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OBITUARIO

Susanna Pechuro, historiadora antiestalinista

La disidente rusa pasó cinco años en gulags y otras prisiones soviéticas por defender la "vuelta a los principios leninistas"

Susanna Pechuro, en 1957.
Susanna Pechuro, en 1957.ARCHIVO FAMILIAR

El primer día de este nuevo año, a los 80 años de edad, falleció en su Moscú natal la historiadora Susanna Pechuro, disidente de la época soviética que estuvo en el gulag y pasó por 11 cárceles y siete campos de prisioneros.

Su actividad antisoviética nació de su afición por las letras. En 1948, Pechuro comenzó a frecuentar el círculo literario que funcionaba en el Palacio de los Pioneros. Después de que la profesora responsable del taller criticara un poema por “decadente”, Pechuro y otros compañeros decidieron reunirse sin la pedagoga en casa de Borís Slutski, que más tarde sería fusilado.

De taller literario, el grupo evolucionó a grupo político clandestino. Integrado por escolares y estudiantes universitarios de 16 a 20 años de edad, abogaba por un retorno a los principios leninistas que, en opinión de estos jóvenes, habían sido distorsionados por la “dictadura bonapartista de Stalin”.

Arrestados en enero de 1951, es decir, a menos de un año del nacimiento del grupo, Slutski y otros dos muchachos fueron condenados a la pena capital; a Pechuro y nueve jóvenes les cayeron 25 años de prisión; otros tres compañeros fueron sentenciados a pasar una década entre rejas.

Los muchachos habían sido acusados de “traición a la patria” y de preparar el asesinato del entonces miembro del Politburó, secretario del comité central del PCUS y vicepresidente del Consejo de Ministros de la URSS, Gueorgui Malenkov. Más tarde, la causa contra estos jóvenes fue revisada y Pechuro recobró su libertad en 1956. Los tres jóvenes que había sido fusilados fueron condenados póstumamente a 10 años de cárcel.

Aunque Pechuro aprobó con éxito sus exámenes para estudiar Historia en la Universidad Lomonósov de Moscú, no fue aceptada en el centro. “No enseñamos a delincuentes criminales”, le dijo el vicerrector Grigori Vóvchenko. Pero gracias a sus amigos, logró ingresar en el Instituto de Archivos e Historia.

Pechuro nunca ocultó sus ideas disidentes para con el régimen soviético de la época. La historiadora firmaba cartas de protesta junto con su marido y ambos ayudaban a recolectar dinero para los presos políticos y sus familias. Ya en la época de la perestroika, Pechuro pasó a ser una activa miembro de Memorial, organización de derechos humanos surgida en 1987.

De origen judío, Pechuro se convirtió al catolicismo en los años ochenta y la ceremonia fúnebre fue realizada de acuerdo con el rito de esta religión, aunque no en una iglesia, sino en la sede de Memorial, adonde se desplazó un sacerdote. Fue sepultada en el cementerio Nikolo-Arjánguelskoye, en las afueras de Moscú.

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