Una ‘viuda negra’ causa 16 muertos al atentar contra una estación de tren rusa
Al menos 40 heridos en la explosión provocada por una terrorista suicida en Volgogrado
Un atentado suicida perpetrado por una mujer —una viuda negra procedente del Cáucaso— causó este domingo al menos 16 muertos y decenas de heridos en Volgogrado. La mujer hizo estallar la carga explosiva que portaba en la estación ferroviaria Volgograd-1 cuando, antes de pasar el arco detector de metales, uno de los guardas se acercó a ella para registrarla. Del medio centenar de personas que requirieron atención médica, 25 permanecían el domingo por la noche hospitalizadas en estado grave.
“El sistema de seguridad en la estación impidió que la suicida entrara en la sala de espera, con lo cual se evitó un mayor número de víctimas”, subrayó Vladímir Markin, portavoz de la investigación.
Un análisis de ADN a la cabeza de la terrorista, que fue hallada más tarde, determinó la identidad de la misma. Se trata de Oksana Aslanova, perteneciente a un grupo armado de la república rusa de Daguestán y viuda negra, como se conoce a las esposas de combatientes islamistas del Cáucaso Norte muertos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad rusas, informó La Voz de Rusia.
Aslanova, según informaciones de la cadena LifeNews, había estado casada con dos de estos responsables, ambos muertos, y recibió entrenamiento en el uso de explosivos junto a Naída Asiyálova, quien en octubre pasado se inmoló en otro atentado también perpetrado en Volgogrado en el que murieron siete personas.
Los primeros que perecieron en la fuerte explosión de fueron cuatro miembros del servicio de seguridad de la estación, que estaban registrando a la gente a la entrada del edificio cuando la aparición de la suicida despertó sus sospechas. Chóferes de microbuses aparcados fuera del recinto relataron que la potente onda expansiva arrojó a algunas personas a la calle a través de las ventanas. Varios muertos yacían en las escaleras de acceso a la estación, según algunos testigos. Una grabación de vídeo recogió el momento de la explosión, con una gigantesca bola de fuego naranja incendiando la entrada del edificio y abundante humo saliendo por las ventanas. La estación es un importante nudo ferroviario del sur de Rusia.
Fuentes de la lucha antiterrorista estiman que la carga explosiva adosada al cuerpo de la mujer contenía alrededor de 10 kilos de trinitrotolueno (TNT), además de varias piezas de metralla para que el daño fuera mayor. También fue hallada una granada sin detonar en el vestíbulo de la estación, informaron dichas fuentes a Russia Today.
El presidente ruso, Vladímir Putin, instó a las fuerzas de seguridad rusas a adoptar todas las medidas pertinentes para garantizar la seguridad de la ciudad tras el segundo atentado suicida registrado en la misma en menos de tres meses.
Volgogrado —que antes se llamaba Stalingrado y se hizo famosa durante la II Guerra Mundial por la heroica resistencia y victoria sobre las tropas nazis— revivió ayer el terror vivido el pasado 21 de octubre, cuando Naída Asiyálova, terrorista de 30 años oriunda también de la república norcaucásica de Daguestán, que forma parte de la Federación Rusa, dejó un reguero de sangre en la ciudad. Su marido, Dmitri Sokolov, un ruso convertido al islam, había perdido la vida junto con otros radicales islámicos en un enfrentamiento con la policía ocurrido unos meses antes en las afueras de la capital daguestana, Majachkalá.
Los ataques de Volgogrado plantean un serio problema de seguridad a las autoridades cuando falta poco más de un mes para el comienzo de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi. Las acciones terroristas de los fundamentalistas islámicos fuera del Cáucaso inquietan a las autoridades, que se preguntan si las medidas de seguridad adoptadas serán suficientes para garantizar un normal desarrollo de los Juegos, que se inauguran el 7 de febrero. Volvogrado se encuentra a 960 kilómetros al nordeste de Sochi.
Dokku Umárov, el conocido terrorista checheno que en 2007 anunció la creación del separatista Emirato del Cáucaso, hizo un llamamiento en julio pasado a utilizar todos los métodos posibles para hacer fracasar los Juegos de Invierno. Antes del atentado de ayer, las autoridades rusas afirmaban haber tomado todas las medidas necesarias para evitar que durante los Juegos de Invierno de Sochi se produzcan atentados terroristas.
Los islamistas radicales son especialmente activos en la región caucásica: las principales formaciones fundamentalistas se encuentran en las repúblicas de Daguestán y Kabardino-Balkaria. Este año ha habido 32 ataques terroristas, según la página web Kavkazki Uzel (Nudo Caucásico).
Las autoridades regionales, que entregarán una compensación de un millón de rublos (cerca de 22.300 euros) a cada una de las víctimas del atentado, han declarado tres días de duelo oficial en la provincia entre el 1 y el 3 de enero; todas las festividades navideñas programadas en Volgogrado han sido suspendidas.
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