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La Unión Europea pide que Egipto vuelva a la democracia “cuanto antes”

Reino Unido se muestra dispuesto a trabajar con los militares en el poder Alemania y Turquía condenan el golpe, mientras Rusia e Israel reaccionan con cautela La mayoría de países de la región envían mensajes de felicitación al nuevo presidente

El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle.
El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle. R. VENNENBERND (EFE)

El golpe de Estado militar que ha derrocado al islamista Mohamed Morsi de la presidencia de Egipto y colocado provisionalmente en su lugar al presidente del Tribunal Constitucional, Adli Mansur, ha provocado una respuesta de cancillerías de medio mundo. Aparte de la tibia reacción de Estados Unidos, la caída del primer presidente civil de la república árabe en 60 años ha causado una variedad de reacciones en todo el mundo.

La Unión Europea ha pedido "la vuelta lo antes posible al proceso democrático", a través de unas elecciones "libres y justas" y una nueva Constitución elaborada de forma "completamente incluyente", en palabras de un portavoz de la responsable europea de Política Exterior. Catherine Ashton no ha querido pronunciarse acerca de la legitimidad de la defenestración de Morsi, indicando que "estamos en contra de las intervenciones militares".

En términos muy similares se ha expresado el ministro británico de Exteriores, William Hague, quien en un comunicado se ha mostrado dispuesto a "trabajar" con el Gobierno provisional. En una entrevista a la BBC, Hague ha señalado que el golpe en Egipto ha sido una intervención militar "pero que no cabe duda que también civil" y ha hecho un llamamiento a los políticos egipcios para que colaboren "como nunca lo han hecho antes". El Parlamento Europeo, por su parte, en una resolución unánime, ha pedido la devolución "cuanto antes" del poder a los civiles.

Más duro con el golpe ha sido el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, que ha considerado la intervención militar "un gran revés para la democracia". Westerwelle ha hecho un llamamiento a "todas las partes" para que eviten las confrontaciones violentas.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, ha pedido un "regreso rápido" al régimen civil en el país árabe.

La mayoría de países de Oriente Medio han tomado como un hecho consumado el derrocamiento de Morsi y se han apresurado a felicitar al nuevo presidente interino. Arabia Saudí, Kuwait, Jordania, los Emiratos Árabes Unidos y la Autoridad Palestina han enviado mensajes de buena voluntad a Mansur. Catar ha afirmado que "respetará la voluntad del pueblo egipcio", según un comunicado emitido por Al Jazira. Por el contrario, Turquía, a través de su ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, ha considerado "inaceptable" la intervención militar en Egipto.

Israel ha respondido con cautela al golpe de Estado, aunque fuentes cercanas al primer ministro Benjamín Netanyahu han afirmado a Reuters que esperan que el nuevo Gobierno descongele las relaciones entre los dos países, que se habían deteriorado desde la llegada de un Ejecutivo islamista al poder.

Por el contrario, las relaciones con Irán, que habían mejorado con Morsi en la presidencia, pueden enfriarse con el regreso de los militares al poder. Teherán había pedido días antes del golpe que los militares "respetasen la voluntad del electorado". Abás Aragchi, portavoz del ministerio de Exteriores, ha pedido al nuevo Gobierno que "respete la voluntad del pueblo" y "responda a sus demandas legítimas". A pesar del deshielo con Morsi, Irán y Egipto no tienen relaciones diplomáticas, principalmente por sus posiciones contrapuestas en Siria. 

Es precisamente Damasco la que más se ha felicitado por el resultado del golpe en Egipto. "Es un gran logro", afirmó el régimen en un comunicado publicado por la televisión pública. "Lo que pasa en Egipto es la caída del islam político",  declaró el presidente sirio, Bachar el Asad, el miércoles al diario gubernamental Al Saura. "Los que utilizan la religión con fines políticos están condenados a la derrota".

Uno de los principales aliados de Siria, Rusia, ha llamado a la "moderación" y ha afirmado que "sostiene el deseo legítimo del pueblo egipcio a vivir una vida mejor", según un comunicado del ministerio de Exteriores. Otros políticos rusos han defendido el golpe con más energía. "Los acontecimientos prueban que primavera árabe no ha traído la democracia sino el caos", ha dicho Alexeí Pushkov, presidente de la comisión de Asuntos Exteriores de la cámara baja.

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