Israel cambia la ley para dificultar la presencia de partidos árabes en la Knesset
El Parlamento eleva el umbral para obtener escaños del 2% al 3,25% Dos de los tres partidos árabes quedarían excluidos del actual hemiciclo La oposición boicotea esta ley y otras que tilda de contrarias a la democracia
En un creciente clima de polarización política, la coalición de gobierno de Israel, liderada por el conservador Benjamín Netanyahu, logró este martes la aprobación en el parlamento de una nueva ley que aumenta el umbral de representación electoral del actual 2% al 3,25%. Tras esta reforma, con la actual composición de la Knesset (parlamento) quedarían fuera dos partidos de representación árabe y el centrista Kadima, fundado por el fallecido Ariel Sharon y que ganó las elecciones en 2006 y 2009.
Esa nueva norma electoral es parte de una ambiciosa reforma institucional que ha acometido la coalición de Gobierno de Israel, salida de las urnas hace un año y que aglutina a partidos centristas, de derecha y de ultraderecha. Hoy el Parlamento votará una ley elaborada por el partido Casa Judía (Habait Hayehudi) que obliga a someter a referendo cualquier concesión territorial con los palestinos que afecte a Israel, Jerusalén oriental o los Altos del Golán.
El jueves se votará una de las leyes más polémicas de esta legislatura: la integración de los judíos ultraortodoxos en el servicio militar obligatorio. Hasta ahora estos han disfrutado de cuantiosas prebendas por dedicar su vida a estudiar textos judíos. El gobierno, a iniciativa del partido centrista Hay Futuro (Yesh Atid), ha pactado que sea delito no incorporare a filas. Los partidos ultraortodoxos, con 18 escaños, han amenazado en el pasado con multitudinarias protestas y boicotear al Estado si esta ley se aprueba.
Cada una de estas leyes es un proyecto de una facción diferente de la coalición de Gobierno. Los cinco partidos que la integran han pactado votar en bloque estas reformas para evitar defecciones internas en los asuntos más delicados, como el de integrar a los estudiantes de religión en las fuerzas armadas. Nunca desde la fundación del Estado en 1948 ha logrado un partido israelí una mayoría absoluta para gobernar en solitario.
La oposición parlamentaria —que aglutina al laborismo y la izquierda, a los partidos judíos ultraortodoxos y la las formaciones árabes— ha boicoteado esas reformas por considerarlas un asalto a los principios democráticos del país. No participará en ningún debate o votación y por eso la ley de este martes se aprobó con 67 ‘síes' y ni un solo ‘no’. El parlamento israelí tiene 120 escaños.
El jefe de la oposición, el laborista Isaac Herzog, denunció este martes que el Gobierno de Netanyahu “esté tomando medidas de odio y exclusión, tratando de expulsar a toda una serie de partidos”.
Israel tiene 7,9 millones de habitantes, de los que 1,6 millones son árabes. Hay en la Knesset tres formaciones con representantes de ese grupo étnico, de las que dos quedarían fuera si se aplicaran las exigencias de la nueva ley electoral. En los comicios del año pasado los partidos Balad y Hadash no llegaron al 3% de votos. La coalición formada por Lista Árabe Unida y Taal logró un 3,65% de papeletas, aunque eso no es garantía de nada, porque en 2006 no había alcanzado el 3,1%.
Una ley que se votará el miércoles someterá a referendo las concesiones territoriales a los palestinos
Según admitió este martes el líder de uno de esos partidos afectados, Jamal Zahalka, de Balad, las formaciones árabes ya han iniciado conversaciones para su posible unificación de cara a elecciones venideras. “Esta nueva ley priva a nuestra comunidad de una verdadera representación parlamentaria”, dijo este martes. “Para cruzar ese umbral deberán unificarse partidos que no tienen ideologías similares”, añadió. En esa amalgama hay de hecho grupos islamistas, socialistas y arabistas, con fines muy diversos.
Netanyahu, el primer ministro, justificó este martes la reforma electoral en la “necesidad que la gente de Israel tiene de un gobierno estable y fuerte, con mejor gobernabilidad, con menos partidos escindidos”.
El padre de la reforma electoral, el ministro de Exteriores Avigdor Liberman, que lidera la formación ultraconservadora Israel Nuestra Casa (Israel Beitenu) acusó este martes a la oposición de “hipócrita y llorica”. “Aún después de la votación seguimos teniendo uno de los umbrales de representación parlamentaria más bajos del mundo ilustrado”, dijo en una comparecencia en la Knesset.
La segunda reforma, que se vota hoy, dificultará enormemente la negociación de Netanyahu con los palestinos. En las conversaciones que están teniendo lugar ahora se contempla el intercambio de terrenos entre ambas partes, con la anexión por parte de Israel de los grandes bloques de asentamientos judíos a cambio de entregarle al futuro Estado palestino zonas de tamaño similar. A partir de ahora una oferta semejante deberá someterse a votación popular.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.