El gobierno egipcio refuerza su control sobre las mezquitas
El Gobierno militar salido del golpe de Estado del pasado 3 de julio prohíbe predicar a 55.000 imanes alegando que carecen de licencia
La campaña de las autoridades egipcias contra los Hermanos Musulmanes también llegará a las mezquitas, hasta ahora, uno de los altavoces más potentes en la difusión de este movimiento ideológico. El ministro de Asuntos Religiosos, Mujtar Gomaa, anunció que el Gobierno prohibirá a unos 55.000 imanes ofrecer sermones en las mezquitas al no poseer la licencia adecuada, y por considerar que están adheridos a una interpretación fundamentalista del Islam.
“La decisión tiene como objetivo establecer mecanismos para regular el rezo de los viernes y solo permitir a aquellos autorizados que lo dirijan”, declaró Gomaa a la agencia de noticias Reuters. En una rueda de prensa celebrada el pasado lunes, el ministro explicó que solo aquellos imanes que cuenten con un diploma de la Universidad de Al Azhar o de una institución supervisada por el Gobierno podrán continuar realizando los sermones de los viernes.
La decisión se enmarca en la lucha entre el Ejército y los islamistas por controlar el país
Además, Gomaa informó que se prohibirá el rezo en instalaciones de un superficie menor a los 80 metros cuadrados, y puso a disposición de la ciudadanía una línea telefónica para denunciar a los imanes que violen las directrices del ministerio. Aunque reconoció que estas medidas pueden provocar una escasez de imanes durante los próximos meses en las mezquitas gubernamentales, el ministro se mostró confiado en que será posible suplir las vacantes con los nuevos licenciados de la Universidad de Al Azhar, la principal institución teológica del país.
La decisión se interpreta como un intento de reforzar el control del Gobierno sobre los mensajes que se difunden en las mezquitas, y evitar que los Hermanos Musulmanes u otros grupos islamistas las utilicen como herramienta de agitación. Tras la Revolución de 1952, el presidente Násser aprobó una serie de leyes para situar las mezquitas y sus imanes bajo un estricto control gubernamental. No obstante, durante las últimas décadas se ha multiplicado la existencia de pequeñas mezquitas, a menudo situadas en pisos o garajes, que no cuentan con el permiso de las autoridades públicas.
La decisión del ministerio de Asuntos Religiosos se enmarca dentro de la batalla que libran las nuevas autoridades contra los Hermanos Musulmanes desde la destitución del presidente Mohamed Morsi el pasado 3 de julio. Según fuentes gubernamentales, en los últimos dos meses se han arrestado unos 2.000 miembros o simpatizantes del histórico movimiento islamista, incluida la práctica totalidad de su cúpula.
Al mismo tiempo que se amplían las políticas de represión contra la Hermandad, avanza el proceso de construcción de un nuevo marco institucional. La Asamblea Constituyente, formada por 50 representantes de los principales estamentos de la sociedad egipcia, celebró su primera reunión el pasado domingo. Amr Musa, ex ministro de Exteriores y ex secretario general de la Liga Árabe, fue elegido presidente del organismo, que debatió si debe enmendar la Constitución aprobada por los islamistas el año pasado o bien elaborar una nueva desde cero. Tras el golpe del 3 de julio, las nuevas autoridades decretaron la suspensión de la Carta Magna, que había entrado en vigor apenas seis meses antes.
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