaciones de los pilotos y otros datos del funcionamiento del avión, imprescindibles para poder saber lo que pasó, solo tienen energía para emitir señales de localización 30 días. Quedan siete.
Lo que se sabe
El Boeing 777 despegó de Kuala Lumpur a las 00.41 del 8 de marzo (siete horas menos en la España peninsular) y debía haber aterrizado en Pekín a las 6.30. A la 1.19 se produjo la última conversación entre los pilotos y el control de tráfico aéreo de Malasia. Las autoridades de este país han dicho que alguien a bordo del avión desconectó, tras el despegue, uno de los sistemas de comunicación, el ACARS (Aircraft and Communications Addressing and Reporting System), que envía datos automáticamente cada cierto tiempo sobre el funcionamiento de los motores y otros parámetros a los centros de mantenimiento o los fabricantes. Poco después fue apagado el transpondedor, que comunica con la red de control aéreo civil.
De ello, han concluido que alguien los inutilizó y obligó a la aeronave a cambiar de rumbo cuando se encontraba sobre el mar del Sur de China entre Malasia y Vietnam. El Boeing se dirigió de vuelta hacia Malasia y se internó sobre el estrecho de Malaca. El giro fue detectado por los radares militares, que registraron por última vez el MH370 a las 2.15, al norte del estrecho de Malaca. Un satélite de Inmarsat, sin embargo, recibió hasta las 8.11 las señales automáticas —pings o handshakes— que continuó emitiendo cada hora, lo que permitió a los investigadores definir un arco de dos posibles corredores aéreos que pudo seguir el aparato: uno hacia el noroeste y Asia central, y otro hacia el suroeste y el Índico sur. Tras un análisis más detallado, los expertos de Inmarsat concluyeron que el avión se estrelló en el Índico sur.
Lo que se desconoce
¿Qué?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿por qué? Si la primera pregunta tiene respuesta —la desaparición del Boeing de Malaysia Airlines con 239 personas y su caída al mar—, las otras cuatro siguen siendo un misterio más de tres semanas después de que desapareciera el avión.
¿Cuándo? Al anunciar el lunes el destino trágico del MH370, el primer ministro malasio, Najib Razak, no informó del momento exacto en el que se precipitó en el mar. Los expertos creen que ocurrió entre las 08.11 —cuando se detectó un ping— y las 09.15 —cuando ya no se detectó—, lo que, según dijo el martes pasado el ministro de Defensa e interino de Transporte de Malasia, Hishammuddin Hussein, “es coherente con el aguante máximo del avión”, en referencia a que ya no debía quedarle combustible.
¿Dónde? Las autoridades malasias tampoco identificaron el lugar exacto en que se estrelló. Durante estas tres semanas, las zonas de búsqueda han oscilado del mar del Sur de China, al estrecho de Malaca, el mar de Andamán, el golfo de Bengala, zonas terrestres en numerosos países asiáticos y dos corredores de miles de kilómetros entre Asia central y el Índico sur.
Es aquí, en el Índico sur, donde están concentrados ahora los esfuerzos, tras el análisis de los datos de los satélites sobre la trayectoria que siguió el Boeing, y haberse detectado posibles restos desde satélites de diferentes países y aviones.
Aviones y barcos buscaban desde la semana pasada en una zona a unos 2.500 kilómetros al suroreste de la ciudad australiana de Perth, pero este viernes, al contar con nuevos datos, bascularon a otra área a 1.850 kilómetros al oeste de Perth, donde han sido avistados desde el aire supuestos restos del MH370.
¿Cómo y por qué? Las dos preguntas están unidas, en medio de la nebulosa más absoluta. Las autoridades de Malasia han puesto en marcha una investigación criminal, y, con la ayuda de expertos internacionales, están analizando diferentes teorías. Desde un sabotaje y un secuestro por parte de alguien de la tripulación o del pasaje, a un intento de suicidio del piloto, Zaharie Ahmad Shah, de 53 años, o el copiloto, Fariq Abdul Hamid, de 27 años. De momento, nadie ha reivindicado un posible acto terrorista.
También se está analizando la posibilidad de un fallo técnico, como un incendio y una descompresión, o una crisis extraordinaria en pleno vuelo con el avión en pilotaje automático durante horas hasta estrellarse por falta de combustible. Mientras no se encuentren los restos y se recupere la caja negra, será prácticamente imposible responder a estas preguntas. Y el proceso, de culminarse, podría tardar años y no despejar todas las incógnitas.
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