China acusa de separatista a un académico de Xinjiang
El profesor es un arduo defensor de los derechos de los uigures y crítico con el Gobierno Su detención es el último signo del incremento de la represión contra los activistas
El Gobierno chino ha dado una nueva muestra de su campaña de represión contra la disidencia en Xinjiang. Las autoridades de esta región autónoma del oeste de China han acusado formalmente de secesionista a Ilham Tohti, un prominente académico de la minoría musulmana uigur, según han asegurado su esposa y su abogado. Tohti, un conocido economista que daba clases en la Universidad de las Minorías de Pekín, fue detenido el mes pasado por la policía sin explicación alguna en su casa en la capital china y fue trasladado a Urumqj, capital de Xinjiang.
“Mi marido es un profesor universitario, un académico uigur. Las acusaciones del Gobierno no encajan con él”, ha dicho su esposa, Guzaili Nu’er, informa Associated Press. “Cómo podría haberle permitido la Universidad que hiciera lo que alegan (las autoridades)”. Su abogado, Li Fanping, afirmó el martes que había viajado a Urumqi, pero no le habían dejado ver al académico. “De acuerdo a lo que yo sé y sus declaraciones, nada permite acusarle de separatista”, dijo Li. El cargo de secesionista es punible con 10 años de prisión, y puede llegar a la pena de muerte, según las circunstancias.
Tohti es un arduo defensor de los derechos de los uigures y crítico con las políticas del Partido Comunista Chino en Xinjiang, pero no se ha unido a las peticiones de independencia para la región. Muchos uigures siente un profundo resentimiento contra el Gobierno por lo que consideran represión de sus prácticas religiosas y culturales, y el control económico que ejercen los miembros de la etnia han —la mayoritaria en China— en Xinjiang. Pekín insiste que los uigures gozan de grandes libertades y ha invertido mucho dinero en el desarrollo de la región.
Las autoridades locales acusaron el mes pasado en un comunicado a Tohti de difundir ideas separatistas, incitar al odio étnico y participar en actividades secesionistas. Su detención es el último signo del incremento de la presión contra los activistas en Xinjiang, como consecuencia de la ola de incidentes violentos que se han registrado en la región autónoma el último año.
El más reciente tuvo lugar el pasado día 14, cuando la policía mató a ocho “terroristas” y otros tres resultaron muertos debido a los dispositivos que pensaban utilizar como bombas suicidas durante un ataque en el condado de Wushi, en la prefectura de Aksu.
Según la agencia oficial Xinhua, un grupo de “terroristas”, armados con “artilugios explosivos y cuchillos”, llegaron en motocicletas y coches, y atacaron a un equipo de policías que se encontraban de patrulla. Pekín atribuye siempre los ataques a lo que denomina “terroristas”. Los estallidos de violencia provocaron más 100 muertos el año pasado, incluidos varios policías, según la prensa china.
Los defensores de los derechos de los uigures afirman que Tohti había puesto en duda la versión oficial de varios incidentes relacionados con uigures, incluido lo que el Gobierno definió como el primer ataque suicida llevado a cabo en la plaza Tiananmen, en Pekín, en octubre pasado. Tohti aseguró en noviembre pasado a la agencia Reuters que miembros del aparato de seguridad del Estado le habían amenazado físicamente por hablar con periodistas extranjeros.
Xinjiang, una región rica en recursos energéticos y minerales, tiene unos 22 millones de habitantes. Los uigures —uno de los 56 grupos étnicos de China— representan el 46% de la población y los han, el 40%.
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