Decenas de muertos en una oleada de atentados contra chiíes en Irak
Irak vive un incremento de la violencia desde principios de año Al Qaeda se atribuye la autoría de la matanza
Una cadena de atentados con coche bomba en zonas de Bagdad de población principalmente chií ha causado la muerte de 57 personas y ha herido a 140, según fuentes médicas y policiales, en medio de un resurgimiento de la violencia en Irak desde principios de año. Apenas un día después del fin del Ramadán más sangriento de los últimos años en Irak, la oleada de atentados se ha extendido a otras ciudades del país de mayoria chií, como Kerbala o Nasiriya (sur) o Tuz Khurmato (norte), elevando la cifra total de muertos hasta 78, según Reuters.
La peor pesadilla se ha vivido en Bagdad, donde han estallado 12 coches bomba en áreas mayoritariamente chiíes. Mercados, calles comerciales y parques donde muchas familias celebraban la fiesta del Eid, que marca el final del mes ayuno del Ramadán, han sido el escenario de los atentados. Un total de 57 personas han muerto en las explosiones en la capital, mientras que unos 150 han resultado heridos. El pasado martes, una cadena similar de explosiones dejó en Bagdad otros 50 cadáveres. Al Qaeda ha reivindicado la autoría del atentado un día después, hoy domingo, informa France Presse.
Fuera de la capital, también se han producido atentados contra los chiíes. El más grave se ha producido en la ciudad de Tuz Khurmato, a unos 170 kilómetros al norte de Bagdad. Al manos 10 personas han muerto y 45 han resultado heridas cuando un suicida ha detonado un coche bomba en una calle atestada de gente, según han informado a Reuters fuentes médicas y policiales. LA ciudad de Tuz Khurmato está situada en una zona cyuo control se disputan el Gobierno de Bagdad y la región autónoma del Kurdistán.
Otras seis personas murieron y 25 fueron heridas en la ciudad de Nasiriya, al sureste de Bagdad, al estallar dos coches bomba cerca de un parque. También se produjeron ataques con coche bomba en la ciudad santa chií de Kerbala, al sur de Irak, donde murieron cuatro personas, y en Kirkuk, donde murió un feligrés en una mezquita.
Los atentados de este sábado son el último hito de la brutal escalada de violencia sectaria que está viviendo Irak desde que se inició 2013. El mes de Ramadán, que se cerró anteayer, ha sido el más sangriento en años, con decenas de muertos en atentados en distintos lugares del país, pero sobre todo en la capital. El martes, 6 de agosto, 50 personas murieron en una cadena de atentados en la ciudad, mientras que el 25 de julio, otra oleada de bombas causó más de 60 muertos. Más de un millar de personas fueron asesinadas durante el mes de julio, según datos de Naciones Unidas, la cifra mensual más alta desde 2008.
El Ministerio iraquí de Interior dijo ayer que el país se enfrentaba a una "guerra abierta" alimentada por los odios sectarios entre chiíes, mayoría en el país, y suníes, beneficiados durante las décadas de mandato de Sadam Husein y desalojados del poder tras la invasión estadounidense en 2003. La violencia se ha recrudecido especialmente desde el comienzo del año, apenas unos meses después de la retirada militar de EE UU.
Desde la retirada, los insurgentes suníes han ido ganando terreno en su rebelión contra el Gobierno, liderado por los chiíes, alentados por la guerra civil en Siria, que ha desatado las tensiones sectarias en todo Oriente Próximo.
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