Miles de manifestantes se enfrentan violentamente con la policía en Kiev
Los lideres de la oposición no pueden controlar los asaltos de los radicales El presidente se compromete a poner en marcha una comisión con presencia de la oposición
El Euromaidán (Plaza Europea), el movimiento popular que desde hace casi dos meses desafía en la calle al presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, no se dejó intimidar por las leyes aprobadas el jueves en una truculenta sesión de la Rada Suprema (Parlamento),que amplían el margen de maniobra para reprimir protestas. Entre 80.000 y 100.000 personas salieron ayer a la calle en Kiev en apoyo del mitin permanente instalado en el centro de la ciudad y a última hora estallaron enfrentamientos entre los manifestantes y la policía que han dejado decenas de heridos. Para contener la violencia, el presidente ha decidido al término de la marcha la creación de una comisión con representantes de la oposición para poner fin a la crisis política. Lo ha anunciado el exboxeador Vitali Klichkó, uno de los líderes de la oposición que se ha reunido con el jefe del estado.
El centro de Kiev ha concentrado de nuevo a decenas de miles de personas, hasta 200.000 según algunas fuentes. Aunque el número es inferior a los centenares de miles que se concentraban a fines de noviembre o principios de diciembre, los ánimos parecen haberse radicalizado, por lo menos entre algunos manifestantes, aparentemente miembros de grupos nacionalistas radicales, que se lanzaron al asalto de las instituciones del poder político con el fin de lograr por la fuerza el cambio de régimen que anhelan.
Antes, desde la tribuna, los tres dirigentes de la oposición parlamentaria, que encabezan las protestas (el boxeador Vitali Klichkó, el nacionalista Oleg Tiagnibok y el economista Arseni Yatseniuk) habían rehuido la exigencia de los manifestantes para que designen un solo líder entre ellos. Ante esta inhibición, parte de los activistas decidieron actuar por su propia cuenta y el resultado fueron violentas escaramuzas con las fuerzas de seguridad y los agentes de intervención especial de las Berkut.
Los manifestantes utilizaron cócteles molotov y piedras contra la policía, que usó mangueras de agua a presión. Ambas partes, a juzgar por las trasmisiones televisivas en directo y las informaciones de las agencias, recurrieron a gases lacrimógenos. Al menos 70 agentes han resultado heridos, y de ellos 40 han sido hospitalizados y 4 se encontraban graves con conmociones cerebrales, huesos rotos, golpes e intoxicaciones, según UNIAN. Esta agencia informó que los manifestantes prendieron fuego al depósito de combustible de un autobús de la policía.
Kilchcó se reunió por la noche con el presidente e informó de que este se ha comprometido a crear una comisión, con presencia de la oposición, para encontrar una salida a la actual crisis.
Jóvenes de El Sector de Derechas (organización que participó en la ocupación violenta de la sede del Ayuntamiento de Kiev en noviembre) capturaron a un agente de las Berkut y lo llevaron asido de manos y pies a la plaza de la Independencia para someterlo a un “juicio popular”, informaba UNIAN citando al corresponsal de Insider desde el lugar de los hechos. Un portavoz de la policía precisó a la agencia que uno de los agentes de la Berkut había sido golpeado y arrastrado hasta la sede de los sindicatos (centro coordinador de la oposición), donde siguieron golpeándole y de donde “fue liberado” por otros policías. El agente tiene una conmoción cerebral, rotura de costillas y de nariz y ha sido hospitalizado, señalaron las fuentes policiales a la agencia.
Incapaces de controlar la situación, los líderes de la oposición pidieron calma. “Los que no han escuchado nuestra orden y siguen provocando la violencia no están con nosotros. Nunca permitiremos la guerra en Ucrania (…) ni daremos a las autoridades la posibilidad de destruir nuestra gran protesta pacífica europea”, manifestó Yatseniuk, quien antes había dicho que el líder de las protestas es “el pueblo de Ucrania”.
El Euromaidán comenzó en noviembre con el fin de presionar a Yanukóvich para que firmara el acuerdo de Asociación con la UE, lo que finalmente no sucedió. Con el tiempo, la protesta se ha transformado en una oposición directa al régimen de Yanukóvich, que el 17 de febrero firmó un paquete de leyes aprobadas el día anterior por el parlamento a mano alzada y sin respetar el trámite reglamentario. Las leyes establecen mayores responsabilidades penales y mayores multas para quienes desafíen a la autoridad, así como mayor protección para los órganos de orden público y los funcionarios. Entre otras cosas, se restablece la responsabilidad penal por la calumnia, se introduce (como en Rusia) el concepto de "agente extranjero" y un régimen especial para las ONG que reciben ayuda financiera internacional. Asimismo, se incrementa el control sobre las concentraciones de ciudadanos, incluidas las comitivas de más de cinco coches que deberán pedir permiso para circular (lo que puede ser un problema para las bodas).
En vista de la situación, el embajador de la UE en Kiev, Yan Tombinski, exhortó a la calma a los manifestantes, y pidió que no exacerbaran la situación "que ya de por sí es difícil y peligrosa". "Los ataques a las fuerzas del orden público pueden dar argumentos a los que no son partidarios de un método pacífico para resolver las crisis", dijo Tombinski en un comunicado.
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