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Francia reclama ayuda a la UE para su misión centroafricana

Hollande, aprovechará la cumbre europea de este jueves en Bruselas para lograr un mayor compromiso militar de sus socios

Lucía Abellán
Soldado francés en Bangui, República Centroafricana, este lunes.
Soldado francés en Bangui, República Centroafricana, este lunes. AFP

Francia está cansada de que sus intervenciones militares en África reciban de Bruselas todos los elogios pero casi ningún compromiso. Con este malestar de fondo, el presidente francés, François Hollande, aprovechará la cumbre europea que arranca este jueves en Bruselas, dedicada en buena medida a defensa, para lograr un mayor compromiso militar de sus socios. No lo tendrá fácil. Muchos países –con Reino Unido a la cabeza de los escépticos- recelan de una mayor coordinación entre los Estados miembros y ven poco operativa la creación de un fondo específico para crisis sobrevenidas, como propone París.

Un grupo de rebeldes declara la guerra en un Estado africano cuya estabilidad es clave para la Unión Europea. Francia se decide a mandar tropas que ayuden a las fuerzas locales en la pacificación de la zona. Tras varios titubeos, Bruselas celebra el arrojo francés y otros países se animan a cooperar, sin ninguna red comunitaria que europeíce el problema. Y hasta la siguiente crisis. Hollande ha vivido esta misma secuencia dos veces en un año, primero en Malí y ahora en la República Centroafricana. La convicción de que la UE debería asumir alguna responsabilidad en estos procesos le llevará a plantear hoy algunas opciones a sus socios.

La mayor coordinación militar entre los Veintiocho es uno de los grandes tabúes de la política europea. Casi todo el mundo reconoce que es necesaria, pero hay poca coincidencia sobre el modo de hacerlo. Los jefes de Estado y de Gobierno aprobarán el viernes una propuesta que invita a asumir “mayores responsabilidades”, insta a desarrollar drones (aviones tripulados por control remoto, ahora prohibidos en la UE) y anima a agilizar el despliegue de tropas cuando sea necesario. El problema es que esos grupos de batalla, que la UE mantiene y entrena regularmente desde 2007, no se han usado nunca por falta de voluntad política.

Los responsables de la política de seguridad comunitaria se plantearon enviar esas tropas a la República Centroafricana, pero no se hizo por falta de apoyo de algunos países miembros, explican fuentes comunitarias. Así ha ocurrido otras veces. Por eso en la cumbre de hoy se animará a solventar algunos de los problemas que impiden su uso (por ejemplo, que solo son tropas terrestres, sin componente marítimo o aéreo), aunque el principal obstáculo para su despliegue continúa siendo político. Ese grupo comunitario tiene capacidad para desplegar 1.500 soldados en un plazo de 10 días desde que el Consejo Europeo lo autoriza, un supuesto muy complejo porque siempre hay alguien que lo puede vetar.

“No va a ser un debate sin más. Es la primera vez desde 2008 que los líderes tienen disposición a abordar este asunto. Con las restricciones presupuestarias que existen ahora, si Europa no quiere perder peso en el mundo tiene que ir a una cooperación militar mayor”, explican fuentes diplomáticas. La UE se compromete a desarrollar sus capacidades en cuatro áreas. La principal, el uso de drones. La regulación para poder utilizar este tipo de aparatos debería permitir integrarlos en el sistema de aviación en 2016 y crear un programa de aparatos europeos de última generación. Con estas bases, se debería establecer una especie de comunidad de usuarios entre los países miembros a partir de 2020.

Además, los Estados pretenden desarrollar capacidades para el repostaje de los aviones en el aire, el desarrollo de la comunicación por satélite y la mejora de la cooperación civil y militar en ciberseguridad.

Los Estados miembros son consciente de que compartir información y activos militares –considerados estratégicos para la seguridad nacional- resulta delicado, especialmente para países poco identificados con el espíritu europeo como Reino Unido. Pero, al mismo tiempo, las continuas reducciones que experimentan los presupuestos de Defensa obligan a intentar reducir duplicidades. Por eso invitan a la alta representante para la Política Exterior, Catherine Ashton, a que realice una propuesta a finales de 2014 que permita una mayor “transparencia e intercambio de información” en políticas de defensa.

Más allá de estos proyectos de largo plazo, la solución al problema que va a plantear Francia respecto a su papel en la República Centroafricana puede consistir en reforzar un fondo que ya existe, destinado al desarrollo de países en dificultades y que ya cuenta con un instrumento para la pacificación de África. Se trata de aportaciones europeas directas –fuera del presupuesto comunitario- a las tropas africanas que acuden a diversos territorios del continente donde se desata un conflicto. Está por ver si la propuesta neutraliza las quejas francesas respecto a su soledad militar en África.

La agenda internacional de la cumbre

Inmigración: Los líderes europeos se muestran resueltos a reducir el riesgo de tragedias como la de Lampedusa. La cumbre saluda la última propuesta de la Comisión Europea, que recomienda una mayor cooperación con los países de origen, el refuerzo de Frontex, la agencia europea de control de fronteras, y el reparto de cargas entre los veintiocho. El único compromiso fechado por parte de los Estados miembros consiste en revisar toda la política migratoria y de asilo en junio de 2014.

Ucrania: Los jefes de Estado y de Gobierno europeos analizarán el estado de la crisis Ucrania después de que el presidente Víctor Yanukovich decidiese no firmar el acuerdo de asociación con la UE. Los dirigentes mantendrán la mano tendida a Kiev, aunque de momento las negociaciones para atraerse a la vecina oriental están suspendidas.

Siria: En un conflicto que ha provocado más de nueve millones de refugiados y desplazados, la UE continuará comprometida con las donaciones a la zona (ha destinado más de 2.000 millones de euros a la crisis). El Consejo debatirá la creación de un fondo europeo para mejorar la eficacia de la ayuda desplegada.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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