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Netanyahu busca en China más comercio y apoyo contra Irán

La visita del primer ministro israelí se solapa con la del presidente de Palestina, Mahmud Abbas

Benjamín Netanyahu, este lunes en Shangái.
Benjamín Netanyahu, este lunes en Shangái.ALY SONG (REUTERS)

Como si nada hubiera ocurrido. Este lunes, un día después de que los aviones israelíes golpearan en Siria por segunda vez en 48 horas, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha llegado a China para una visita de cinco días de duración, marcada por la economía, el proceso de paz en Oriente Próximo y el programa nuclear iraní. El viaje coincide con el del presidente palestino, Mahmud Abbas, quien hoy se ha entrevistado con su homólogo chino, Xi Jinping. Xi ha vuelto reiterar el apoyo de Pekín a la creación de un Estado palestino independiente.

La visita de Netanyahu —la primera de un alto líder israelí desde la del anterior jefe de Gobierno, Ehud Olmert, en 2007— ha comenzado en Shanghái, donde pretende dar un impulso a los intercambios económicos. Desde allí, ha tenido que aceptar la crítica velada china a los ataques israelíes en Siria. “Nos oponemos al uso de la fuerza y creemos que la soberanía de cualquier país debe ser respetada”, ha afirmado la portavoz de Exteriores Hua Chunying sin nombrar directamente a Israel. Hua ha urgido “a todas las partes implicadas” a que muestren “contención y eviten cualquier acción que pueda suponer una escalada de la tensión”.

China es uno de los principales socios comerciales de Israel, que el año pasado importó del país asiático bienes por valor de 5.320 millones de dólares (4.060 millones de euros) y exportó por 2.740 millones de dólares (2.090 millones de dólares). Netanyahu quiere atraer más inversión y comercio chinos, en campos como las altas tecnologías, las energías renovables, la desalinización, las comunicaciones, la agricultura y los equipos médicos. Además, busca que Pekín abra centros de investigación y desarrollo en el país e invierta en infraestructuras.

Tras dos días en Shanghái —capital económica y financiera china—, el jefe de Gobierno israelí viajará a Pekín, donde se prevé que discuta con los líderes chinos el proceso de paz en Oriente Próximo, que se encuentra estancado, y presione para lograr el apoyo de China a la imposición de sanciones más duras a Teherán, con objeto de frenar su programa nuclear, que, según Israel y países occidentales, está destinado a fabricar armas atómicas, aunque el Gobierno de Mahmud Ahmadineyad lo niega.

No será fácil. China —principal cliente del petróleo iraní y miembro permanente del Consejo de Seguridad— se ha opuesto a las sanciones unilaterales a Teherán, como las impuestas por Washington y la Unión Europea, y ha efectuado repetidos llamamientos para resolver el enfrentamiento. China forma parte del grupo llamado P5+1 -los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania-, que ha estado presionando a Irán sobre su programa atómico.

China cree que “fortalecer las relaciones con Jerusalén sería un signo de que gradualmente se está posicionando en la región, al mismo tiempo que, en cierta forma, contrarresta y quizás incluso mina la influencia política americana allí”, señala un artículo del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional —un centro de pensamiento israelí—, publicado la semana pasada.

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La visita de Netanyahu se solapa con la del presidente de Palestina, Mahmud Abbas, quien este lunes se ha entrevistado con Xi Jinping. Pekín tiene una relación estrecha con los palestinos desde hace décadas, pero, en los últimos años, también ha cultivado los contactos con Israel, especialmente en temas de defensa.

China ha mantenido tradicionalmente un perfil bajo en la diplomacia sobre Oriente Próximo, pero, también en los últimos años, ha asumido un papel más activo, en el marco de una política exterior destinada a potenciar su relevancia internacional.

Durante el encuentro con Abbas, Xi le ha instado a que mantenga conversaciones de paz con Israel y ha recordado que los derechos de los palestinos son primordiales para la estabilidad, según un comunicado del Ministerio de Exteriores. “Mientras los derechos nacionales legítimos y los intereses del pueblo palestino no sean restablecidos, no se podrá alcanzar la paz entre Palestina e Israel, por no hablar de la paz regional y la estabilidad”, ha señalado. Y ha añadido que la solución al problema pasa por “el reconocimiento de un estado palestino independiente” y el “total respeto a la existencia de Israel y sus legítimas preocupaciones por su seguridad”.

“Aprecio la elevada posición que ha alcanzado China en el mundo hoy en día. En los últimos años, todos los Gobiernos chinos han adoptado políticas inteligentes que, en efecto, han tenido beneficios y evitado daño”, ha asegurado Abbas, informa France Presse.

Durante la visita del líder palestino, ambas partes han firmado acuerdos de cooperación técnica e intercambio cultural. Antes de su viaje, Abbas señaló a la agencia oficial Xinhua que pensaba discutir con los dirigentes chinos los obstáculos a las conversaciones israelo-palestinas y pedirles que insten a Israel a que ponga fin a las políticas que obstaculizan el desarrollo de la economía palestina.

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