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Peña Nieto afronta el conflicto más grave de México en los últimos 20 años

Las autodefensas controlan ya 11 municipios de Michoacán, al suroeste del país

Enfrentamientos en Nueva Italia (Michoacán).
Enfrentamientos en Nueva Italia (Michoacán).Eduardo Verdugo (AP)

El conflicto entre civiles armados y supuestos miembros del crimen organizado en Michoacán, suroeste de México, se ha convertido ya en el más grave ocurrido en México en los últimos 20 años y el más prolongado en décadas. Los grupos de autodefensa entraron el domingo en Múgica, el nombre oficial de una ciudad conocida como Nueva Italia, de más de 30.000 habitantes y la mayor que han intentado tomar hasta ahora.

Desde su aparición en febrero pasado, los grupos de autodefensa han asumido el control de al menos 11 municipios de Tierra Caliente, la región que concentra el conflicto, al oeste de Michoacán. El Estado es uno de los mayores productores de marihuana y metanfetamina del país y es un punto estratégico en el trasiego de droga. La zona es dominada por el cartel de Los Caballeros Templarios, una mafia con una ideología seudoreligiosa y regionalista que sucedió a la Familia Michoacana, un sangriento grupo de crimen organizado que salió a la luz pública en 2005.

Los civiles armados entraron el domingo a Nueva Italia a bordo de camionetas pick up con leyendas que los identificaban como “policía comunitaria”. Repitieron el mismo proceso que han hecho en las decenas de pueblos que controlan. Citan a los habitantes en el centro de la ciudad y les dicen que, a partir de ese momento, se encargarán de la seguridad de la comunidad. Su objetivo: expulsar a Los Caballeros Templarios. Invitan a quien lo desee a coger un fusil y unirse a ellos. Las autodefensas culpan a las alcaldías y policías locales de colaborar con el narco y persiguen a los agentes.

El objetivo final de los grupos de autodefensa, según asegura uno de sus líderes, Hipólito Mora, es alcanzar Apatzingán: una ciudad de 80.000 habitantes a 480 kilómetros de la capital mexicana que es, además, el centro político y económico de la región.

Pero el clima en Michoacán es confuso. Mora declaró ayer al diario La Jornada Michoacán que desconoce a los civiles armados que entraron a Nueva Italia, aunque no descartó que el grupo fuera “legítimo”. Mora es junto con José Manuel Mireles, líder de las autodefensas de Tepalcatepec, uno de sus dirigentes más conocidos.

La toma de Parácuaro marcó un antes y un después en el conflicto de Michoacán, donde la violencia ha ido aumentando desde que el expresidente mexicano (y michoacano) Felipe Calderón iniciase ahí la guerra contra el narcotráfico en diciembre de 2006. Los combates se sitúan ya a 60 kilómetros de Uruapan, la segunda ciudad del estado, y a 160 de Morelia, la capital.

El alcalde de Uruapan, Aldo Macías Alejandres, reconoció ayer que, ante la “cercanía” de los grupos de autodefensa, ordenaría “sellar” los accesos al municipio. El Gobierno de Jalisco, fronterizo con Michoacán, anunció también que enviaría más seguridad a las ciudades cercanas al estado para evitar que el conflicto se extienda a su región.

El mismo sábado en que las autodefensas llegaron a Parácuaro, una comunidad de 20.00 habitantes, José Manuel Mireles (su líder más conocido) tuvo un accidente cuando la avioneta en que viajaba tuvo que hacer un aterrizaje forzoso. Las fuerzas federales (militares y policía) lo custodiaron mientras estuvo en el hospital. El hecho de que el Gobierno protegiese a un representante de un grupo de civiles armados que suplanta las funciones del Estado causó una profunda polémica. El domingo recibió el alta y fue trasladado por la policía a un sitio desconocido, según medios locales.

El avance de las autodefensas cierra el cerco sobre Apatzingán, que ha vivido en un virtual estado de sitio desde que las guardias comunitarias asumieran el control de Parácuaro el pasado 4 de enero, a solo 20 kilómetros de la ciudad.

Apatzingán es una de las localidades más golpeadas por la violencia en Michoacán. La violencia en la región comenzó hace por lo menos siete años, pero esta semana ha llegado a niveles inauditos. Grupos de encapuchados supuestamente vinculados al narcotráfico intentaron incendiar la alcaldía y la biblioteca municipal. Han prendido fuego también a tiendas de alimentos y suelen incendiar coches en los principales accesos a la ciudad.

La actividad comercial está paralizada. El 95% de los comercios está cerrado y las clases permanecían suspendidas hasta el viernes. Los incendios han dañado las instalaciones de fibra óptica y la ciudad sufre de fallos en el suministro de Internet y teléfono desde hace cuatro días. Las calles, cuenta un habitante, están vacías. La región sufre desabastecimiento, los camiones que distribuyen alimentos y gasolina no pueden llegar. No hay autobuses comerciales que viajen a la zona, los empresarios calculan pérdidas de al menos 13 millones de pesos (unos 730.000 euros).

Las dificultades para transitar por los caminos afectan también a los agricultores. La zona es una de las principales productoras de limón del país y estos meses son temporada de cosecha. Los productores calculan pérdidas millonarias.

La presidenta de Organizaciones Michoacanas Pro Derechos Humanos, Cristina Cortés Carrillo, advirtió también de que las autodefensas se están convirtiendo en una “preinsurgencia” y añadió que había enviado una solicitud formal al Alto Comisionado de las Naciones Unidas en México (ONU) para informarle de la gravedad de la situación.

El secretario de Gobernación (ministro del Interior) de México, Miguel Ángel Osorio Chong, viajó ayer a Morelia para mantener una reunión con el gabinete de seguridad y analizar la situación. Un funcionario del Gobierno local reconoce que hay por lo menos otros ocho municipios en la mira de las autodefensas.

El año pasado hubo en Michoacán 990 homicidios, la cifra más alta desde 1998. La violencia se ha cobrado ya más de 80.000 muertos y ha causado otros 30.000 desaparecidos en todo el país.

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