Una antipolítica fraguada en la web
Los candidatos del grupo de Grillo fueron elegidos tras un ‘casting’ en YouTube
“No nos llaméis onorevoli, somos ciudadanos”. Alfonso Bonafede, un abogado florentino de 36 años, rechazaba ayer el tratamiento que conlleva su recién adquirida condición de diputado. “La gente nos ha elegido y nosotros somos la gente”, insistía.
Ese esfuerzo por seguir siendo gente es parte de la filosofía del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) por el que han salido elegidos y que sostiene que los políticos profesionales no sirven. La formación, fundada y liderada por el cómico Beppe Grillo, ha marcado distancias con los partidos tradicionales desde el comienzo de su batalla por renovar la vida política italiana.
Y ese desde el comienzo incluye el momento de elegir candidatos a las elecciones legislativas. Grillo, que siempre ha canalizado la actividad de su movimiento a través de Internet, optó en diciembre por un novedoso proceso para elegir a los “ciudadanos que entrarán en la maquinaria del Estado para volverla transparente”: un casting en la red.
Todos los miembros mayores de edad y sin antecedentes penales pudieron presentar su candidatura en el blog del M5S. Tuvieron que crear un perfil que incluía su currículum, sus propuestas y un vídeo de presentación.
Unos vendieron sus títulos académicos, y otros sus ganas. Pero todos aprovecharon para trasladar sus ideas, propuestas e inquietudes directamente a quienes iban a elegirles. Hubo vídeos casi profesionales, como el de Giuseppe D'Ambrosio, un trabajador social de Andria (Apulia), y otros más rudimentarios, como la improvisada autograbación de Giulia Sarti, una recién licenciada de 26 años, ahora flamante diputada por Emilia-Romaña.
Todos los perfiles compartían ese denominador común: su rechazo a la clase política y a sus usos y la insistencia en su condición de “gente de a pie”. Massimiliano Bernini, un profesor de Viterbo, defendía la necesidad de “entender de primera mano” los problemas para intentar solucionarlos. “Yo conozco la escuela pública mejor que ningún político profesional”, razonaba. El abogado Bonafede aseguraba que el grillismo consigue que expertos en todos los campos puedan defender juntos sus propuestas. La joven Sarti abogaba por que los políticos dejen de ser “intocables” y rindan cuentas, y también mantenía que candidatos como ella pueden alcanzar una “verdadera complicidad” con los votantes. Así, las listas que tanto éxito han obtenido en las urnas se elaboraron entre el 3 y el 6 de diciembre, cuando los grillistas registrados eligieron a los candidatos de su circunscripción a golpe de clic.
El objetivo, según anunció en su día Grillo, era evitar los vicios de los partidos tradicionales, como la aparición de diferentes corrientes internas y sus luchas de poder. Ese esfuerzo, sin embargo, no logró evitar la polémica. La página web tuvo numerosos problemas técnicos durante el proceso, y algunos candidatos, como el boloñés Lorenzo Andraghetti, denunciaron que su perfil había desaparecido al abrirse la votación. “No se puede gestionar con esta imprecisión la segunda fuerza política del país”, se quejó días después Andraghetti, cuyo vídeo era uno de los más visitados.
Las aportaciones de todos los candidatos sirvieron para confeccionar el programa electoral del M5S. Una sucesión de propuestas absolutamente concretas con especial hincapié en las reformas estructurales del Estado y el respeto al medioambiente. En este aspecto, por ejemplo, habrán influido las propuestas de Alberto Zolezzi, un neumólogo preocupado por la contaminación y elegido diputado por Lombardía.
Porque el programa del M5S y el grillismo son eso, un crisol de ideas y personas unidas por el descontento con la clase política italiana. Desde el lunes, decenas de médicos, profesores, empleados, informáticos y abogados, convertidos en los 108 diputados y 54 senadores del M5S, podrán defender todas esas propuestas. La diferencia es que ellos, además de gente, ahora son también parte de la clase política.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.