La popularidad de Rousseff baja por primera vez desde que gobierna
La inflación y otros indicadores económicos negativos afectan a su imagen aunque sigue siendo la política con más apoyos
A poco más de un año de las elecciones presidenciales, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pierde ocho puntos de popularidad, según un sondeo nacional realizado por Datafolha. Es la primera vez que la presidenta sufre un descenso de apoyo ciudadano desde que gobierna el país tras suceder al popular y querido Lula Da Silva.
La aprobación a su gobierno baja entre varones y mujeres, entre todas las categorías de renta y entre los electores de todas las edades. Según el sondeo, uno de los elementos que ha hecho quebrar por primera vez la popularidad récord de la mandataria se debe al alza de la inflación. El 51% de los ciudadanos cree que la inflación va a subir aún más.
No obstante y a pesar de haber perdido ocho puntos, la popularidad de Dilma sigue en cabeza con un 57% de apoyo ciudadano. Y si las elecciones presidenciales de octubre del 2014 se celebrasen ahora, ganaría por un 51%. Sus posibles adversarios en las presidenciales o han crecido como el oposicionista del PSDB, Aecio Neves que asciende cuatro puntos y acorta de 12 puntos la distancia con ella, o siguen igual. Después de ella, en segundo lugar aparece la ecologista Marina Silva con un 16%. Silva en 2010 con sus 20 millones de votos llevó a Rousseff a la segunda vuelta. En tercer lugar aparece Neves con un 14% .
Dilma, descubierta y apoyada como candidata por el expresidente Lula da Silva en 2010, comenzó su corrida con un 3% de los votos. Los analistas políticos, tras conocer los resultados, han subrayado que el gran escollo de Dilma que es la economía, con un Producto Interior Bruto (PIB) en descenso, una inflación alta y la industria con números negativos en su crecimiento. “Es la inflación, estúpido”, recuerdan parafraseando a Bill Clinton.
El problema del aumento de los precios en Brasil es grave porque en este país existe la cultura de que cuando la inflación qse dispara no se limita a algunos productos que pueden tener una motivación estacional como los alimentos, sino que lo contagia todo. Brasil ya sufrió una inflación de tres cifras que hizo pobre al país y que había acabado con el Plan Real en los gobiernos del expresidente Fernando Henrique Cardoso. Desde entonces es esta la primera vez que los brasileños empiezan a tener miedo de aquel monstruo que se comía sus sueldos.
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