Malasia califica de “un misterio sin precedentes” la desaparición del avión
La aerolínea pide a las familias de los 239 viajeros que “se preparen para lo peor”
La desaparición en la madrugada del sábado de un avión de la compañía Malaysia Airlines, con 227 pasajeros y 12 tripulantes a bordo, poco menos de una hora después de despegar de Kuala Lumpur con destino Pekín es “un misterio sin precedentes en la aviación”. Así lo aseguró este lunes el director de la Autoridad de Aviación Civil de Malasia, Azharuddin Abdul Rahman, mientras una flota de 40 barcos y 34 aeronaves procedentes de diez países prosigue la búsqueda sin haber localizado anoche ningún resto del aparato.
El funcionario malasio aseguró que no se puede descartar que se produjera un secuestro, y que los investigadores están explorando todas las posibles teorías para explicar la desaparición del vuelo MH370. “Desgraciadamente, no hemos encontrado nada que parezcan objetos del avión, y mucho menos el avión”, afirmó en una rueda de prensa en Kuala Lumpur, informa Reuters. “Por lo que a nosotros respecta, tenemos que encontrar el avión, tenemos que encontrar una pieza del avión si es posible”.
Una de las posibles pistas resultó infundada. El objeto amarillo flotante que helicópteros vietnamitas inspeccionaron resultó ser la tapa enmohecida de una bobina de cable.
El ministro de Defensa malasio, Hishamudin Hussein, explicó que han entregado a Estados Unidos imágenes de cámaras de seguridad y los detalles biométricos de los dos pasajeros que abordaron el avión con pasaportes robados, en Tailandia aunque por separado, a un austriaco y a un italiano. Los billetes usados por los dos sospechosos —para hacer escala en Pekín antes de dirigirse a Ámsterdam— fueron comprados en una agencia de Pattaya, un enclave turístico muy popular en Tailandia con gran presencia de extranjeros. La vendedora explicó al diario Financial Times que un intermediario iraní al que conoce hizo la compra y que pidió los billetes más baratos a Europa.
Algunos expertos, sin embargo, han advertido que el empleo de pasaportes robados es frecuente en vuelos internacionales, entre otros por inmigrantes, por lo que, según dicen, su existencia en el vuelo MH370 no hay que relacionarla inmediatamente con la desaparición del avión.
Ante el tiempo transcurrido desde que se perdió el contacto con el avión, los responsables de Malaysia Airlines instaron a las familias de los pasajeros a “prepararse para lo peor”.
Entre las posibles causas de la tragedia, figuran una explosión por una descompresión repentina, una bomba, un fallo catastrófico de los motores, una turbulencia extrema, un error del piloto e incluso un suicidio. Para saber lo que ocurrió, hará falta analizar los datos de las cajas negras y un examen detallado de los restos, lo que podría tardar meses.
La localización de trozos del aparato puede ser una labor difícil, a pesar del gran despliegue de equipos de búsqueda. Dependiendo de cómo se haya estrellado el avión, los restos pueden quedar esparcidos en una gran superficie o prácticamente no haber restos. Según diferentes informaciones, las imágenes de los satélites espía estadounidenses que vigilan la zona no han encontrado indicios de una explosión en mitad del aire.
El avión perdió el contacto con los centros de control aéreo en algún punto entre Malasia y Vietnam. Aparentemente cayó al mar cuando volaba a altitud de crucero —más de 10.000 metros—, con buen tiempo, sin dar señal de alarma; una circunstancia que ha añadido misterio sobre lo que ocurrió.
El general Rodzali Daud, jefe de la fuerza aérea de Malasia, aseguró el domingo que los registros de radar militares muestran que el avión pudo dar la vuelta respecto a la ruta prevista, algo de lo que la tripulación debería haber informado a los controladores aéreos y no hizo. Pero dijo que no hay detalles de en qué dirección fue y cuánta distancia lo hizo.
Esto obligó a expandir la zona de búsqueda a la costa occidental de Malasia, al otro lado del país respecto a donde se supone que desapareció, y añadió un nuevo factor de sospecha sobre la posibilidad de que se produjera un secuestro o un atentado terrorista.
Las autoridades están investigando cuatro posibles casos de identidad sospechosa a bordo del aparato. Interpol confirmó el domingo que estaba al corriente de la existencia de dos pasaportes robados, pero dijo que nadie había accedido a sus bases de datos para verificar los dos documentos antes de salir el avión. Fuentes de la investigación en Malasia han asegurado a la agencia Reuters que la tardanza en encontrar restos del aparato puede indicar que se desintegró en el aire, cuando estaba a gran altitud. Pero ha añadido que, de momento, no hay pruebas de que se haya tratado de un acto terrorista. Sin embargo, han reconocido que los casos más parecidos son la explosión registrada en un avión de Air India en 1985 cuando se encontraba sobre el océano Atlántico y la catástrofe de Lockerbie, en 1988. Ambos aparatos volaban a unos 10.000 metros cuando estallaron bombas en su interior.
De los 227 pasajeros, de 14 nacionalidades, que iban en el avión, 153 son de China, 38 de Malasia y siete de Indonesia. También había varios europeos y estadounidenses. Los 12 miembros de la tripulación eran de Malasia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.