Los Hermanos Musulmanes tratan de mantener el pulso con el Ejército egipcio
Nuevos enfrentamientos entre detractores y partidarios de Morsi dejan un muerto en El Cairo La fiscalía prorroga 15 días más la detención del presidente depuesto por el golpe de Estado
Coches, taxis y algún que otro animal de carga conferían esta mañana a las calles de El Cairo una apariencia de normalidad aunque, ya por la tarde, se ha hecho evidente que una pequeña chispa es susceptible de provocar enfrentamientos. Varios puntos de la capital egipcia han sido escenario de choques, y un seguidor del depuesto presidente egipcio Mohamed Morsi ha muerto esta noche de un disparo durante una de las manifestaciones, según han informado fuentes de los servicios de seguridad. Al menos 10 personas han resultado heridas en choques en el barrio de Giza, según las mismas fuentes
Este martes había sido marcado por los partidarios de Morsi, como una jornada de protestas, aunque ya no existe un día en el que no surja algún tipo de marcha, organizada o espontánea. Renovando el reto lanzado al Ejecutivo interino, miles de partidarios de Morsi han respondido a la llamada, buscando lanzar sus demandas frente a edificios gubernamentales. Precisamente, ha sido el Ministerio de Asuntos Religiosos el principal foco de enfrentamientos, los cuales se han iniciado cuando un grupo de jóvenes comenzaba a lanzar botellas contra los manifestantes. Otro de los choques se ha producido no muy lejos de allí, en las inmediaciones del Ministerio del Interior: los vecinos de la zona han recibido a una marcha, compuesta por varios miles de personas, al grito de “terroristas, no sois bienvenidos” y, rápidamente, unos y otros han pasado de los insultos al intercambio de piedras, sembrando el pánico entre los grupos de mujeres y niños que participaban en las protestas. Los gases lacrimógenos lanzados por la policía han puesto fin a los altercados y los islamistas han terminado retirándose a sus campamentos junto a la mezquita en Rabaa Al Adauia.
Al grito de “terroristas, no sois bienvenidos”, rápidamente, unos y otros han pasado de los insultos al intercambio de piedras
Si la idea de los seguidores del expresidente, como sostienen muchos analistas, es mantener la agitación social para no dar respiro al Gobierno interino, están cumpliendo con su objetivo. La contención mostrada hasta el momento por el presidente, Adli Mansour, y el resto de su equipo, no es necesariamente una buena noticia para los islamistas, quienes tienen la imperiosa necesidad de mantener viva su causa. El paso del tiempo los ha ido alejando, cada vez más, de ver cumplidas sus demandas, mientras que parte de sus líderes han dado con sus huesos en la cárcel. Ayer la Fiscalía extendía otros 15 días el periodo de reclusión decretado para Mohamed Morsi y, este martes, ha anunciado órdenes similares, dirigidas contra prominentes figuras vinculadas a los Hermanos Musulmanes, quienes han sido acusados de incitar a la violencia. El abogado de la hermandad, Abdel Moneim Abdel Maqoud, el destacado miembro del grupo, Helmy El Gazzar y predicador salafista, Hazem Abu Ismael, se cuentan entre quienes ya permanecían en prisión y continuarán haciéndolo durante, al menos, la próxima quincena.
También entre rejas y con similares cargos, el número dos de los Hermanos Musulmanes, Jairat al Shater, espera ser juzgado el próximo 25 de agosto. Junto a él recibirá su sentencia el líder supremo de la hermandad, Mohamed Badie, sobre quien pesa una orden de detención desde el pasado 28 de julio. Los partidarios de Mohamed Morsi observan el desfile carcelario de sus líderes con inquietud y lo califican de persecución política, aunque tampoco ellos muestran ningún gesto de aproximación hacia un Gobierno con el que, a pesar de lo que digan, no están dispuestos a negociar.
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