No eran emigrantes. Eran fugitivos. No huían solo de la pobreza y de la falta de horizontes vitales. Lo que les hizo correr y salir a toda prisa de sus países es la muerte, por el hambre o por la guerra. No venían del Magreb decepcionado por el fracaso de las revueltas árabes, asolado por el paro juvenil y machacado por el rigorismo islamista. Llegaban directamente de Eritrea y de Somalia, dos Estados fallidos, países en trance de muerte donde ya no es posible seguir viviendo. Doscientos de ellos fueron a naufragar y a morir ahogados en la costa europea más cercana a la pequeña isla italiana de Lampedusa, donde el papa Bergoglio había pronunciado cuatro meses antes sus palabras exactas sobre la “globalización de la indiferencia”.
Estas desgracias son el pan de cada día en un mundo desgobernado donde funciona la subsidiariedad irresponsable: que cada uno se apañe con sus problemas aunque el origen de los problemas sea responsabilidad de todos. Así se gobierna la globalización, con la indiferencia ante el destino de unas poblaciones dejadas de la mano de Dios. Así hemos abandonado entre unos y otros a países como Eritrea y Somalia, que solo interesan cuando se trata de combatir la piratería y garantizar la seguridad de nuestro tráfico marítimo, nuestros suministros energéticos o nuestra pesca.
Lampedusa se está convirtiendo en un inmenso cementerio con los centenares de tumbas anónimas que acogen los cuerpos de náufragos ahogados frente a sus costas. “¿Cuán grande tiene que ser el cementerio de mi isla?”, ha clamado Giusi Nicolini, la alcaldesa de la isla, dirigiéndose a las autoridades europeas. “Venga a contar cadáveres conmigo”, le ha dicho a su primer ministro, Enrico Letta. Al final, Lampedusa se siente sola y desasistida por Italia, y a Italia le pasa lo mismo respecto a la Unión Europea y a los países de la Europa del norte.
Los jóvenes en paro, los ancianos desasistidos y los inmigrantes sin papeles son las principales víctimas de esa subsidiariedad irresponsable que rige en nuestro mundo ingobernado, gracias a esa globalización de la indiferencia tan bien descrita por Bergoglio. Y su emblema es la isla de Lampedusa, donde también naufragan los valores europeos.
Comentarios
Lo de Lampedusa solo es la punta del iceberg. La complejidad de la injusticia social de los países africanos requiere una intervención drástica, un cambio de actitud a nivel internacional y de forma comprometida. Es más importante y grave la situación de indigencia, hambre y guerras que se padece en la mayoría de los estados africanos que el uso de las armas químicas -también injusto- en Irán. Quiero decir con esto que hasta que no haya una concienciación a nivel internacional de erradicar la situción de injusta y miseria promovida por los sátrapas gobernantes africanos, seguirán pasando este tipo de hechos. Hay que ir a las causas del problema. Por lo demás, claro que habrá que establecer un sistema de vigilancia para que no vuelvan a ocurrir estos naufragios y muertes. Tampoco pienso que sea la solución traer a Europa y a occdente a todos los eritreos y somalíes, o a quienes quieran venir aquí. Se trata de ser solidarios, pero atajando el problema desde la raíz. Lo otro será vestir a un santo para desvestir a otro. Habría que estudir, no obstante, hasta qué punto es viable la incorporación ordenada de estas personas necesitadas e indigentes al estado del bienestar europeo y occidental. Ciertamente, nadie quiere saber nada. El egoísmo y la insolidaridad es patente, cuando no la xenofobia. Que nadie nos fastidie que ya tenemos muchos problemas con la crisis, piensan algunos. Si algunos europeos tiene que emigrar a otros países, cómo vamos a admitir a personas improductivas... Hay es donde hay que actuar y cambiar la actitud. Estoy convencido que, aún siendo complicado, todavía existe un infinito margen de actuación en favor de estos países. Lo fácil y cómodo es cruzarse de brazos: la globalización de la indiferencia. Bien dicho.
Me reencuentro con el periodista que mejor habla de política internacional es decir de verdadera política en esta era de globalización.Poco importa las toses de los catalanes, el primo de Rajoy hablando japonés frente a lo que podemos llamar Lampedusa: es decir Eritrea Somalia etc.¿Por qué se sabe tan poco en geopolítica?
Bergoglio es el único líder político a nivel internacional que merece mis respetos. La Europa de la Merkelcracia es triste, apática, insolidaria, racista, xenófoba... Nos ha vuelto a enfrentar como nunca antes desde la segunda guerra entre países dentro de la Unión Europea, entre ciudadanos ricos y pobres... Nos está diciendo continuamente la Merkelcracia. "Veis como se mueve China, hay que competir con ellos". La Merkelcracia justifica todo aniquilamiento de los valores y los principios democráticos como la destitución de Berlusconi para poner a su delfín Monti en base a pseudoprincipios financieros y a su política imperial de Catalina la Grande. El maldito alter-ego de la Merkel. La Merkelcracia no le importa un rábano que mueran doscientas personas en las costas de Italia. "Allá ellos, aprendan a ser alemanes y las cosas les irán mejor"Y entre tanto cinismo, rebuzno e indiferencia flemática bruselense, un hombre como Bergoglio que dice las verdades como puños, que habla al corazón y nos hace sentir vergüenza de ser europeos.Gracias Francisco.
La mayoría de los buques mercantes y pesqueros no tiene ninguna compasión con los inmigrantes que ven a la deriva...Ni siquiera con los polizones que encuentran en el barco, a los que directamente echan por la borda a la muerte, ya que acogerlos supone perder días de trabajo, navegación y combustible, y tienen que cumplir sus contratos.El drama es muchísimo mayor de lo que se refleja en las noticias. Es un verdadero genocidio que se cobra la vida de miles de personas cada año. Tanto los que van a Europa, como a USA, como a Australia y a otros lugares. Su vida no vale nada en el mercado universal...
No sé si alguna vez los vampiros extraterrestres pondrán fin a la especie humana, infectada por el virus de la maldad. Un virus que provoca odios, hipocresías, rencores, envidias, saqueos, guerras y asesinatos. Según un amigo experto en biología me cuenta que es en los altos niveles de la política y la economía donde ese virus hace verdaderos estragos mentales.
Cuando se mira la realidad de los inmigrantes desde el otro lado, desde la lejanía, todo comentario es insuficiente o inoportuna. Porque no se ve en sus caras sus realidades personales, sus persecuciones, sus pobrezas, sus necesidades... solamente tratando con ellos y conociéndoles se puede lograr un mínimo acercamiento, que ni será suficiente ni justa, sino un acercamiento de amigo, que es lo que más necesitan estando tan lejos de sus países de origen.http://interesproductivo.blogspot.com.es/
Enrique: Los mercantes y pesqueros NO PUEDEN prestar auxilio a los náufragos, porque Italia les aplica una Ley de tráfico ilegal de inmigrantes. Recuerdo el testimonio de un capitán de barco alemán que hace al menos 3 años en una entrevista, dijo que, dió socorro a dos náufragos y al llegar a un puerto del sur de Italia para ponerlos en tierra, él fue detenido por las autoridades y le aplicaron la ley que cité mas arriba. Dijo ese capitán que solo el 3% de los inmigrantes llegaban a las costas europeas. El resto muere en el intento .Las cifras de muertos nunca se da a conocer porque son escalofriantes.Esto está sucediendo desde hace AÑOS en nuestro mar Mediterráneo.
@Enrique: "La mayoría de los buques mercantes y pesqueros no tiene ninguna compasión con los inmigrantes que ven a la deriva" ??? Qué estas diciendo?? cada pesquero de Lampedusa rescató a decenas de personas mientras esperaban a la Guardia Costera, que sólo tardó 20 minutos en llegar... algunos estaban tan llenos que casi se hundian ... los pescadores no podían traer a bordo a todos los náufragos porque estaban contaminados con diesel y se deslizaban ... hubo pesqueros que no habian visto el barco y por eso los inmigrantes quemaron una manta para ser vistos y causaron el desastre... no sólo los Pescadores de Lampedusa salvaron centenares de estos desafortunados, pero también les dieron ropa y comida pagadas de sus bolsillos ... Quiero ver cuantos otros países europeos hagan lo mismo ... ciertamente no la policía española que en los tiempos del progresista ZP les disparaba a los inmigrantes que de Marruecos intentaban entrar en Ceuta y Melilla. Mejor informarse bien antes de escribir y sobre todo de acusar.
La solidaridad es un sentimiento bello, grande, de admirar. Como todo sentimiento impide ver la realidad con objetividad. En este artículo se habla solo de una cara de la moneda, la de unas personas que se van de sus países para intentar encontrar una vida más prospera en la UE. Un derecho legítimo. Pero nada se dice de la otra, de la otra cara de la moneda, de las personas, ciudadanos europeos, cuyas vidas se ven y se verán afectadas por los problemas que genera la inmigración masiva. De estos ciudadanos nadie se preocupa, si protestan por cosas como que sus puestos de trabajo son ocupados por unos inmigrantes que trabajan por salarios más bajos, los inmigrantes generan violencia en el barrio, realizan comportamientos antisociales, amenazan a sus hijos en los colegios. Si protestan porque los inmigrantes presionan para que tengan que renunciar a sus tradiciones, porque los inmigrantes reciben subvenciones a las que ellos en peor situación económica no tienen derecho, porque los inmigrantes generan conflictividad social en el barrio para que los oriundos no quieran ni trabajar ni vivir en él, si se quejan porque los inmigrantes organizados y haciendo valer su número exigen que se les den los trabajos públicos del barrio, si protestan por…….. , rápidamente son acusados de racistas, de xenofobia, de insolidarios, cuando en realidad solo exigen que sus derechos también sean contemplados y respectados mínimamente.
Un informe del Gobierno británico, hecho público recientemente, afirma que la inmigración es perjudicial. En Francia los problemas con la inmigración son enormes, el Gobierno acaba de solicitar revisar la gestión de las fronteras marítimas de la UE. En numerosas ciudades de España empieza a haber problemas debidos a la conflictividad social y violencia que colectivos de inmigrantes generan, situaciones silenciadas tanto por las autoridades como por los medios periodísticos.
En Suecia, país y también con enormes problemas con la inmigración, un 15% de la población, contabilizado, es inmigrante, el Parlamento ha aprobado la Cláusula Democrática para presionar a los medios de comunicación, impidiéndoles recibir subvenciones públicas si son críticos con la inmigración, vergonzosa ley, claramente en contra de la libertad de expresión y del derecho a informar y estar informado que debe existir en toda sociedad democrática. Espero y deseo que en España no esté ya de forma oculta pasando algo parecido.
La subsidiariedad siempre es reivindicada por los de abajo, los gobiernos locales frente a los nacionales, los nacionales frente a Bruselas. Lo que quieren las autoridades de Lampedusa no es que la UE gestione la entrada de inmigración sino que les de recursos económicos para gestionarla ellos a su modo, algo a lo que lógicamente se oponen muchos países de la UE, conocedores de que dichos recursos serían utilizados, mayoritariamente, dicho de forma rápida, para pagarle a los inmigrantes un billete para ir hacia el norte, Berlín, Paris, Estocolmo, Londres, o simplemente el norte de Italia.
No es serio culpar a las verdaderas víctimas, que no son otras que los ciudadanos europeos de hoy. ¿Qué culpa cabe a un ama de casa de Lampedusa por el hecho de que etnias bárbaras se maten entre ellas en Eritrea y Somalia?
La tragedia de Lampedusa era perfectamente previsible y ocurrirán otras muchas en el futuro. Y lo más importante, ello no se arregla con sentimientos solidarios, con utopías. Para centrar el problema sería necesario recordar: a) Para la gestión de las refugiados como consecuencia de guerras, etc. es responsabilidad de la ONU. b) Para solucionar los problemas de los refugiados políticos existe la figura legal del refugiado político, no vale ir por el mundo haciendo lo que le la gana. Esos inmigrantes pudieron pedir asilo político en el país de salida, probablemente Libia o Túnez. c) Mientras los inmigrantes ilegales tengan probabilidades de regularizar su situación legal en Europa, estaremos animando a que pongan en peligro sus vidas cruzando el Mediterráneo en esa frágiles embarcaciones generando, con ello, muchas muertes. d) Por lo mismo, las ONGs y las personas que animan y presionan a que las autoridades de los países de destino (Italia, España, etc.) a sean generosas con los inmigrantes ilegales están provocando, inconscientemente, muchas muertes, pues animan a la inmigración ilegal. e) Es falso que los inmigrantes que vienen en patera a Europa sean los hambrientos de esos países de origen. Realmente son las clases medias, normalmente con trabajo en sus países de origen, y disponen de dinero para pagarse el viaje en patera. f) En un mundo como al actual, con más de 7.000 millones de personas, se necesitan reglas, normas, leyes, que deben ser cumplidas para evitar el caos que inevitablemente se generaría en caso contrario. Y esas leyes están para cumplirlas incluso en el caso que no nos gusten, concepto clave en los países civilizados. Es. por ello, de obligado cumplimiento en que todo emigrante debe cumplir con las leyes de los países de destino, incluida su Ley de inmigración. c) Los periodistas deberían aportar luz e información didáctica que favorezca los comportamientos cívicos de cualquier persona, tales como la obligación de cumplir las leyes. El buenismo y la utopía solo conducen al desastre.
A propósito de un comentario ("¿Qué culpa cabe a un ama de casa de Lampedusa por el hecho de que etnias bárbaras se maten entre ellas en Eritrea y Somalia?), yo me preguntaría: ¿Qué culpa tiene un profesional argentino o chileno de que un gobierno bárbaro (el español) tenga sumida en la miseria a su país y haga emigrar a sus ciudadanos hacia nuestros países y les quite el empleo?
Lo más indignante es que a los muertos les dieron la nacionalidad italiana, para no tener que pagar la repatriacion de sus restos a sus países de origen, mientras que a los vivos los metieron a la cárcel y los tratan como a perros.
En tanto la miseria de África no encuentre solución a largo plazo (y esto va tanto para intereses occidentales como de los propios africanos) seguirán viniendo como desesperados. Hace pocos siglos, Europa también enviaba emigrantes a chorros. Ese chorro sólo se detuvo con el crecimiento económico del subcontinente (y la consiguiente disminución de la carestía de la vida para grandes masas de europeos).
El tema es muy complejo. A todos nos apenan esas imagenes. Pero la solución es bien difícil. Europa no podría admitir a todos los pobres del mundo, por mucho que quisiera. Millones y millones de desheredados colapsarían los estados europeos tal y como los conocemos. La solución solo puede pasar por mejorar la situación en sus paises de origen. Y para eso es necesario que la mentalidad social, sobre todo aunque no exclusivamente en los paises musulmanes, cambie.
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Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).