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Merkel hace campaña electoral en Alemania a golpe de talonario

Un diario estima el coste de sus promesas en 28.500 millones

Merkel este lunes en la Cancillería, en Berlín.
Merkel este lunes en la Cancillería, en Berlín.Markus Schreiber (AP)

Las promesas electorales de la canciller alemana, la democristiana Angela Merkel (CDU), han levantado resquemores en la coalición de centroderecha que preside desde 2009. La canciller propuso recientemente conceder nuevas desgravaciones fiscales para las familias con hijos, así como aumentar los subsidios que los residentes en Alemania perciben para el cuidado de cada hijo. Merkel propuso también pagar jubilaciones mayores a las madres y, en una maniobra para neutralizar el programa electoral del Partido Socialdemócrata SPD, planea imponer topes al precio de alquiler en las viviendas. El diario económico Handelsblatt cifró el coste de estas medidas en 28.500 millones de euros, pero tanto el portavoz de Cancillería, Steffen Seibert, como su colega de Hacienda Martin Kotthaus rechazaron este lunes concretar una cifra en euros para tan generosas ofertas a los votantes. Merkel había descrito estos planes en una conferencia telefónica con dirigentes y militantes de su partido.

Trataban los portavoces Kotthaus y Seibert de contrarrestar las críticas que provocaron las promesas de Merkel durante el fin de semana. El domingo, el mediático diputado de la CDU Wolfgang Bosbach expresó sus “dudas de que estas cosas puedan proponerse seriamente”. La CDU descarta subir los impuestos, así que Bosbach tacha de “utópico el plan de financiar medidas así con ingresos coyunturales” debidos a la actual bonanza económica. En su edición del lunes, el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ) calcula que los gastos extraordinarios de las propuestas de Merkel ascenderían a 13.000 millones de euros anuales por las pensiones a las madres, más otros 7.000 millones por las prestaciones por hijo. Además, destaca el rotativo de la city de Fráncfort, “Merkel quiere invertir otros 4.000 millones de euros en mejorar la red de carreteras”. En la portada de las páginas económicas del FAZ, campeón impreso de la ortodoxia monetaria y de la austeridad en los presupuestos, se lee como si a Merkel le hubiera dado por pavimentar Alemania con diamantes.

Más duro todavía ha sido el presidente de los socialdemócratas alemanes, Sigmar Gabriel (SPD), que acusó a Merkel de “estafa electoral”. Recuerda Gabriel que Merkel ya hizo promesas del estilo antes de las elecciones de 2009. Ahora “quiere volver a ganar, con mentiras como puños”.

No obstante estas discrepancias, Merkel reconoció este lunes que la idea de controlar legalmente los alquileres “es del SPD y fue asumida por algunos alcaldes de la CDU y después de la CSU [su partido hermano en Baviera], así que solo queda convencer al FDP [los liberales], en eso estoy trabajando”. El drástico aumento de los alquileres en ciudades como Berlín, Hamburgo o Múnich es una de las grandes preocupaciones de los jóvenes alemanes. Merkel quiere mitigarlo por ley.

El ministro de Economía, Philipp Rösler, presidente del Partido Liberal Democrático (FDP) que forma Gobierno con los democristianos de Merkel, discrepa: “Recomiendo que nos quedemos en el plano de la razón económica”. Las medidas sociales como las propuestas por la canciller, dijo, “deben tener asegurada la financiación”. Recordó el ministro que Merkel quiere terminar con el déficit para 2014. El ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble, se afanó en alejar del Gobierno el cáliz del despilfarro aun en tiempos electorales. Pero el Gobierno, dijo a la agencia británica Reuters, “ha conquistado un pequeño espacio de maniobra”. Su portavoz se negó a cifrarlo en euros.

Merkel y los democristianos (CDU/CSU) siguen liderando todas las encuestas y manteniendo al SPD a considerable distancia.

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