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Lo Hsing Han, de capo de la droga a respetado empresario en Myanmar

El exguerrillero, rey del tráfico de heroína en la región se convirtió en un pilar de la sociedad

Naiara Galarraga Gortázar
Lo Hsing Han, narcotraficante y empresario birmano.
Lo Hsing Han, narcotraficante y empresario birmano.

Lo Hsing Han fue un hombre hecho a sí mismo. Capaz incluso de reinventarse tres veces. Su funeral, el mes pasado en Rangún, la antigua capital birmana, fue el de un hombre rico y poderoso. Asistieron dos ministros, generales retirados, hombres de negocios y miles de paisanos a un sepelio que incluyó una vistosa comitiva con grandes retratos del finado enmarcados por elaboradas coronas de flores. Despedían al multimillonario empresario que fue uno de los mayores traficantes de drogas del mundo —apodado “el padrino de la heroína” por las autoridades de EEUU— y, antes de eso, líder guerrillero. Lo Hsing Han, fallecido de un ataque al corazón el 6 de julio, nació hace unos 80 años en la remota región birmana de Kokang, en la frontera con China.

Lo construyó su imperio empresarial, con la compañía Asia World a la cabeza, en los años noventa con los ingentes ingresos acumulados gracias su negocio original: la producción de heroína en el Triángulo de Oro. Ese fue el motivo por el que Estados Unidos le incluyó en 2008 en su lista de sanciones económicas a Myanmar (la antigua Birmania).

Se inició en el tráfico de drogas en los sesenta. Se ganó el derecho a comerciar con opio tras encabezar brevemente una milicia en su estado natal contra las guerrillas comunistas y nacionalistas shan. Se convirtió en un grandísimo narcotraficante porque fue un innovador y porque tuvo la indispensable protección de los militares gobernantes.

Obligó a los campesinos a cultivar opio e inventó un sistema para recolectarlo en aquella zona inhóspita en la que el Estado ni existía ni se le esperaba: largas caravanas de cientos de mulas que a medida que el negocio prosperó fueron sustituidas por carreteras. Construidas por él, por supuesto. Alquiló barcos pesqueros tailandeses para mover su producción y contrató a químicos de Taiwan que la procesaban en laboratorios la jungla, según relata el diario Bangkok Post. Así nació la Double UO Globe, “100% pura” que en los setenta exportó a un Vietnam en guerra, donde causó estragos entre los soldados estadounidenses. Se calcula que el 10% de la tropa americana acabó enganchada al caballo. La heroína de Lo, China White, vendida en bolsas de 700 gramos —una de sus empresas se dedicaba a fabricar los envoltorios— era además apta para ser inyectada, a diferencia de la afgana, marrón, que se fumaba. El resultado fue que buena parte de los adictos contrajeron el sida o hepatitis por compartir jeringuilla.

Detenido en Tailandia en 1973 fue entregado a Birmania, que le condenó a muerte, pero no por tráfico de drogas, sino por traición. Salió libre en 1980 gracias a una amnistía.

Protegido por la junta militar gobernante, a partir de entonces fue consiguiendo jugosas licitaciones que le convirtieron en un respetado magnate que levantó un gran puerto, una autopista a China, gasoductos, oleoductos, presas o un hotel de lujo. En el país, las probabilidades de entrar en uno de sus supermercados o autobuses era altísima. Dominaba ambos sectores. Invirtió un dineral, que debió de ser como el maná para un país que aún sería paria durante muchos años.

“Los generales que protegen a Lo juegan muy duro con quien se interpone en el camino de Heroína SA”, aseguraban The Observer y la BBC tras una investigación para seguir el rastro del dinero de Lo hasta ser blanqueado en Singapur y financiar grandes infraestructuras en Birmania, mientras las autoridades de los países implicados presumían de su lucha contra el tráfico de drogas. Prueba de su estrecha relación con la junta militar birmana es la lista de invitados en 1995 a la boda de su hijo y socio en los negocios, en la que había cinco ministros y tres importantes generales. A finales del siglo pasado, la mitad de la inversión desde el microestado insular hacia Birmania, unos mil millones de euros, se canalizaba mediante el grupo Asia World.

“Era mi maestro. Me tomé un día libre del Parlamento para venir porque quería dar el pésame”, dijo el día del funeral a la prensa local un diputado del partido gobernante, el de los militares que hace un par de años iniciaron una transición hacia la democracia.

Lo, el guerrillero, traidor a la patria, narcotraficante y respetado empresario, deja esposa, cuatro hijos, cuatro hijas y 16 nietos.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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